viernes, 2 de abril de 2010

Libro del Pr. John Osteen: Como reclamar los beneficios del testamento. (Audio: http://www.ivoox.com/s_p2_81697_1.html)

COMO RECLAMAR LOS BENEFICIOS DEL TESTAMENTO
POR JOHN H. OSTEEN

TU PODRÍAS SER RICO Y NO SABERLO
¡De hecho LO ERES! ¿Sabías tú que has recibido una herencia? Ni Tu nombre está en un Testamento!!!
Mateo 26:26-28 dice:"Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es Mi cuerpo.
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados."
La palabra "pacto" que es utilizada en esta escritura, es la misma palabra que usamos para "testamento". Es la "última voluntad" o "testamento". En un testamento o pacto tú dispones de lo que posees. Tú das a ciertos individuos todas las cosas que te pertenecen.
TU BIBLIA ES EL TESTAMENTO QUE DIOS LE HA DADO A LA RAZA HUMANA
Hebreos 9:6-15 dice: "Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del Tabernáculo, entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto, pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie; lo cual es símbolo para el tiempo presente según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica este culto.
...Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por Su propia sangre, entró una sola vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
...¿Cuándo más la sangre de Cristo, la cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a Sí Mismo sin macha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Así que, por eso es MEDIADOR DE UN NUEVO PACTO, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna."
Hay un antiguo pacto y hay un nuevo pacto. El nuevo pacto se encuentra en el Nuevo Testamento.
Cristo es el mediator del Nuevo Testamento para velar que se lleve a cabo. En otras palabras, Cristo está viviendo para ver Su voluntad y todo por lo cual El murió, venga a nosotros. El es nuestro Gran Sumo Sacerdote, viviendo a la diestra del Padre para hacer que todo lo que se nos promete de Mateo a Apocalipsis sea una realidad en nuestras vidas.
Hebreos 9:16-17 nos dice: "Porque donde hay testamento, es necesario que ocurra la muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive." Como puedes ver, debe haber muerte porque de otra manera el testamento no es válido.
Moisés, bajo el Antiguo Testamento ofrecía la sangre de animales. Tenía que haber sangre para probar que alguien o algo habían muerto. En el Antiguo Testamento era la de los animales. La sangre era tomada como evidencia de que ellos habían muerto como sustitutos por los pecados del pueblo. (Hebreos 9:20,22)
Hebreos 10:16-23 dice: "Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice El Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones y en sus mentes las escribiré, añade: y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
Así que hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que El nos abrió a través del velo, esto es, de su sangre, y teniendo un Gran Sumo Sacerdote sobre la casa de Dios.
Acerquemos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. "Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque FIEL ES EL QUE PROMETIÓ."
Toda esta escritura se refiere a un testamento.
Dios nos dejó algo a ti y a mí en un Testamento.
Quizá te preguntes, "¿Dónde está ese Testamento?"
Está en tu Biblia, desde Mateo hasta Apocalipsis. ¡Ese es el Testamento!
El Testamento que Dios escribió para nosotros lo encontramos desde Mateo hasta Apocalipsis.
Allí se definen todos los beneficios que pertenecen a cada individuo mencionado en el Testamento. Esta es una de las razones por las cuales necesitas leer tu Biblia. Hubo una muerte, por lo tanto, debe haber un Testamento!! Dios ha escrito lo que Jesús, por medio de Su muerte, compró para ti y para mí. Se encuentra escrito para nosotros en la Biblia.
Se cuenta la historia de un cristiano que iba a un servicio secreto de la Iglesia en uno de los países tras la cortina de hierro. Las reuniones cristianas están prohibidas y se llevan a cabo en secreto. Este cristiano fue detenido por la policía y le preguntaron que a dónde se dirigía a esas horas de la noche. Por supuesto, el cristiano nunca pensaría en mentir, así que silenciosamente esperó la sabiduría del Espíritu Santo para que le diera una respuesta.
Cuando la respuesta vino, él miró al policía a los ojos y le dijo muy calmadamente: "Mi Hermano Mayor ha muerto, y nosotros en la familia nos estamos reuniendo esta noche para leer y discutir Su testamento para que podamos saber lo que él nos ha dejado."
Esta repuesta satisfizo al policía, y le permitió seguir su camino.
Lo que el cristiano quiso decir fue que Jesús, nuestro Hermano Mayor, murió como el Cordero de Dios para redimirnos y que él iba a ir a una reunión de cristianos (la familia de Dios) para abrir la Palabra de Dios, que es el Testamento de Dios. ¡Allí ellos iban a estudiar y a regocijarse en lo que el Señor Jesucristo les había prometido en Su maravilloso Testamento, que es la Palabra de Dios!
LA SANGRE DE JESÚS ES LA PRUEBA DE SU MUERTE Si alguien muere, el testamento debe ser verificado. Para verificar un testamento, debe haber pruebas de la muerte. ES AQUÍ DONDE ENCONTRAMOS QUE LA SANGRE DE JESÚS ES TAN IMPORTANTE. El no dejó una sola gota de Su sangre aquí en la tierra.
Cuando El derramó su sangre en el Calvario y luego apareció a María Magdalena, le dijo: "No me toques, porque aún no he subido a mi Padre. "(Juan 20:17)
Luego, cuando apareció a sus discípulos, El dijo: "Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado. "(Juan 20:27)
El les dijo que le tocaran. Les dijo que un espíritu no tiene carne ni huesos.
En un momento, El dice: "No me toques". Y en otro momento El dice: "Tócame". Entre estos dos incidentes, El ascendió al Padre. Llevó cada gota de Su preciosa sangre hasta el Lugar Santísimo.
El Libro de Hebreos nos dice que esa sangre está rociada delante del propiciatorio de Dios como EVIDENCIA QUE JESÚS CIERTAMENTE MURIÓ.
Hebreos 9:24 dice: "Porque no entró Cristo en el Santuario hecho de manos, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios."
Apocalipsis 12:11 nos dice: "Y ellos le han vencido (al diablo) por medio de la Sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte."
Levítico 17:11 también dice: "Porque la vida de la carne en la sangre está."
Cuando Jesús tomó Su Sangre y la llevó delante del Padre, eso estableció para siempre que El había muerto. Los ángeles lo saben. Los demonios lo saben. El diablo lo sabe. El Padre lo sabe. El vino a la tierra y ciertamente sufrió la muerte en Su cuerpo físico. El llevó Su Sangre al cielo y la roció en el propiciatorio de Dios, el Padre.
Hebreos 12:22-24 declara: "Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la SANGRE rociada..."
Cuando tú llegues al cielo, esa sangre todavía estará allí. Esa sangre es la evidencia de que EL TESTAMENTO ESTA EN VIGOR. Tú necesitas estar seguro de conocer que el Testamento está actuando para ti AHORA. Esto te ayudará cuando libres las batallas de la vida.
Un testamento no tiene ningún efecto hasta que alguien muere. Tu testamento no vale nada para tus herederos hasta qué tú mueres. No le darán nada a nadie hasta que tú mueras.
Esa sangre que Jesús derramó está en el cielo como evidencia de que $1 efectivamente murió.
Lo que El nos dejó en la Biblia es absoluta y justificadamente nuestra a los ojos de Dios, a los ojos del diablo y los ojos de los hombres.
¿Sabías tú que en esta tierra y en otras, hay millones y millones de dólares de beneficios de herencias que no han sido reclamados, porque los herederos no saben nada acerca de ellos? En algunas cortes no saben qué hacer al respecto, finalmente se lo dan al Estado.
Algunas personas nunca Se han enterado que su nombre se menciona en un testamento. Algunas personas saben que han sido mencionadas, pero nunca se han tomado el tiempo de investigar cuál es su herencia.
¡ALGUNAS PERSONAS HEREDAN RIQUEZAS POR MEDIO DE UN TESTAMENTO Y NI SIQUIERA LO SABEN! Hay abundancia en depósito a su favor, y el testamento dice que les pertenece; sin embargo, no lo poseen.
Muchos de ellos no saben nada acerca de esto.
Nunca se les ha dicho que les ha sido dada una herencia.
Hace algunos años yo estaba dirigiendo una reunión en Tulsa, Oklahoma, predicando las Buenas Nuevas y orando por los enfermos cada noche.
Una tarde estaba comiendo en un restaurante y me llamó la atención una mujer inválida a la que trajeron y sentaron en una mesa cercana a la mía.
Ella puso sus muletas en el suelo y con gran dificultad se sentó a comer.
La compasión surgió dentro de mí hacia esta mujer necesitada, así que me acerqué a ella, le dije quién era, y por qué estaba en esta ciudad. Luego le expliqué en detalle las promesas de Dios acerca de la sanidad. Compartí acerca de la sanidad de nuestra hija que nació anormal, pero que fue sanada por el Señor Jesucristo. Compartí con ella varios casos de sanidad donde vimos la gran misericordia de Dios. Cuando terminé, dijo: "Pero hermano Osteen, si Jesús quiere que yo sufra como lo hago, estoy perfectamente dispuesta a sufrir por El. Yo no me estoy quejando.
Estoy feliz de sufrir por El."
A pesar de todo lo que le dije tratando de explicarle cuál era el Testamento de Dios y Su voluntad, ella estaba totalmente convencida que ella estaba "sufriendo para Jesús." Yo supe que ella iba a llegar a la tumba en esta condición de invalidez porque no escuchó lo que Jesús le había dejado en Su Testamento.
Esa misma noche, predicando en el auditorio, expliqué lo que Dios nos había dejado en el Testamento con respecto a la sanidad y los milagros. Un pastor repentinamente corrió hacia la plataforma trayendo a un niño y dijo: "Este niño va a nuestra iglesia. Ha sido patituerto (ha tenido el pie torcido) toda su vida, pero cuando usted estaba enseñado, repentinamente su pie se enderezó y está perfectamente normal."
¡Qué diferencia entre estas dos personas! Una no aceptó lo que decía el Testamento y permaneció inválida. En cambio el niño con esa fe sencilla, simplemente creyó mientras yo leía el Testamento donde decía que la sanidad le pertenecía e instantáneamente fue sanado!!
Necesitamos saber qué hay en nuestro Testamento.
Qué es lo que Dios nos ha legado. Tenemos que averiguar lo que está en el Testamento.
Necesitamos leer nuestro Testamento diariamente. ¡Necesitamos descubrir lo que Dios nos ha legado! Muchas personas son muy pobres cuando Dios quiere que sean espiritualmente ricas, físicamente ricas, y financieramente ricas por lo que El les ha legado en Su Testamento.
¡LOS BENEFICIOS DEBEN CONOCERSE ANTES DE PODER SER RECLAMADOS!
Tú no puedes reclamar nada de lo que está en la Biblia hasta que sabes que está allí. Esta es la razón por la cual necesitas leer tú Testamento cada día. O sea, leer tu Biblia diariamente.
Es maravilloso descubrir lo que Jesús nos legó!!
¡Es maravilloso saber lo que El hizo por nosotros!
ALGUIEN ME LEYÓ EL TESTAMENTO
Puedo recordar muy bien cuando no era cristiano.
Estaba perdido. Vivía sólo para complacerme a mi mismo y a Satanás. Vivía en el reino de las cosas del mundo. Estaba desagradando a Dios. Estaba muerto espiritualmente. No tenía interés en las cosas de Dios. No conocía nada acerca del Testamento que Dios me había dejado. Ignoraba lo que era mío a través de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús.
Un día, cuando aún no sabia absolutamente nada acerca de este Testamento, un hombre me leyó una parte de él. Me mostró la que decía el Testamento: "porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel (eso me incluía a mi) que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. "(Juan 3:16)
¡[Descubrí que yo estaba incluido en un Testamento!! ¡El Testamento de Dios. El Testamento del Señor Jesucristo! El me había dejado algo-Vida Eterna!!
Descubrí que el Testamento decía: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su Nombre, les dio potestad de ser hechos HIJOS DE DIOS." (Juan 1:12)
Dios prometió: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida sino que la ira de Dios está sobre él. "(Juan 3:36)
Jesús dijo: "De cierto, de cierto os dijo: el que oye mi Palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. (Juan 5:24)
Luego leí qué hacer para reclamar esos beneficios. Romanos 10:9,10 dice: "que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación."
Encontré que si abría mi corazón, Jesús entraría y me salvaría. Si Le confesaba como mi Señor, pasaría de muerte espiritual a vida Eterna, y que podía ser librado de la carga de mis pecados.
Descubrí que podía ser un heredero de Dios y coheredero con Jesucristo. ¡Eso me pareció maravilloso! ¡Ya que Jesús había muerto y me lo había dado a mi, decidí reclamarlo! Abrí mi corazón y dejé que Jesús entrara. Clamé a El y le confesé como mi Señor. Me convertí en un cristiano desde ese mismo día, porque descubrí que yo había sido mencionado en el Testamento.
¿Sabías que tu estás mencionado en el Testamento?
El nos ha dejado tantas cosas! ¡¡HAY TANTO!!
EL NOS DEJO SU NOMBRE.
¡El nos dejo poder sobre los demonios!
¡El nos dejó el Espíritu Santo!
El nos dejó innumerables bendiciones a través de su muerte, sepultura y resurrección. Cuando El murió, El nos dejó todo lo que el Padre le había dado a El. Todo lo que nos ha sido dado está escrito. Cada día deberíamos sacar ese Testamento y buscar qué más nos ha dejado. Si tienes alguna necesidad, toma la sangre de Jesucristo y di: "Padre, encontré esto en el Testamento.
Quiero que abras los tesoros del cielo para sacar lo que me diste. Hoy descubrí que ES MIÓ.
La sangre de Jesús está rociada en el cielo como prueba de que El murió por mí. Esa sangre habla mejor que la de Abel. (Hebreos 12:24) La sangre de Jesús dice que yo tengo derecho a mi herencia.
Yo vengo confiadamente a tu trono de gracia a reclamar lo que me pertenece por derecho."
YO TUVE QUE REVISAR MI TESTAMENTO
Recuerdo una vez en que el diablo atacó mi cuerpo físico. Quería matarme. El quisiera matarnos a todos. Puso problemas en mis arterias y en el área del corazón. ¡Todos los exámenes del hospital se veían muy mal! Los doctores ya habían programado la fecha para efectuar cirugía de corazón abierto. Había planeado tomar en cuenta la sugerencia médica y llevar a cabo la operación. Después de todo, ¡le doy gracias a Dios por los médicos y la medicina! Creo que toda cosa buena en este mundo viene de Dios.
PERO DURANTE ESOS DÍAS EN AQUEL HOSPITAL, EMPECE A REVISAR MI TESTAMENTO.
Pensé: "Cuando menos podría revisar mi Testamento antes de ser operado y averiguar si Dios tenía algo que decir acerca de esta situación."
Deberíamos confrontar primero cada situación con la Palabra de Dios.
Empecé a revisar mi Testamento y encontré en Mateo 8:17: "El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias."
En el Testamento descubrí que dice en I Pedro 2:24: "Quien llevó El mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados."
Isaías 53:5 dice: "... y por su llaga fuimos nosotros curados."
Dios me dijo en Éxodo 15:26: "Porque yo soy Jehová tu sanador."
En III Juan 2, El dice: "Yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, Y QUE TENGAS SALUD, así como prospera tu alma."
Estas promesas eran para mí, así que busqué con más ahínco en mi Testamento.
Romanos 8:2 "Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte."
Busqué en mi Testamento y leí: "Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. "(Marcos 16:18)
Leí en el Testamento: "¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el Nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará..."(Santiago 5:14,15) estar enfermo. No tienes que arrastrarte por la vida vencido y deprimido.
¡REVISA TU TESTAMENTO! Averigua qué te dejó Dios por medio de la muerte y resurrección del Señor Jesucristo.
Diariamente deberías leer el Nuevo Testamento.
Léelo una u otra y otra vez. Yo lo he estado leyendo por treinta años y todavía estoy encontrando cosas. Cosas que no había visto antes. Es maravilloso leer el Testamento!
UN TESTAMENTO PUEDE SER IMPUGNADO
¿Sabías tú que un testamento puede ser impugnado?
Cada vez que tratas de obtener alguna cosa de Dios, hay un diablo que va a impugnar ese testamento. El vendrá y dirá: "No, eso no es correcto.
Esa promesa no es para ti. Eso fue sólo para los apóstoles. Eso fue para alguien más. Ten cuidado, no te conviene tomar la Palabra de Dios literalmente, podrías morir."
¡Esa es la voz del enemigo y es una mentira! Leí la historia de una joven mujer que me relató cómo el saber que ella fue nombrada en el Testamento, cambió su vida con un milagro de sanidad, estas son las palabras de Sandra Horton narrando su propio testimonio.
"Cuando nací, pronto se descubrió que tendría que enfrentarme a la muerte a muy temprana edad. El diagnóstico me fue dado cuando tenía un año y medio de vida. El médico dijo que había nacido con una enfermedad incurable y hereditaria llamada Fibrosis Quistica. Mi lapso de vida, a lo sumo, seria de 18 años. Mientras pasaba el tiempo se hicieron nuevos descubrimientos para ayudar a prolongar mi vida y lograr alcanzar esos 18 años; pero aún hasta este día no se ha encontrado cura médica. A esta enfermedad la llaman el "asesino" de los niños.
Empecé la escuela a los seis años y llevaba conmigo grageas de enzimas que eran necesarias para poder digerir la comida, porque mi páncreas no funcionaba. El recordar lo de las pastillas, era una gran responsabilidad para una niña de mi edad.
Para cuando tenía 10 años, los respiradores artificiales llegaron a ser parte de mi vida. El respirar era una lucha continua. Varias veces estuve a punto de ahogarme y morir debido a la excesiva cantidad de moco producido en mis pulmones.
Los antibióticos, cada vez más potentes, se volvieron parte de mi existencia. Mi vida dependía más y más de los médicos, máquinas, hospitales y medicinas.
Mi adolescencia comenzó con un torrente de nuevas adiciones a mi "botiquín de supervivencia".
Los tratamientos de terapia física, tres veces al día, junto con respiradores artificiales más potentes y tiendas de oxígeno con medicamento introducido continuamente se volvieron parte de mi rutina diaria. Nada podía detener el deterioro de mi cuerpo. Aún un catarro común significaba la hospitalización para mí.
Cuando cumplí los 16 años de edad pesaba 69 libras, tenia un pulmón en colapso, sólo me quedaba el 5 por ciento de tejido fibroso en buenas condiciones para respirar, y sufría de temperaturas muy altas que a veces tomaban meses para ceder. Los médicos dijeron que habían hecho todo lo que podían hacer por mí. Podía vivir un año más si no padecía más resfriados, porque eso era lo que hacía que se desencadenara la fiebre que me atemorizaba. Me encontraba como un año de sufrir una muerte prematura, sobre la cual me habían enseñado y me habían preparado para afrontar desde pequeña. Yo había aceptado a Jesús como mi Señor y Salvador cuando tenía 14 años. Era miembro de la Iglesia de Cristo en ese tiempo.
Yo sabía sin lugar a duda que iría al cielo cuando muriera pero me resistía a aceptar en este momento, que la muerte fuera parte del plan de Dios para mi vida. Las circunstancias parecían imposibles, pero "todas las cosas son posibles para Dios." (Marcos 10:27)
Me enteré de un grupo de oración que se reunía en mi ciudad natal y empecé a asistir. Allí recibí el bautismo del Espíritu Santo. Esto abrió un canal para que Dios empezara a enseñarme Sus caminos y Su voluntad, expresados en Su Testamento. Leí en Mateo 8:17, "El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias".
El Señor me mostró que Jesús llevó nuestras enfermedades en la cruz así como El llevó nuestros pecados. ¡Supe entonces que ya no moriría sino viviría y declararía las obras de Dios!
Después de dos meses de estar aprendiendo lo que la Palabra de Dios tenía que decir acerca de la Sanidad, el Señor me habló y me dijo: "Voy a sanarte." ¡Gloria a Dios!
Durante el año anterior, cada noche yo había orado para que el Señor ayudara a alguien a encontrar la curación para la fibrosis quística. Nunca pensé ser sanada milagrosamente; esto estaba más allá de mis más preciados sueños. Dios quería sanarme y recibir El mismo toda la gloria.
¡Una semana o dos más tarde, el Señor volvió a hablarme y me dijo: "Voy a sanarte mañana en la noche." ¡La expectación era tan grande que casi no podía esperar! Yo no sabía que el Señor hacía estas cosas. Sin embargo, no cuestioné cómo, ni dudé de que sanaría. Era lo bastante candida e inocente como para creer que Dios quería decir lo que decía.
A la siguiente noche en la reunión de oración, El Señor dijo Su última Palabra: "Hoy es el día.
Estoy listo para sanarte. Tu has esperado suficiente."
Así que pedí oración por sanidad y el Señor milagrosamente me sanó. El calor de la mano sanadora del Señor empezó en el páncreas.
Desató todo el moco que había impedido su funcionamiento durante toda mi vida. Su calor divino se movió a través de mis pulmones y los limpió mientras iba pasando. Por primera vez en mi vida supe lo que era respirar profundamente y tomar una bocanada de aire fresco. De esa noche en adelante, descontinué todo medicamento.
Desde esa fecha, el 13 de septiembre de 1971, a la edad de 17 años, empecé una nueva vida totalmente para el Señor. ¡Yo era un ser humano normal!
El diablo siempre impugna lo que Jesús nos ha dado, pero averigüé acerca de mis beneficios en el Testamento de Dios. El diablo estaba tratando de "impugnar el Testamento".
El Señor empezó a enseñarme mucho respecto a la sanidad y la confesión. Por algunos días todo fue glorioso. Luego vino la realidad de lo que Jesús dijo en Juan 10:10. "El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia."
CADA SÍNTOMA DE FIBROSIS QUISTICA VINO SOBRE MI INCLUYENDO LOS SÍNTOMAS DE UN PULMÓN COLAPSADO. El diablo trató de robarme lo que Dios me había dado. Yo tuve que escoger entre continuar firmemente anclada en Dios creyendo que me había sanado totalmente y confesar la Palabra de Dios, o decir: "Ah, realmente no fui sanada."
Proverbios 18:21 dice "La muerte y la vida están en poder de la lengua..." En mi caso esto era cierto literalmente, así que empecé a declarar continuamente la Palabra de Dios diciendo: "Por la llagas de Jesús yo soy sana." Después de una semana, la batalla terminó. JESÚS FUE EL VENCEDOR. AHORA YO TENIA ESA VIDA ABUNDANTE QUE JESÚS ME HABÍA PROMETIDO.
Dos meses más tarde, regresé con mi médico para verificar la sanidad. Le dije lo que había sucedido y él preguntó: "¿Fuiste donde esos sanadores que sanan por fe?" Le respondí: "Sabes, hay solo un sanador, y es Jesucristo." Efectuó todo de exámenes y tomó radiografías de mis pulmones.
Cuando los escuchó, me dijo que estaban completamente limpios. Comparó los Rayos X con todos los anteriores, y halló que mis pulmones estaban sanos. Lo único que se veía en mis Rayos X era la sombra de la cruz que llevaba al cuello, la cual se proyectaba directamente sobre el pulmón que había estado dañado. El médico hizo una anotación al final del expediente: "COMPLETAMENTE LIBRE DE FIBROSIS QUISTICA."
Déjenme decirle que si hay un diablo, hay un Jesús. Si hay un diablo, ciertamente hay un Dios.
Cuando el diablo viene a hostigarte, recuerda que si hay un diablo, también hay un Dios. Muchas personas saben que el diablo anda por allí. Pero amigo, Dios TAMBIÉN ESTA ALLÍ. ¡Jesús es real!
Hay un Dios que habló este mundo a existencia.
El tiene un Hijo que se llama Jesús quien murió por ti y luego se levantó de entre los muertos.
Tú tienes algunos derechos en él. El diablo va a impugnar el Testamento cada vez que decidas actuar basado en una promesa de él. ¿Sabes lo que yo hago cuando él trata de poner síntomas en mi cuerpo o viene contra mi de cualquier otra manera? No me quedo viendo lo que el diablo está haciendo. Digo: "Detente un minuto diablo. Déjame que revise mi Testamento. Déjame ver si ha cambiado en lo más mínimo. Voy a leértelo a tí diablo—por si acaso tú no lo hayas leído.
Mira, Gálatas 3:13 todavía dice: "Cristo me redimió de la maldición de la ley". Ahora diablo, ya que estás impugnando este Testamento, leamos Deuteronomio 28. Dice que toda enfermedad es una maldición de la ley; por lo tanto mi Testamento dice que yo estoy redimido de la maldición de la ley y por eso la enfermedad no puede ser parte de mí. ¡El huirá ante la Palabra de Dios!
La Biblia dice en Apocalipsis 12:11 que "Ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero, y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte."
Debes confiarle tu vida a Dios. Tú eres un vencedor por la sangre y por la Palabra de tu testimonio. Tienes el Testamento, tienes la Sangre. Tienes el Testamento y la prueba de que alguien murió para validar el Testamento. Lo único que tienes que hacer es hacer tuyo el sacrificio de Cristo y reclamar Su sangre en el trono de Dios. ¡Cita parte del Testamento y declara que es tuyo! Luego atrévete a actuar como si fuera así. ¡Sí, dije que oses actuar como si los beneficios son tuyos! Actúa como que si son tuyos aún cuando no te sientas así. ¡La fe requiere acción! Luego mantente firme en la confesión que has sido libertado cuando el diablo trate de robar tus beneficios.
TU TIENES UN ABOGADO
Cuando el Testamento es impugnado, tu tienes un abogado. La Biblia dice en 1 Juan 2:1,2: "Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no p e q u é i s; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y El es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros sino también por los de todo el mundo."
En cualquier corte de justicia hay un abogado y un juez. Nosotros tenemos a Jesús como nuestro Abogado, y nuestro Padre Celestial es el Juez. ¡Tú no puedes menos que salir victorioso con un equipo como ese!
Cuando el diablo empieza a disputar el Testamento, a acusarte y a tratar de robarte, tu Abogado se pone de pie para defenderte. El Juez se sienta en el estrado y tu Abogado dice: "Sólo quiero que veas, Padre, Mis manos; Mira Mis pies y Mi costado. Mira, Yo soy El que murió. Mi sangre está rociada aquí delante de Ti como prueba de que yo compré los beneficios para ellos. E TESTAMENTO ESTA EN VIGOR!
El libro de Apocalipsis dice que El fue como un Cordero inmolado. Con Su preciosa mano El Señala Su Sangre y dice: "Padre, mira esa sangre que derramé cuando estaba en mi cuerpo humano para comprar los beneficios para Mis hijos. Yo declaro que las obras del diablo quedaron anuladas, y que ellos poseen los beneficios que yo les compré."
Nosotros tenemos un Abogado. Su nombre es JESÚS. ¡Cuando el Testamento es imputado. El está de pie y defiende nuestro caso hasta la victoria!
LEAN EL TESTAMENTO
Debemos aprender a revisar nuestro Testamento. Debemos saber lo que nos pertenece, la mayor parte de las personas pierden la batalla cuando el Testamento está siendo impugnado porque ellos no están convencidos de lo que verdaderamente les pertenece. Su cuerpo físico puede parecer enfermo cuando la Biblia dice: "Por Su llaga fuimos nosotros curados”. (Isaías 53:5)
Abraham no consideró su propio cuerpo. "Tampoco dudó, por incredulidad de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido". (Romanos 4:20,21)
¡El mantuvo sus ojos en lo que Dios le había dicho, entonces se manifestó lo que Dios dijo y Abraham fue conocido como el "Amigo de Dios ".(Santiago 2:23)
Esta es la razón por la cual necesitas leer la Palabra de Dios. Necesitas familiarizarte con tus beneficios. Esta es la razón por la cual necesitas reclamar esos beneficios. Esta es la razón por la cual necesitas reclamar esos beneficios. Esta es la razón por la cual necesitas que tu confesión se alinee con la Palabra. Continúa declarando lo que posees en Dios. Mantén fuerte tu firme posición de fe. Cuando el diablo empieza a hostigarte y a disputar contigo, tú sabes que tienes la victoria porque la Sangre de Señor Jesucristo y la Palabra de Dios dice que la tienes! "El cuida su Palabra para ponerla por obra. "(Jeremías 1:12 versión Amplificada). Permítanme exhortarles a que revisen su Testamento diariamente. Cuando parece que todo va mal, abran el Testamento que Dios les dejó. La Biblia dice: "No dejes que estas promesas se aparten de tus ojos". (Proverbios 4:21) Deja que tus ojos físicos vean lo que el testamento dice.
Cuando el diablo empieza a agobiarte, no sólo recuerdes las escrituras (aunque esto también ayuda).
"No se aparten estas palabras de tus ojos", vayan a traer su Testamento. Ábranlo y léanlo en voz alta. Josué 1:8 dice: "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito.
Porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien". Lee tu Testamento EN VOZ ALTA y declara tus derechos de acuerdo al Testamento.
Algunas personas empiezan a llorar cuando el diablo los ataca. Gimen, se quejan y van en busca de algún ministro para que los rescate. ¡NO! ¡NO! ¡NO! REVISEN SU TESTAMENTO!
Aprendan a estar firmes en la Palabra de Dios por si mismos. Aprendan a crecer en Dios. Aprendan a buscar lo que Dios les ha dejado en Cristo.
Aprendan a saber quiénes son en Dios.
Osadamente lleven la promesa que se encuentra en el Testamento al Padre y digan: "Padre, aquí está mi promesa. Me niego a continuar en este problema. Ningún demonio va a hostigarme. Ya no voy a continuar en pobreza sea espiritual, física o financiera.
Estoy reclamando mis beneficios en El Señor Jesucristo para mi y mi casa basado en la Sangre de Jesús. Esa sangre demuestra que El murió por mí y que El resucitó para ser mediador de este Testamento. Yo lo reclamo. No dejaré que el diablo me robe."
Es un gozo tan grande tener algo que podamos leer a diario que nos va a proteger y a fortalecer con las cosas que Dios desea que tengamos.
Toca a la puerta del cielo y reclama todo lo que te pertenece. Cuidosamente estudia tu Testamento.
Léelo y reclama tus beneficios. Ya que los hayas reclamado, SOSTENLOS FIRMEMENTE.
No permitas que el diablo te robe. La Sangre de Jesucristo es una garantía de todo aquello por lo cual El murió.
Conoce lo que está en tu Testamento. Empieza a actuar sobre ello. ¡Vas a darte cuenta que eres acaudalado en Dios! ¡Una herencia ilimitada es TUYA!
DESCUBRE TUS BENEFICIOS EN EL TESTAMENTO
CON RESPECTO A: SALVACIÓN
Marcos 8:35—Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de Mí y de el Evangelio, la salvará.
Juan 1:29—El siguiente día vio Juan a Jesús que venia a él y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Juan 3:3—Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios.
Juan 3:16—De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:36—El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Hechos 2:21—Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Hechos 3:19—Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.
Hechos 4:12—Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Hechos 10:43—De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
Hechos 16:30-31—y sacándolos, les dijo: Señores, ¿Qué debo, hacer para ser salvo?
Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
Romanos 3:23,24—Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Romanos 5:6—Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
Romanos 6:23—Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 10:9,10—Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
2 Corintios 5:17—De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Efesios 2:8—Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
1 Pedro 2:24—Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
1 Juan 5:11—Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
Isaías 28:11—Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo.
Isaías 57:19—Produciré fruto de labios: paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré.
Joel 2:28—Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Mateo 3:11—Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mi, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; el os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Marcos 16:17—Y estas señales seguirán a los que creen. En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas.
Lucas 3:22—Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
Lucas 11:23—Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Lucas 24:49—He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros, pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
Hechos 1:4—Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mi.
Hechos 1:5—Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Hechos 1:8—Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría, y hasta lo último de la tierra.
Hechos 2:4—Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Hechos 2:38,38—Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Hechos 5:32—Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo el cual ha dado Dios a los que obedecen.
Hechos 19:6—Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
Romanos 856—Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
1 Corintios 14:2—Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.
1 Corintios 14:15— ¿Qué pues? Oraré con el espíritu pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.
1 Corintios 14:39—Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar en lenguas.
Efesios 6:18—Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.
Judas 20—Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo.
SANIDAD
Éxodo 15:26—Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviare a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
Salmo 103:3—El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias.
Salmo 107:20—Envió Su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina.
Proverbios 4:20-22—Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.
Proverbios 17:22—El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos.
Isaías 53:5—Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Jeremías 30:17—Mas yo haré venir sanidad para ti y sanaré tus heridas, dice Jehová.
Malaquias 4:2—Mas a vosotros, los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia, y en sus alas traerá salvación' y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
Mateo 4:23—Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñado en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Mateo 8:7—Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
Mateo 8:17—para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Marcos 16:18—Tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Lucas 1:3—Porque nada hay imposible para Dios.
Lucas 9:6—Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanado por todas partes.
Juan 14:14—Si algo pidiereis en mí nombre, yo lo haré.
Hechos 5:16—Y aún de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.
Hechos 10:38—Cómo Dios ungió con el Espíritu
Santo y con poder a Jesús de Nazaret y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanado a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Romanos 8:2—Porque la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Gálatas 3:13—Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero).
Hebreos 2:14—Así que por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.
Santiago 5:14-16— ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el Nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
1 Pedro 2:24—Quien llevó El mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
III Juan 2—Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
AUTORIDAD SOBRE SATANÁS
Isaías 54:17—Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mi vendrá, dijo Jehová.
Mateo 7:29—Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Mateo 10:8—Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Mateol8:18—De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
Mateo 28:18—Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Lucas 9:1—Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.
Lucas 10:19—He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará
Juan 12:31—Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Juan 14:12—De cierto, de cierto os digo: El que en mi cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre.
Juan 14:30—No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mi.
Juan 17:15—No ruego que los quites del mundo sino que los guardes del mal.
Romanos 6:14—Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Romanos 8:37—Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de nuestro Señor Jesucristo.
2 Corintios 10:4,5—Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino que poderosas en Dios, para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo.
Efesios 1:3—Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Efesios 1:19-21—Y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero.
Efesios 4:27—Ni deis lugar al diablo.
Efesios 6:10-17—Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas de diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad., pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del espíritu, que es la palabra de Dios.
Colosenses 2:10—Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
Colosenses 2:15—Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
2 Timoteo 1:7—Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Hebreos 10:13—De ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.
Santiago 4:7—Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
1 Pedro 5:8—Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.
1 Juan 4:4—Hijitos, vosotros sois de Dios, y lo habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
Apocalipsis 21:7—El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y el será mi hijo.
PROSPERIDAD
Deuteronomio 28:11,12—Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar. Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. (Lee los versículos 2-14)
Josué 1:8—Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.
2 Crónicas 20:20—... Creed en Jehová vuestro
Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados.
Nehemias 2:20—Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará.
Job 22:25—El Todopoderoso será tu defensa, y tendrás plata en abundancia.
Salmos 1:2,3—Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará.
Salmos 23:1—Jehová es mi pastor; nada me faltará.
Salmos 37:25—Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.
Salmos 112:3—Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre.
Salmos 122:7—Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios.
Proverbios 10:22—La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.
Joel 2:26—Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
Zacarías 1:17—Clama aún, diciendo: Así dice Jehová de los Ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien...
Malaquias 3:10—Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los Ejércitos, si no abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendiciones hasta que sobreabunde.
Mateo 6:33—Mas buscad primeramente el reino de Dios y su Justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Lucas 6:38—Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Juan 10:10—El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
2 Corintios 9:10,11—Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.
Filipenses 4:19—Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
3 Juan 2— Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
LA VICTORIA SOBRE EL TEMOR
Éxodo 14:13— Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; Estad. firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros...
Josué 1:9—Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
2 Reyes 6:16—El le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.
Salmos 91:5—No temerás al terror nocturno, ni saeta que vuele de día.
Salmos 118:6—Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
Proverbios 29:25—El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será exaltado (estará seguro).
Isaías 35:4—Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Isaías 41:10—No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Marcos 5:36—Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.
Lucas 1:74—Que nos había de conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos.
Romanos 8:15—Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
2 Timoteo 1:7—Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Hebreos 13:6—De manera que podamos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
1 Juan 4:18—En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en si castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Isaías 8:18—He aquí yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel, de parte de Jehová de los Ejércitos, que mora en el monte de Sion.
Daniel 11:32—...Mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará (será fuerte, y hará proezas). -Versión Rey Santiago.
Marcos 16:15-18—Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Hechos 1:8—Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.
Hechos 2:4—Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Hechos 8:17—Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.
Hechos 10:38—Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con El.
1 Corintios 3:16— ¿No sabéis que sois el templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
1 Corintios 12:1 y 4-7— (Versión Amplificada) Ahora acerca de los dones espirituales (dotes especiales de energía sobrenatural), hermanos, no deseo que se les den informes erróneos. Ahora bien, hay diversidad de dotes bien definidos y distribuidos (poderes extraordinarios que distinguen a ciertos cristianos, por el poder de la gracia Divina que opera en sus almas por el Espíritu Santo) y que hay diversidad, pero el Espíritu (Santo) permanece el mismo. Y hay diversidad de servicio y ministración bien definidos, pero es el mismo Señor (a quien se le sirve). Y hay variedades bien definidas de operaciones —de trabajo para lograr cosas— pero es el mismo Dios quien inspira y energetiza todo en todo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu (Santo) —esto es, la evidencia, la iluminación espiritual del Espíritu—para bien y provecho.
1 Corintios 12:8-11—Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; y a otra, fe por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como El quiere
1 Corintios 14:1—Seguid el amor, y procurad (desead) los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.
2 Corintios 10:4—Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
1 Tesalonicenses 5:19,20—No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías.
Hebreos 2:4—Testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
ORA ESTA ORACIÓN Y HAZ TODOS LOS BENEFICIOS QUE DIOS TIENE PARA TI
Amado Padre Celestial, vengo hoy confiadamente a tu trono a reclamar mis beneficios en el reino de Dios. Tengo una herencia que Tú me has dado y la reclamo hoy en la corte del cielo.
Te doy gracias porque me amaste de tal manera que diste a tu único Hijo para que yo tuviera vida eterna. Hoy tengo la certeza de esa vida eterna porque el Espíritu Santo que está en mí da el Testimonio a mi corazón de que yo soy tu hijo.
Te doy gracias porque he recibido la promesa del Espíritu Santo y al hacerlo hablo en lenguas como el Espíritu me da que hable. El Espíritu Santo me da poder continúo para vivir una vida santa y para ser testigo del Señor Jesucristo.
Soy sanado y soy sano ahora. Tengo autoridad sobre Satanás y nada por ningún motivo me hará daño porque mayor es El que está en mí que el que está en el mundo. ! Me someto a Dios y el diablo debe huir!
Te doy gracias Padre, porque en este día Tu Testamento me da prosperidad. Todas mis necesidades están suplidas conforme a tus riquezas en Cristo Jesús. Así como doy, los hombres me dan a mí. Así como busco primero el Reino de Dios y Tu justicia, todas las cosas me son añadidas. De acuerdo a Tu Testamento, soy la justicia de Dios en Cristo. No voy a acobardarme bajo la condenación del enemigo. Andaré en el Espíritu porque he sido hecho la justicia de Dios en Cristo Jesús.
Te doy gracias Padre, porque Tú no me has dado un espíritu de temor sino de poder, de amor y de dominio propio. El perfecto amor de Dios en mí y para mi, echa fuera de mi vida todo temor.
¡Soy libre! Y a quien el Hijo liberta éste es verdaderamente libre.
Tu Testamento me da las armas para la batalla que son los dones de Espíritu Santo; desearé y cultivaré con ahínco estos dones del Espíritu para que pueda edificar y levantar el cuerpo de Cristo.
Te doy gracias Padre, que Tú has oído mi oración porque lo pido en el Nombre de Jesús. Tú has dicho que cualquier cosa que pida en Su Nombre Tú lo harás. Hoy recibo los beneficios de Tu Testamento con gozo y acción de gracias, dando Gloria a Dios.
En el Nombre de Jesús, Amén.



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