EL 6TO SENTIDO FE
Por: John Osteen
Hace algunos años, un amigo mío iba en un aeroplano a 35,000 pies de altura camino a una cita para predicar. Permíteme compartir contigo parte de la experiencia de mi amigo, que ahora está viajando alrededor del mundo cumpliendo el ministerio que Dios le ha dado.
Este hombre era un renombrado pianista. El era un artista tan maravilloso que las oportunidades que le ofrecieron en el mundo del espectáculo le hubiesen asegurado un gran futuro en esa área de su vida. También tenia una magnifica voz de solista. Sus talentos musicales eran estupendos. Dios le había llamado a predicar y él había escogido seguir esa vocación que era la perfecta voluntad de Dios para su vida. Por años se había esforzado en ser fiel a Dios.
Ahora, mientras volaba en el aeroplano camino a predicar el Evangelio, se encontraba a sí mismo en una situación muy particular e insólita. Algunos años antes de este viaje, él había sufrido de lo que médicamente se llama artritis reumatoidea. Esta condición se agravó progresivamente en todo su cuerpo. Sus manos se volvieron nudosas, torcidas, y ya no podía moverlas con libertad. Así que sus días como pianista se habían acabado. Todas las articulaciones de su cuerpo fueron afectadas por esta enfermedad. Sus tobillos se hincharon hasta ser del tamaño de una toronja. Sus rodillas también aumentaron de tamaño. Todas sus coyunturas estaban adoloridas. Era incapaz de moverse normalmente.
Me dijo que no compraba la aspirina por frascos, sino por cajas. Las tomaba constantemente para tratar de aliviar el dolor tan intenso que atormentaba todo su cuerpo.
También me contó que en más de una oportunidad tuvieron que rodarlo fuera de la cama y colocarlo en una bañera con agua caliente.
Tenia que quedarse allí por un tiempo para siquiera poder moverse durante el día. Aparentemente esto aflojaba sus articulaciones y parcialmente le aliviaba un poco el dolor. Su cuerpo se encorvó. No podía caminar en forma normal, sino que simplemente hacía lo mejor que podía con sus rodillas, tobillos y el resto de sus articulaciones las cuales le dolían y estaban totalmente deformes.
Esta era su condición mientras que estaba sentado en el aeroplano yendo a predicar el Evangelio.
Los médicos ya le habían dado el veredicto de que no había esperanza. No había nada que la ciencia médica pudiera ofrecerle en cuanto a una sanidad permanente. Sólo podía obtener alivio del dolor por medio de los medicamentos. Le dijeron que sencillamente tendría que vivir de esta manera y gradualmente iría empeorando.
Su habilidad para bendecir a las personas por medio de la música se había terminado para siempre.
Ya no tenía capacidad para caminar o vivir una vida normal. Pero allí estaba en ese aeroplano determinado a ir y predicar el Evangelio lo mejor que pudiera en esas condiciones.
El me relató lo que le sucedió en ese viaje.
En realidad se llevó a cabo un milagro. Ah, el mundo no podía ver el milagro. Los que estaban alrededor, no se percataron de él. Pero a pesar de ello, el milagro se llevó a cabo. Al estar leyendo su Biblia en el avión, empezó a meditar en las escrituras. Vio que Jesús llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores y por Su llaga fuimos nosotros curados. (Isaías 53:4-5)
Leyó en Mateo 8:17 que Jesús sanó a todos los enfermos: "Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias. " Leyó en I Pedro 2:24 donde dice: "Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados."
Súbitamente una luz se encendió en lo más profundo de su ser. Escuchó en su hombre interior las palabras: "Por Su Herida TU FUISTE SANADO." Mientras iba a 35,000 pies de altura se hizo en él una clara comprensión de esta verdad.
¡Repentinamente él supo que estaba sano!
Se dio cuenta que era libre de esa enfermedad y empezó a regocijarse porque sabía que estaba sano.
Durante el trayecto y luego de haber recibido por revelación de Dios, el conocimiento de su sanidad, aún no se notaba el cambio. Su cuerpo no sentía diferencia alguna, su cuerpo no funcionaba de manera diferente, pero él sabía que estaba sano. Sabía en su interior que un milagro se había llevado a cabo.
Cuando aterrizó el avión, él casi no pudo ponerse de pie. Atravesó penosamente el pasillo y salió al encuentro del pastor de la iglesia, quien al verle le ayudó con su equipaje y le dijo: "Hermano, ¿cómo estás?" Mi amigo, exteriormente lleno de artritis reumatoidea, aún encorvado y tambaleándose, con dolor en las coyunturas, todavía incapaz de levantar la vista en una forma normal, volvió un poco su cabeza (hasta donde le era posible) para ver al pastor y dijo: "¡Ah, estoy muy feliz de anunciarle que soy sano por la herida de Jesús!"
¡Claro que el pastor pensó que no sólo su cuerpo había sido afectado por la enfermedad sino también su mente!
Llegó el momento para que mi amigo ministrara en la iglesia de este pastor. Tambaleándose llegó hasta la plataforma y se puso detrás del pulpito. Con la artritis aparentemente dominando su cuerpo vio a la congregación y dijo: 'Antes de abrir la Biblia y predicar quisiera hacer una confesión. Quisiera regocijarme delante de todos ustedes y decirles que estoy feliz porque el Señor Jesucristo ha sanado mi cuerpo.
También estoy feliz de que por la herida de Jesús yo he sido sanado. Quiero que se alegren conmigo porque estoy sano. La artritis no puede vivir en mi cuerpo. Mis articulaciones están bien.
Regocíjense conmigo porque soy una persona normal y porque puedo tocar el piano otra vez.
De nuevo puedo caminar normalmente. Quiero que se alegren conmigo porque soy sano."
Cada una de las personas en esa congregación reaccionó de manera diferente. Estoy seguro que muchos de ellos cuestionaron la credibilidad del hombre tras el pulpito.
Para finalizar la historia, el hombre comenzó a mejorar y mejorar y mejorar. En cuestión de semanas, toda la artritis había abandonado su cuerpo, y cada articulación estaba normal. Ya podía tocar el piano. El estaba perfectamente normal. Esto fue hace más de veinte años. He estado personalmente en sus reuniones y he llorado mientras tocaba el piano y cantaba las canciones de Sion y alababa al Señor Jesucristo.
¡Verdaderamente él está viviendo una vida normal hasta el día de hoy!
Ahora, ¿qué sucedió durante ese vuelo?
¿Hay alguna ley que puede sobrepasar las leyes que conocemos en el reino natural?
¿Habrá algo que no alcanzamos a entender con nuestras mentes naturales? ¿Qué sucedió en realidad en aquel aeroplano?
La Biblia habla acerca de la ley de la fe. La Biblia habla acerca de la ley del Espíritu de vida, haciéndonos libres de la ley del pecado y de la muerte. Sentado en esa nave, este amigo recibió en su hombre espiritual el conocimiento que el mundo no es capaz de recibir con la mente carnal, natural.
La Biblia dice que la fe es del corazón.
Romanos 10:10 dice "Porque con el corazón se cree..." Es con el corazón que tú crees. Al hablar del corazón, se refiere al hombre espiritual. Hay un hombre espiritual dentro de tu cuerpo físico.
El Señor Jesús nos dice por inspiración del Espíritu Santo a través del Apóstol Pablo que la fe es una fuerza espiritual. Fe es la fuerza que surge del hombre espiritual. Es el hombre espiritual el que es capaz de responder a la Palabra de Dios y ejercitar la fe.
La fe es del corazón.
La fe es una fuerza espiritual.
"Porque con el corazón se cree..."
¿Ves? Mientras que ese hombre iba en el avión, invadido por una enfermedad que lo inutilizaba y que lo hubiera tenido cautivo toda la vida, él meditó en la Palabra de Dios. Él leyó sobre las promesas de Dios y las grandes declaraciones de Dios con respecto a la eterna redención que tenemos en el Señor Jesucristo. Las leyó y meditó en ellas hasta que ya no estaban solamente en su mente. Ya no era solamente su mente carnal la que meditaba sobre estas cosas, sino que su hombre espiritual comenzó a captar estas verdades. Su hombre interior empezó a alimentarse de las cosas de Dios, quien es Espíritu.
Era una comunicación de Espíritu a espíritu.
Cuando su espíritu comenzó a hacer suyas las verdades eternas acerca de como Dios nos había redimido de las enfermedades físicas, algo comenzó a suceder en él.
Cuando su espíritu oyó; "Por su llaga fuimos nosotros curados ", la fe se hizo real porque la fe es del corazón. Es con el corazón que el hombre cree. Este hombre de pronto supo, no con su mente sino con su corazón; con su hombre espiritual, que estaba sano. Al saber esto, su confianza fue inamovible. El había oído en su espíritu (el verdadero hombre) a Dios, quien es Espíritu, hablándole.
Su cuerpo se veía igual. Respondía en la misma forma que antes. No mostraba evidencia alguna de que hubiera cambios. Sin embargo, en lo profundo de su ser, él sabía que estaba sano,
¿Ves? Hay un sexto sentido. El cuerpo tiene cinco sentidos: La vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto. Cinco sentidos. Y con estos sentidos naturales nos ponemos en contacto con el mundo físico.
Pero hay otro sentido.
Si Dios le ha dado al cuerpo físico cinco sentidos para estar en contacto y funcionar en el mundo natural y material, entonces ciertamente El le ha dado al hombre espiritual, vivificado con la vida de Dios Todopoderoso, algún tipo de sentido para actuar en el reino espiritual. ¡Sí! El hombre espiritual hecho vivo por la gracia y el poder que resucitó a Jesucristo, tiene un sentido, y nosotros llámanos a ese sentido, LA FE. La fe es totalmente independiente de los cinco sentidos que usamos para actuar en el mundo físico y material.
Esto es lo que le sucedió al hombre en el avión: dejó lo natural y entró a lo sobrenatural.
Dejó lo físico y entró a lo espiritual. Salió de su naturaleza física y entró a su naturaleza espiritual. Ese único sentido de la fe, alimentándose de la Palabra de Dios, recibió conocimiento por revelación y recibió una certeza inconmovible de que mi amigo estaba totalmente sano.
¡Aunque todos sus sentidos físicos lo negaban, y no había evidencia en ninguno de ellos que corroborara que estaba sano, este único sentido de la fe — al cual no abandonaría — dominó y venció a los otros! ¡Y su cuerpo respondió! La enfermedad y las dolencias le dejaron. Ahora, después de más de veinte años, todavía está viviendo normalmente porque actuó en la ley de la fe.
¿Necesitas tú un milagro hoy?
¿Te das tú cuenta de que hay esperanza?
¿Ves que puedes salir de tus prisiones?
Jesús dijo: "Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible" (Mateo 19:26). Jesús dijo esto para fortalecer nuestros corazones. Al ver tu situación hoy, ¿se ve imposible para los hombres? ¿Es imposible para ti el ser sanado? ¿Es imposible que tu familia vuelva a unirse? ¿Es imposible que se resuelva esa situación?
¿Todas las voces de tus parientes y de los médicos y de los profesionales y de los amigos, te dicen la palabra” imposible"? Si es así, entonces oye la dulce voz del Hijo de Dios, que no miente. "Las cosas que son imposibles para los hombres son posibles para Dios. "
De esto es de lo que se trata este libro. Te dirá cómo puedes moverte en el sexto sentido llamado la fe.
Puedes deshacerte de esos grilletes que te mantienen en el reino de lo natural y tocar a Dios quien está en el reino de lo sobrenatural.
Este libro te enseñará a estar consciente de dos mundos, el mundo visible y el mundo invisible.
Aprenderás cómo puedes ponerte en contacto y actuar en la ley de lo invisible, donde no hay imposibilidades.
Amigos míos, mi corazón se regocija al saber que ustedes van a encontrar la ayuda y el milagro que necesitan.
En nuestra familia hemos experimentado muchos milagros como resultado de la verdad, que voy a compartir con ustedes en este libro.
Mi esposa es enfermera titulada y puede vividamente describir a nuestra hija Lisa, quien nació anormal hace más de veinte años. El pediatra dijo que ella sufría de perlesía cerebral.
No tenía reflejos de succión, no tenía tono muscular. No tenía habilidad para gatear. Su cuerpo estaba débil. Y la palabra "imposible" estaba escrita sobre su vida. Nuestros corazones estaban entristecidos. Parecía que no había forma de que ella tuviera oportunidad de vivir una vida normal. Enfrentamos esta situación y pusimos en acción las leyes y los principios de Dios presentados en este libro.
Cuando comenzamos a actuar en Dios hallamos, como lo hizo ese amigo mientras viajaba en el aeroplano, las verdades eternas de Dios. En nuestro interior, ellas trajeron luz para iluminar nuestro entendimiento. Empezamos a regocijarnos porque nuestra hija era sana.
Oramos la oración de fe, la ungimos con aceite.
Aunque no hubo cambios en su cuerpo y parecía que ella sería anormal para siempre, nuestro hombre espiritual, nuestra naturaleza espiritual declaró que teníamos la certeza de que Lisa había sido sanada por la herida del Señor Jesucristo.
Todo en ella gritaba: "No, no, no, ella no es normal".
Sin embargo, nosotros sabíamos lo contrario en nuestro interior.
Cada uno de nuestros cinco sentidos gritaba: "No, no, no, ella no está sana".
Sin embargo, ese sentido llamado FE que predomina en nuestra naturaleza espiritual, ese sentido que tiene conocimiento por revelación de Dios, venció a todos los sentidos naturales.
Me alegra anunciarles que después de veintidós años (al escribir esto), nuestra hija continúa sana y normal. Esto se hizo una realidad desde que ella era una niña muy pequeña. Vivió normalmente todos sus años escolares y doy gracias a Dios que ella es normal y está bien hasta el día de hoy porque descubrimos cómo movernos en este sexto sentido llamado la fe.
La fe se alimenta de la Palabra de Dios. La fe es del corazón.
Yo podría narrarles muchísimos milagros en la vida de nuestros otros hijos, en la mía y en la de mi esposa, que son como resultado de funcionar utilizando el sexto sentido.
Déjame animarte a que medites en la Palabra de Dios.
Estudia las verdades presentadas en este libro hasta que puedas levantarte por encima de la palabra "imposible". Comienza a actuar en el reino de la fe.
La fe es del corazón.
Medita sobre estas verdades hasta que penetren y lleguen más allá de tu mente carnal.
Medita sobre estas verdades hasta que se internalicen en tu espíritu.
Recíbelas en tu hombre espiritual como conocimiento por revelación de Dios, quien es Espíritu.
Al meditar en el Señor empéñate en entablar una comunicación de Espíritu a espíritu (o sea tu espíritu comunicándose, escuchando y respondiéndole a Dios quien es Espíritu).
Veamos la Palabra de Dios mientras continuamos exponiendo estas verdades. Regocíjate desde ahora porque Dios te dará los deseos de tu corazón.
En Génesis 1:1-3 dice: "En el principio Dios (preparó, formó, diseñó), y creó los cielos y la tierra. La tierra estaba sin forma y era un vació yermo, y las tinieblas estaban sobre la faz de las grandes profundidades. El Espíritu de Dios se movía, (cirniéndose, empollando) sobre la faz de las aguas. Y Dios dijo: Sea la luz; y se hizo la luz" (Amplified Bible).
Leemos en Hebreos capitulo 11, versículo 3: "Por fe entendemos que los mundos (durante las edades sucesivas) fueron enmarcados — diseñados, puestos en orden y equipados para el propósito para el cual fueron destinados — o la palabra de Dios, de manera que lo que vemos no fue hecho de cosas que son visibles" (Amplified Bible).
Estas escrituras nos enseñan a unir nuestras manos con las del Creador. Dios nuestro Padre es creador. Jeremías dijo: "¡Oh, Señor Jehová!
He aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti" (Jeremías 32:17).
Sabemos que Jesús es creador. Colosenses 1:16 dice: "Porque fue en él que todas las cosas fueron creadas en el cielo y en la tierra, cosas que se veían y cosas que no se veían, sean tronos, dominios, gobernadores o autoridades; todas las cosas fueron creadas y existen a través de él (por su servicio, intervención) y en y para él" (Amplified Bible).
Juan 1:1-3 dice que Jesús fue también creador del universo.
Sabemos que el Espíritu Santo es creador.
Somos de la clase de Dios y pertenecemos a su familia. Dios espera que tengamos habilidad creativa. Tenemos que unir nuestras manos con las de El. En estos días hemos sido hechos colaboradores con Dios para crear cosas.
En hebreos 11:3 dice: "Por fe entendemos que los mundos (durante las edades sucesivas) fueron enmarcados — diseñados, puestos en orden y equipados para el propósito para el cual fueron destinados — por la palabra de Dios, de manera que lo que vemos no fue hecho de cosas que son visibles" (Amplified Bible).
Tú eres un pequeño mundo. Todos tenemos el nuestro. Mientras algunas personas están alegres, tu mundo puede estar haciéndose añicos.
Puede estar como el mundo al principio; sin forma, vacío y las tinieblas moviéndose sobre la faz del abismo (Génesis 1:2). Es posible que ésta sea la forma en que estás hoy, con tu mundo vacío, en caos y tinieblas. ¡Gracias a Dios tu mundo puede ser reconstituido!
¡Tu mundo puede ser remodelado!
¡Tu mundo puede ser equipado para el propósito para el cual fue destinado!
Esto se logra por medio de la Palabra de Dios y de las fuerzas invisibles de Dios.
Veamos otra vez Hebreos 11:3: "De manera que lo que vemos..." ¿Qué vemos? La estrellas, la luna, el sol, la tierra, los árboles, el polvo, las flores, la hierba, las nubes. La Biblia dice que lo que vemos no fue hecho de las cosas que son visibles. Lo que vemos fue hecho de cosas invisibles.
Lo que vemos en este mundo natural fue realmente hecho de fuerzas invisibles. Hebreos 11:3 está hablando acerca de dos mundos — hay un mundo que vemos y hay un mundo que no vemos. Existe el mundo visible y el mundo invisible.
Hay un mundo material y un mundo espiritual.
La Biblia dice que lo que ves en lo físico, en el reino material, no fue hecho de cosas que se veían sino que fue hecho de lo invisible. Es significativo que Dios comenzara este capitulo de fe de esta manera. El Creador del universo empezó con fuerzas invisibles. Comenzó en el área de lo que no vemos. Empezó en la dimensión espiritual. Todos los ladrillos creativos de Dios están en otra dimensión — el mundo invisible.
LOS LADRILLOS QUE NECESITAMOS PARA CREAR NO SON DE ESTA DIMENSIÓN MATERIAL.
Están en otra dimensión. Dios tiene ladrillos, sustancia creativa que todos podemos usar, pero no están en el universo material Sus ladrillos están allá en lo invisible, en lo que no vemos, en el mundo espiritual LAS COSAS QUE SE VEN NO SON HECHAS DE COSAS VISIBLES, SINO DE COSAS INVISIBLES
La fe es nuestro sexto sentido para ponernos en contacto con esta más alta dimensión de realidad. Hebreos 11:1 dice: "Ahora fe es la certeza (la confirmación, el titulo de propiedad) de las cosas que [nosotros] esperamos, es la prueba de cosas que [nosotros] no vemos (está hablando de fuerzas invisibles) y la convicción de su realidad — la fe percibe como un hecho real lo que no ha sido revelado a los sentidos" (Amplified Bible).
¡La fe creada por la Palabra de Dios percibe como un hecho real aquello que no es revelado a nuestros sentidos naturales!
Hay cinco sentidos en el cuerpo humano.
Estos son, la vista, el gusto, el olfato, el oído y el tacto. Tocamos, olemos, vemos, oímos y gustamos. Todos éstos están en el mundo natural. Usamos estos sentidos para ponernos en contacto con el mundo natural. Dios te dio estos cinco sentidos para usarlos en el mundo físico.
Pero hay otro sentido más, el sentido del hombre espiritual en tu interior, y este sentido se llama la fe.
Este sentido de la fe es usado para tocar lo que no se ve, el mundo invisible. Los sentidos naturales no pueden tocar esa dimensión espiritual, no tienen contacto con ella. Pero la fe, creada por la Palabra de Dios, te capacita para alcanzar la dimensión de lo invisible y activar el poder creativo de Dios.
La Biblia es como un gran bosque. Creciendo en ese bosque están los Sequoias gigantes (árboles inmensos de California de madera rojiza) de las eternas verdades de Dios. Necesitamos caminar diariamente entre este gran bosque y ver a los gigantes, a los Sequoias inconmovibles de las verdades eternas de Dios y refrescarnos ante su presencia. Entonces podemos regresar a este mundo material con el conocimiento por revelación de que los principios bíblicos son verdades eternas.
Te daré una ilustración sobre nuestros cinco sentidos. Voy a usar a mi esposa Dodie en esta ilustración. Ella usa un perfume especial. Yo puedo pasar cerca de Dodie y uno de mis sentidos, el olfato, me va a advertir y a decir si ella tiene ese perfume. Yo percibo el olor de ese perfume.
Uno de mis sentidos registra el hecho: aquí hay perfume.
Sin embargo, en el reino natural mis otros sentidos no tienen ninguna prueba de que el perfume está realmente allí.
Mis ojos podrían decir: "¿Perfume? Yo no lo veo. Nunca podrás convencerme de que algo que no puedo ver sea real".
Mis oídos podrían decir: "Yo no oigo ese perfume.
Nunca me convencerás de que algo que no puedo oír sea real".
"¿Perfume?" Mis manos podrían decir: "Yo no siento ningún perfume. No podrás convencerme nunca de que algo es real si no puedo sentirlo". Mi lengua podría decir: "Yo no puedo gustar ningún perfume. Aquí no hay perfume".
Podría comenzar a pensar: "Aquí no hay ningún perfume: no lo palpo, no lo siento, no lo oigo, no lo veo, no lo puedo gustar".
Pero mi nariz podría decir: "Ustedes otros sentidos, ¡cállense! Como nariz ya he experimentado el perfume. He confirmado con mi sentido del olfato su realidad. No importa que ustedes no puedan oír, o ver, o gustar, o tocar. Mi habilidad para oler dice que es real. ¡Es real! Yo he usado mi sentido del olfato para confirmarlo.
Les anuncio que es real".
De esta misma forma, yo entro por mi sentido de la fe dentro de la Palabra de Dios — entro al gran bosque de Dios y medito en lo que El dice que es mío en ese reino invisible. Veo las grandes verdades de Dios Todopoderoso y, con ese sexto sentido que está en mi hombre espiritual, creo y estoy consciente de que son mías.
Veo y sé que la salvación es mía. Lo creo.
La sanidad es mía.
La prosperidad es mía. Todas las bendiciones de Dios son mías.
En base a la información del sexto sentido, la fe, puedo confiadamente decir: "¡Soy sano!
¡Soy bienaventurado! ¡Estoy redimido! ¡Soy próspero!"
Ahora, cuando comienzas a actuar como si la Palabra es verdad, tus cinco sentidos naturales dirán: "Yo no puedo tocarlo, no puedo oírlo, no puedo verlo, no puedo sentirlo, no puedo gustarlo, así que no estoy sano. No puedo ser próspero. He visto mi chequera y mis ojos no han visto nada. He tocado mi cuerpo y las protuberancias están todavía allí."
Mi sentido del tacto y mis sentimientos me dicen que no estoy sano. Mis ojos me dicen que no soy próspero. Mis oídos me dicen que no lo tengo.
Pero, ¿sabes? Hay un principio espiritual trabajando. Es exactamente como cuando puedo oler el perfume de Dodie. Mi sentido de la FE les dice a estos cinco sentidos naturales: "¡Ustedes cinco sentidos, cállense! Yo he estado viendo las verdades eternas de Dios y he recibido conocimiento por revelación de lo que está más allá de ustedes. ¡Puedo asegurarles que aunque no tengan otra prueba, esto es una realidad!
¡Dios no miente!"
Cuando tu nariz te asegura la presencia del perfume, todos tus otros sentidos no tienen forma de probar que el perfume está en el aire.
¿Por qué vas a permitir que tus sentidos naturales tengan más integridad que Dios Todopoderoso?
Quiero decirte que el sentido del olfato en tu nariz no tiene más integridad que Dios. Tu nariz puede estar equivocada. Puede estar defectuosa.
Pero Dios no es defectuoso.
Aventuremos y entremos al gran bosque de las verdades eternas de Dios y hallemos sus abundantes bendiciones para nosotros. Descubriremos que Dios nos ha dado ciertos beneficios. Nuestra fe detecta y confirma que son nuestros. Nuestra fe meditará sobre esas verdades.
Meditar en la Palabra de Dios es la mejor forma de poner a trabajar tu fe.
La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios (Romanos 10:17). Vive en la Palabra de Dios. Camina cada día bajo la sombra de los gigantescos árboles de las verdades eternas de El. Solázate al calor de la luz del sol del mundo espiritual de Dios y conoce que en esa dimensión invisible, esto es tuyo. Tu fe te dice que es tuyo.
La fe hace que la Palabra de Dios escrita venga a ser como la voz audible de Dios hablando personalmente a ti. Medita en ella hasta que puedas decir: "Soy salvo, soy sano, soy próspero, soy victorioso, soy fuerte". No importa lo que los cinco sentidos digan en este reino natural, tu fe lo percibirá como un hecho real.
La Biblia dice que Dios creó cosas materiales de cosas que son invisibles. Todas nuestras bendiciones vienen de un mundo invisible. Tu redención es espiritual. El perdón se encontraba en lo invisible. ¿Cómo descubrí ese gran hecho invisible del perdón? Lo encontré en la Palabra de Dios. Era invisible y se hizo visible cuando yo lo acepté. La sanidad y prosperidad habitan en la dimensión espiritual, el mundo invisible. Cuando lo vemos allí en la Palabra de Dios y nuestro sexto sentido de la fe se apropia del, entonces la fe lo trae al mundo natural.
Tus sentidos frecuentemente tratarán de contradecir la Palabra de Dios, tal como mis otros cuatro sentidos me decían que no había ningún perfume presente. Pero recuerda que mi nariz con su pequeño sentido del olfato, les convenció a todos ellos que allí había perfume.
Cuando regresamos del gran bosque de las eternas verdades de Dios, entonces la fe grita: "¡Lo tengo! ¡Lo tengo!" Y los cinco sentidos pueden decir: "¡No lo tienes! ¡No lo tienes!
¡Sabes que no lo tienes! ¡Mira el historial médico, mira los exámenes de laboratorio! ¡Tómate unas radiografías! ¡No hay ningún cambio!"
Este es el campo de batalla. Pero recuerda que la batalla se gana cuando escuchas a tu hombre espiritual regocijándose en lo que él sabe que es la verdad. Lo sabe a través del conocimiento por revelación que obtuvo de la Palabra de Dios por el sexto sentido de la FE.
En II Reyes capítulo 6, se cuenta esta historia: Los sirios peleaban contra los israelitas y cada vez que los sirios se movían, los israelitas sabían con precisión donde se encontraban. Ellos tomaban un camino según sus planes de ataque y los israelitas ya los estaban esperando. Así que el jefe sirio reunió a toda su gente y les dijo: "En este consejo de guerra quiero saber ¿quién está por Israel y quién por nosotros? Debe haber algún espía en este campamento".
Un siervo le dijo: "No, no es que haya un espía entre nosotros, sino que hay un profeta en Israel. Y lo que susurras en tu cámara más secreta, él se lo dice al rey de Israel" (v.12).
Este hombre dijo: "¡Lo que susurras en tu cámara más secreta ellos lo saben!" Así será con nosotros. Dios va a actuar por medio de lo sobrenatural. El dijo: "¿Quieres decir que hay un profeta allí que puede saber estas cosas?" Sí.
¿Sabes qué hicieron los sirios? Enviaron a un gran ejército a traer a un solo hombre. Así de asustado está el diablo de los cristianos llenos del Espíritu Santo.
Elíseo estaba en Dotan y ellos enviaron un ejército allá durante la noche para apresar a un solo hombre.
¿Puedes imaginártelo? Tal vez no lo sepas, pero el diablo te tiene miedo. La Biblia dice: "Resistid al diablo y huirá (aterrorizado) de vosotros". El diablo tiembla al sólo pensar en ti.
Ellos enviaron un ejército tras un solo hombre.
Elíseo estaba durmiendo y tenía a su lado a un joven que me recuerda a algunas personas de hoy. La Biblia dice en el versículo 14: "Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército". ¿Puedes imaginarte un gran ejército? Llegaron de noche y sitiaron la ciudad. El ejército sitió la ciudad con caballos y carros y entonces su criado le dijo "¡Ah, señor mió! ¿Qué haremos?"
Todo lo que este joven podía ver era este mundo.
Se puso nervioso, afligido y dijo: "Oh, ¿qué vamos a hacer?" He oído a mucha gente en estos días hablar acerca del hambre, de las pestes y de la destrucción que vendrá sobre el mundo.
Bien, es posible que esto les ocurra a algunos, pero. . . ¡No vendrá sobre mí! ¡Gloria a Dios!
Dios me bendice. Dios no me ha llamado a ira.
Me ha llamado para obtener salvación a través del Señor Jesucristo.
Puedo oírles hablar sobre todo esto con angustia, retorciendo sus manos: "¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a hacer?"
Este es un cuadro del mundo de hoy:"¡Ah, Señor mío! ¿Qué haremos?"
Elíseo se levanta, sale afuera y dice: "Déjame examinar la situación".
Mira a su alrededor y ve los cientos y posiblemente miles de caballos y carros allá afuera y dice: "Oh, no te preocupes, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos".
Puedo imaginarme a ese joven viviendo en el día de hoy. El hubiera dicho: "Elíseo, aún en las matemáticas modernas, uno más uno son dos, y ellos son más numerosos que nosotros".
Elíseo dijo: "Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea. Y el Señor abrió los ojos del joven y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Elíseo. “(II Reyes 6:17)
Las huestes celestiales rodeaban al enemigo.
Elíseo no dijo: "Mira, Dios acaba de crear algunos ángeles". No. Aquellos ángeles estuvieron allí todo el tiempo. Ellos existían en el mundo invisible desde antes. Sólo porque fueron manifestados en el mundo visible, en lo físico, no hay razón para creer que esos ángeles acababan de ser creados. ¡NO! Sabemos que ellos ya existían allí en el mundo invisible. Dios únicamente manifestó su presencia haciéndolos visibles en la dimensión física.
Algunas veces, cuando comenzamos a experimentar la sanidad decimos: "Oh, gracias Dios, ya estoy sano. Fui sanado ayer a las 10:30 de la mañana".
NO. La sanidad existe para ti desde que Jesús murió y la compró con su Sangre. Ha sido tuya por años. La salvación ha sido tuya por años. La vida eterna es tuya. La sanidad es tuya.
La prosperidad existe continuamente en otra dimensión. Dios, a través de tu fe, manifestará todas estas cosas en el reino material.
Algunas veces no ves tu sanidad. Algunas veces no ves tu prosperidad. Algunas veces no sientes que hayas obtenido la victoria, pero eso no quiere decir que no sea tuya. Así como tienes un ángel que está a tu lado y estás convencido por la Palabra de Dios que él vive en ese mundo invisible cuidando de ti, así también tu sanidad está allí. Tu prosperidad está allí. En lo que respecta a Dios esto es tuyo. Puedes regocijarte por medio de tu sentido de la fe de que es tuyo, aunque todavía no se haya manifestado.
Supongamos que le digo a mi esposa Dodie: "Querida, puse $1,000.00 en el bolsillo de tu abrigo que se encuentra en el guardarropa de la entrada, para que los gastes en lo que quieras".
¿Sabes lo que haría Dodie? Primero que todo, su corazón comenzaría a alegrarse porque ella cree en lo que yo le digo. Segundo, comenzaría a hacer planes sobre lo que compraría. Tercero, comenzaría a hablar acerca de esta bendición de $1,000.00. Diría: "¡Tengo mil dólares! Voy a comprar esto y aquello. ¡Estoy tan emocionada por esta maravillosa bendición!"
Aunque ella hace estas tres cosas, todavía no ha visto los mil dólares, aún no ha sentido el olor de los mil dólares, no ha gustado los mil dólares, no ha tocado los mil dólares, ni ha oído el crujido de los mil dólares. Sus sentidos naturales no han tenido ningún contacto con los mil dólares. Ella solamente tiene la palabra de una persona a quien ella ama y en quien confía.
¿Qué hace ella? Ella cree, habla, se alegra, hace planes, aún cuando no ha tenido ninguna evidencia, excepto la fe en mi palabra.
¿No es extraño cómo las personas actúan basadas en la palabra de un esposo, un abogado, un médico o una esposa, y sin embargo no actúan en esta forma respecto a la Palabra de Dios?
El hombre puede mentir pero Dios no miente.
Conforme te internas en la Palabra de Dios.
En ese gran bosque de eternas verdades de Dios, encontrarás que El ha puesto mucho en tus bolsillos. Te dio la salvación y la sanidad para tu cuerpo. Te dio prosperidad y fortaleza para los quehaceres físicos. Te dio la victoria y la habilidad para derrotar al diablo. Todo está allí, en el mundo espiritual. Está en tu bolsillo espiritual. Todavía no lo has tocado, aún no lo has visto, ni lo has sentido. ¡Lo único que tienes es la Palabra de Dios Todopoderoso quien no puede mentir!
Cuando regresas al reino de los sentidos, aquí en el mundo visible, y comienzas a confesar: "Soy salvo, todas mis deudas han sido pagadas. Tengo fuerzas, he sido sanado. Soy libre, estoy colmado de bendiciones". Quizá tú no tengas evidencia física para comprobarlo, pero esto no debe molestarte en lo absoluto. Has estado meditando en la Palabra de Dios y tu hombre espiritual lo ha visto y lo ha alcanzado con la mano de la fe para poseerlo. Puedes confiadamente decir:
"Lo tengo por fe y sé que es mío".
¿Sabes? La fe se extiende hacia el área invisible, y crea el reino físico con verdades invisibles.
Todo lo que vemos no fue hecho de lo visible sino de lo invisible. Todas las personas de fe rápidamente dirán que la prosperidad, salud, sanidad y salvación no fueron hechas de cosas visibles sino de lo invisible.
Quiero mostrarte este principio de fe entrando al mundo invisible. Miremos de nuevo Hebreos 11:1 "Ahora fe es la certeza (la confirmación, el titulo de propiedad) de las cosas que [nosotros] esperamos, la prueba de cosas que [nosotros] no vemos y la convicción de su realidad — la fe percibe como un hecho real lo que no ha sido revelado a los sentidos".
Este es el principio clave: la fe va a la Palabra de Dios, le cree a Dios y ve como un hecho real lo que aún no ha sido revelado a los cinco sentidos físicos.
Hebreos 11:3 dice: "Por fe entendemos que los mundos [durante las edades sucesivas] fueron enmarcados — diseñados, puestos en orden y equipados para el propósito para el cual fueron destinados — por la palabra de Dios, de manera que lo que vemos no fue hecho de cosas que son visibles".
Sería tonto que alguien dijera: "Bien, yo no creo en eso de leer la Biblia. No creo en todo eso".
Algunos no se internan en el bosque de las eternas verdades de Dios y luego se preguntan por qué no tienen fe. Se extrañan porque no tienen habilidad alguna para creer en Dios. ¡Ah, como esta verdad debería hacernos vivir en la Palabra de Dios!
La Biblia dice que entendemos que las cosas que se ven fueron hechas por la Palabra de Dios.
La clave es la Palabra de Dios.
Debes comenzar con la Palabra de Dios.
Lo que ahora vemos no fue hecho de lo visible.
Las cosas que vemos fueron hechas de lo invisible y se hicieron visibles por el poder de la Palabra de Dios.
Hebreos 11:6 "Pero sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay". ¿Quieres decirme que debo creer que hay un Dios invisible?
El principio básico de la fe es creer que Dios es; creer que le hay.
Dios es una persona invisible. ¿Quieres decir que Dios espera que yo crea en lo que no veo?
El llega hasta el punto de pedirte que creas que El existe aún cuando no lo puedes ver.
¿Para qué preocuparte sobre la prosperidad financiera que aún no ves, o la sanidad que todavía no ves? ¿Para qué preocuparte sobre ese problema que aún no se ha resuelto?
Los que creemos en Dios debemos creer que lo invisible ES.
¡LO INVISIBLE ES!
El primero de los principios básicos para obtener cualquier cosa del mundo invisible es creer que ES, que existe; que verdaderamente existe para ti. Dios se encuentra allá y también toda bendición que podamos necesitar, pero la base de todo para alcanzar cualquier cosa es creer que ES. ¿Está la sanidad allí? ¿Murió Jesús para que tú fueras sanado? ¡Sí! ¿Murió Jesús para que fueras prosperado? Sí. ¿Hay salvación? Sí. ¿Hay bendiciones? Sí. ¿Podemos vencer al diablo? Sí.
Cuando te acercas a Dios debes creer que ese Dios invisible es; que El verdaderamente existe.
Debes creer que este Dios invisible es prendador de aquellos que diligentemente le buscan (Hebreos 11:6). Dios es un galardonador, un premiador.
Dios, quien es invisible, es recompensador de aquellos que diligentemente le buscan. Si, El mismo, el Dios invisible es un premiador de aquellos que le buscan diligentemente. ¿No es la sanidad una recompensa si con diligencia la busco? No es la prosperidad para mi si diligentemente busco esa bendición invisible?
¿No seré victorioso sobre todos estos asuntos, si con diligencia los busco?
Muchas veces buscamos diligentemente a Dios, pero no buscamos las bendiciones con diligencia. Tú puedes decir: "Han orado por mí, y he leído las escrituras que me dijeron que confesara por dos días. Las he confesado por dos días pero todo el tiempo yo pensaba: Esto no va a servir, esto no va a funcionar porque no me siento mejor". ¿Ves? Esto no es buscar diligentemente a Dios. La Biblia dice que debemos leer la Palabra de Dios y buscarle a El como a un tesoro escondido, como al oro y la plata (Proverbios 2:4).
Si buscas diligentemente cualquier bendición que se encuentra en la Palabra de Dios, El te recompensará con su manifestación. Cuando esta bendición se manifiesta a los hombres y mujeres de fe, ellos no se emocionan diciendo: "¡Hoy me bendijo Dios!" Sino que dicen: "¿Sabes qué sucedió? Se manifestó aquello que todo el tiempo supe que era mío". Cuando tu sanidad se manifiesta y ese nódulo desaparece de tu cuerpo, dirás: "Me alegro que esto se haya ido físicamente, pero le doy gracias a Dios porque con los ojos de la fe lo he visto irse desde que leí en la Biblia que por su herida he sido sanado.
La sanidad ha sido mía desde que leí acerca de ella". (En realidad ha sido mía desde que Jesús murió y resucitó). ¡Gloria a Dios!
Cuando llegue ese día en que termines de pagar tu casa, dirás: "He estado alabando a Dios continuamente porque vi que estaba pagada en ese mundo invisible y ahora es visible. Está pagada desde que supe que Dios suplió todas mis necesidades de acuerdo a sus riquezas en gloria".
El que viene a Dios debe creer que le hay, que EL ES. Debemos creer que el Dios invisible existe.
¿Quiere Dios que yo crea en algo que no puedo ver? Tú no puedes ver la sanidad o las bendiciones financieras con tus cinco sentidos naturales. Debes ver, al meditar en la Palabra de Dios, que El te ha dado estas cosas. Tienes derecho a ellas. Primero, debes creer que están en esa forma invisible, y a su tiempo, serán manifestadas en el mundo material.
Hebreos 11:7 dice: "[Movido] por fe Noé, advertido por Dios acerca de eventos de los cuales todavía no había señal visible, atendió y diligente y reverentemente construyó y preparó un arca..." Noé fue informado por Dios sobre hechos de los cuales aún no había señales visibles. . . Dios le informó a Noé acerca de eventos de los cuales todavía no había señal visible.
¿Sabes? Esto es lo que nos sucede a nosotros.
Yo entro en el bosque de las verdades eternas de Dios y El me dice: "John Osteen, sabías que eres salvo? ¿Sabías que estás sano? ¿Sabías que estás bendecido financieramente? ¿Sabías que puedes imponer tus manos sobre los enfermos y ellos sanarán? ¿Sabías que en el nombre de Jesús puedes echar fuera demonios?"
Dios me informa de cosas y hechos de los cuales aún no hay señales visibles. Solamente porque aún no las haya, no quiere decir que no te puedas sentir alegre. Después de que Dios te muestra estas verdades, debes decir: "Ah, he estado en el centro de información de Dios, ¡aleluya! Tengo información de la cual no hay señal visible. Dios me hizo saber que soy salvo y me iré al cielo; que soy limpio de todos mis pecados; que por su herida fui sanado; que soy próspero; que soy más que vencedor. Tengo información interna. La encontré en la Biblia. ¡No importa que no haya señales visibles, lo veré!
¡Está en camino!"
Hebreos 11:27 dice: "[Motivado] por fe, él (Moisés) dejó Egipto tras si, estando sin temor y sin desánimo por la ira del rey; porque nunca se acobardó sino que se aferró firmemente a su propósito y soportó resueltamente como uno que puso sus ojos fijamente en El, quien es invisible".
Moisés mantuvo su vista fija en el Dios invisible.
Sigue poniendo tu vista sobre lo que es tuyo, sea lo que sea. Si es prosperidad lo que quieres, continúa con tus ojos puestos sobre ella en el mundo invisible como una bendición que proviene de Dios. Continúa poniendo tu vista sobre la sanidad si es allí donde tienes necesidad.
Continúa con tus ojos puestos con determinación sobre la victoria, si eso es lo que quieres. Continúa con tus ojos puestos con determinación sobre ti mismo estando bien y sano y toda tu familia viviendo para Dios. Mantente viendo firmemente a la bendición invisible y soportarás toda oposición y esta bendición será tuya.
Hebreos 11:32 "¿Y qué más dijo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas".
Veamos la vida de Gedeón. El estaba sentado detrás del lagar sacudiendo trigo por miedo a los enemigos de Israel. Estaba frustrado, temeroso, desalentado, y sintiéndose fracasado. Dios le envió un ángel. Este ángel no dijo: "¡Salud a ti, gallina! ¡Salud a ti, miedoso!"
No, él vino con noticias del otro mundo y dijo: "¡Jehová está contigo, varón esforzado y valiente!"
Gedeón dijo: "¿A quién te refieres? ¿Quieres decirme que yo soy un varón esforzado y valiente?"
Ahora el ángel pudo haberle dicho, y quizá lo hizo: "Si, así es exactamente como Dios te ve.
Es todo tuyo, lo tomes o no. Tú eres un hombre fuerte y valiente. Te traigo noticias del mundo espiritual".
¡Gedeón se levantó y comenzó a actuar como si fuera un hombre poderoso, valiente y se encontró que lo era!
Bien, Dios vino a mí y dijo: "Salud, John Osteen, hombre poderoso curado por la llaga de Jesús". Pude haberle respondido: "¿Estás seguro que me hablas a mi? Ciertamente no me siento así".
Si. En el mundo espiritual Dios Todopoderoso te ve sano. Te ve próspero. Te ve fuerte.
Te ve victorioso. ¡Levántate y comienza a actuar como si esto fuera tuyo y pronto lo será!
Es el principio exacto que Jesucristo estaba enseñando en Marcos 11:24: "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando (cuando oras...Esto es cuando estás enfermo, cuando estás derrotado, cuando sientes que las tinieblas están sobre ti) creed que lo recibiereis (en la forma invisible) y os vendrá (en forma visible)".
Jesús no te pide que vayas por allí mintiendo y diciendo: "Yo creo que este tumor se ha ido físicamente de mi cuerpo". No. El no te pide que digas una mentira. Cualquiera que tiene ojos puede ver que el tumor todavía está allí. El no te pide que creas que la sanidad ya se ha manifestado en el reino físico. El te pide que creas que es tuya en el reino invisible, basado en la Palabra de Dios. Entonces El dice que verá que la tengas en la forma física, visible.
CREE QUE LO HAS RECIBIDO EN EL' REINO DE LA FE Y LO TENDRAS EN EL REINO NATURAL.
Muchas veces cuando dices que crees que has recibido tu sanidad, no quiere decir que estés diciendo que crees que ya no te duele o que crees que ya no hay ningún síntoma en tu cuerpo. Pero tu fe, el sentido del olfato por el cual percibes el perfume, se extiende hasta el mundo invisible y simplemente dices: "Creo, después de caminar en el bosque de las eternas verdades de Dios y estoy convencido de que la voluntad de Dios es que obtenga mi sanidad. He sido curado por la llaga de Jesucristo. La sanidad es mía en el mundo invisible. ¡Es mía ahora!"
Lo que me corresponde hacer es creer que es mío y confesarlo, regocijarme en ello y actuar como que si fuera un hecho consumado. Lo que le corresponde a Jesús, es ver que se manifieste.
Estos son los ladrillos de la fe.
Efesios 1:3 nos dice: "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con TODA bendición espiritual..." ¿Cuántas?
¡TODAS! Por muchos años yo no disfruté TODAS las bendiciones de Dios. Podía decir: "Señor, ¿por qué no me das algunas bendiciones económicas y físicas? No entiendo por qué las bendiciones tienen que ser tan espirituales".
Ahora he descubierto y comprendo la sabiduría de Dios, El me ha bendecido con todos los ladrillos creativos del universo. El nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. ¡Son todas nuestras! Sencillamente caminemos con Dios, encontremos lo que es nuestro y lo tendremos.
En II Corintios 4:18, Pablo, el apóstol, está hablando de cómo él vivía. Este es un versículo maravilloso, en el cual debemos meditar: "Puesto que nosotros no consideramos y vemos a las cosas que se ven sino a las cosas que no se ven; porque las cosas que son visibles son temporales (breves y efímeras — sujetas a cambio —), pero las cosas que son invisibles son inmortales y eternas "(Amplified Bible).
Tenemos que unir nuestras manos a las del Creador del universo. Todo lo que ves, no fue hecho de cosas visibles, sino de cosas invisibles.
Debes comenzar en el reino invisible de las verdades de Dios y dejar que éstas impresionen tu hombre espiritual. Esto traerá a la realidad aquello que deseas.
Dios es creador. El quiere que sus hijos e hijas unan sus manos a las suyas y vean su poder milagroso crear cosas para suplir cada una de sus necesidades. El quiere ayudarles a alcanzar al mundo con las buenas nuevas acerca de Jesús.
Los ladrillos para el poder creativo de Dios no están en el reino natural; están en otra dimensión.
Todo lo que necesitas de Dios lo puedes obtener usando tu sexto sentido, la fe. ¡Puedes traer las bendiciones de Dios de lo invisible, del mundo espiritual, al reino material
Comunidad Cristiana Centro de Avivamiento
“JESUCRISTO ES EL SEÑOR”
Mz: K Lote: 11 AAHH Saúl Cantoral Huamani
San Juan de Lurigancho – Lima - Perú.
Si Usted. Necesita ayuda en su vida por causa de algún problema de tipo personal, conyugal o familiar, ponemos a su disposición un servicio de Conserjería Espiritual, Fundada en la Palabra de Dios. Con toda libertad llame al Pastor: Ramiro Roque Paiva, al Celular: 511 - 997201914, para hacer una cita y Orar por Usted. Y ayudarle a cambiar su vida, o enviar su petición de Oración a la siguiente dirección de Correo Electrónico: ramiroroque2003@yahoo.com, cccajees@hotmail.com, cccajees@gmail.com, o nos puede visitar en la web: http://cccajees.ning.com/, http://cccajees.blogspot.com/, Este servicio es totalmente gratis para Usted.
Por: John Osteen
Hace algunos años, un amigo mío iba en un aeroplano a 35,000 pies de altura camino a una cita para predicar. Permíteme compartir contigo parte de la experiencia de mi amigo, que ahora está viajando alrededor del mundo cumpliendo el ministerio que Dios le ha dado.
Este hombre era un renombrado pianista. El era un artista tan maravilloso que las oportunidades que le ofrecieron en el mundo del espectáculo le hubiesen asegurado un gran futuro en esa área de su vida. También tenia una magnifica voz de solista. Sus talentos musicales eran estupendos. Dios le había llamado a predicar y él había escogido seguir esa vocación que era la perfecta voluntad de Dios para su vida. Por años se había esforzado en ser fiel a Dios.
Ahora, mientras volaba en el aeroplano camino a predicar el Evangelio, se encontraba a sí mismo en una situación muy particular e insólita. Algunos años antes de este viaje, él había sufrido de lo que médicamente se llama artritis reumatoidea. Esta condición se agravó progresivamente en todo su cuerpo. Sus manos se volvieron nudosas, torcidas, y ya no podía moverlas con libertad. Así que sus días como pianista se habían acabado. Todas las articulaciones de su cuerpo fueron afectadas por esta enfermedad. Sus tobillos se hincharon hasta ser del tamaño de una toronja. Sus rodillas también aumentaron de tamaño. Todas sus coyunturas estaban adoloridas. Era incapaz de moverse normalmente.
Me dijo que no compraba la aspirina por frascos, sino por cajas. Las tomaba constantemente para tratar de aliviar el dolor tan intenso que atormentaba todo su cuerpo.
También me contó que en más de una oportunidad tuvieron que rodarlo fuera de la cama y colocarlo en una bañera con agua caliente.
Tenia que quedarse allí por un tiempo para siquiera poder moverse durante el día. Aparentemente esto aflojaba sus articulaciones y parcialmente le aliviaba un poco el dolor. Su cuerpo se encorvó. No podía caminar en forma normal, sino que simplemente hacía lo mejor que podía con sus rodillas, tobillos y el resto de sus articulaciones las cuales le dolían y estaban totalmente deformes.
Esta era su condición mientras que estaba sentado en el aeroplano yendo a predicar el Evangelio.
Los médicos ya le habían dado el veredicto de que no había esperanza. No había nada que la ciencia médica pudiera ofrecerle en cuanto a una sanidad permanente. Sólo podía obtener alivio del dolor por medio de los medicamentos. Le dijeron que sencillamente tendría que vivir de esta manera y gradualmente iría empeorando.
Su habilidad para bendecir a las personas por medio de la música se había terminado para siempre.
Ya no tenía capacidad para caminar o vivir una vida normal. Pero allí estaba en ese aeroplano determinado a ir y predicar el Evangelio lo mejor que pudiera en esas condiciones.
El me relató lo que le sucedió en ese viaje.
En realidad se llevó a cabo un milagro. Ah, el mundo no podía ver el milagro. Los que estaban alrededor, no se percataron de él. Pero a pesar de ello, el milagro se llevó a cabo. Al estar leyendo su Biblia en el avión, empezó a meditar en las escrituras. Vio que Jesús llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores y por Su llaga fuimos nosotros curados. (Isaías 53:4-5)
Leyó en Mateo 8:17 que Jesús sanó a todos los enfermos: "Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias. " Leyó en I Pedro 2:24 donde dice: "Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados."
Súbitamente una luz se encendió en lo más profundo de su ser. Escuchó en su hombre interior las palabras: "Por Su Herida TU FUISTE SANADO." Mientras iba a 35,000 pies de altura se hizo en él una clara comprensión de esta verdad.
¡Repentinamente él supo que estaba sano!
Se dio cuenta que era libre de esa enfermedad y empezó a regocijarse porque sabía que estaba sano.
Durante el trayecto y luego de haber recibido por revelación de Dios, el conocimiento de su sanidad, aún no se notaba el cambio. Su cuerpo no sentía diferencia alguna, su cuerpo no funcionaba de manera diferente, pero él sabía que estaba sano. Sabía en su interior que un milagro se había llevado a cabo.
Cuando aterrizó el avión, él casi no pudo ponerse de pie. Atravesó penosamente el pasillo y salió al encuentro del pastor de la iglesia, quien al verle le ayudó con su equipaje y le dijo: "Hermano, ¿cómo estás?" Mi amigo, exteriormente lleno de artritis reumatoidea, aún encorvado y tambaleándose, con dolor en las coyunturas, todavía incapaz de levantar la vista en una forma normal, volvió un poco su cabeza (hasta donde le era posible) para ver al pastor y dijo: "¡Ah, estoy muy feliz de anunciarle que soy sano por la herida de Jesús!"
¡Claro que el pastor pensó que no sólo su cuerpo había sido afectado por la enfermedad sino también su mente!
Llegó el momento para que mi amigo ministrara en la iglesia de este pastor. Tambaleándose llegó hasta la plataforma y se puso detrás del pulpito. Con la artritis aparentemente dominando su cuerpo vio a la congregación y dijo: 'Antes de abrir la Biblia y predicar quisiera hacer una confesión. Quisiera regocijarme delante de todos ustedes y decirles que estoy feliz porque el Señor Jesucristo ha sanado mi cuerpo.
También estoy feliz de que por la herida de Jesús yo he sido sanado. Quiero que se alegren conmigo porque estoy sano. La artritis no puede vivir en mi cuerpo. Mis articulaciones están bien.
Regocíjense conmigo porque soy una persona normal y porque puedo tocar el piano otra vez.
De nuevo puedo caminar normalmente. Quiero que se alegren conmigo porque soy sano."
Cada una de las personas en esa congregación reaccionó de manera diferente. Estoy seguro que muchos de ellos cuestionaron la credibilidad del hombre tras el pulpito.
Para finalizar la historia, el hombre comenzó a mejorar y mejorar y mejorar. En cuestión de semanas, toda la artritis había abandonado su cuerpo, y cada articulación estaba normal. Ya podía tocar el piano. El estaba perfectamente normal. Esto fue hace más de veinte años. He estado personalmente en sus reuniones y he llorado mientras tocaba el piano y cantaba las canciones de Sion y alababa al Señor Jesucristo.
¡Verdaderamente él está viviendo una vida normal hasta el día de hoy!
Ahora, ¿qué sucedió durante ese vuelo?
¿Hay alguna ley que puede sobrepasar las leyes que conocemos en el reino natural?
¿Habrá algo que no alcanzamos a entender con nuestras mentes naturales? ¿Qué sucedió en realidad en aquel aeroplano?
La Biblia habla acerca de la ley de la fe. La Biblia habla acerca de la ley del Espíritu de vida, haciéndonos libres de la ley del pecado y de la muerte. Sentado en esa nave, este amigo recibió en su hombre espiritual el conocimiento que el mundo no es capaz de recibir con la mente carnal, natural.
La Biblia dice que la fe es del corazón.
Romanos 10:10 dice "Porque con el corazón se cree..." Es con el corazón que tú crees. Al hablar del corazón, se refiere al hombre espiritual. Hay un hombre espiritual dentro de tu cuerpo físico.
El Señor Jesús nos dice por inspiración del Espíritu Santo a través del Apóstol Pablo que la fe es una fuerza espiritual. Fe es la fuerza que surge del hombre espiritual. Es el hombre espiritual el que es capaz de responder a la Palabra de Dios y ejercitar la fe.
La fe es del corazón.
La fe es una fuerza espiritual.
"Porque con el corazón se cree..."
¿Ves? Mientras que ese hombre iba en el avión, invadido por una enfermedad que lo inutilizaba y que lo hubiera tenido cautivo toda la vida, él meditó en la Palabra de Dios. Él leyó sobre las promesas de Dios y las grandes declaraciones de Dios con respecto a la eterna redención que tenemos en el Señor Jesucristo. Las leyó y meditó en ellas hasta que ya no estaban solamente en su mente. Ya no era solamente su mente carnal la que meditaba sobre estas cosas, sino que su hombre espiritual comenzó a captar estas verdades. Su hombre interior empezó a alimentarse de las cosas de Dios, quien es Espíritu.
Era una comunicación de Espíritu a espíritu.
Cuando su espíritu comenzó a hacer suyas las verdades eternas acerca de como Dios nos había redimido de las enfermedades físicas, algo comenzó a suceder en él.
Cuando su espíritu oyó; "Por su llaga fuimos nosotros curados ", la fe se hizo real porque la fe es del corazón. Es con el corazón que el hombre cree. Este hombre de pronto supo, no con su mente sino con su corazón; con su hombre espiritual, que estaba sano. Al saber esto, su confianza fue inamovible. El había oído en su espíritu (el verdadero hombre) a Dios, quien es Espíritu, hablándole.
Su cuerpo se veía igual. Respondía en la misma forma que antes. No mostraba evidencia alguna de que hubiera cambios. Sin embargo, en lo profundo de su ser, él sabía que estaba sano,
¿Ves? Hay un sexto sentido. El cuerpo tiene cinco sentidos: La vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto. Cinco sentidos. Y con estos sentidos naturales nos ponemos en contacto con el mundo físico.
Pero hay otro sentido.
Si Dios le ha dado al cuerpo físico cinco sentidos para estar en contacto y funcionar en el mundo natural y material, entonces ciertamente El le ha dado al hombre espiritual, vivificado con la vida de Dios Todopoderoso, algún tipo de sentido para actuar en el reino espiritual. ¡Sí! El hombre espiritual hecho vivo por la gracia y el poder que resucitó a Jesucristo, tiene un sentido, y nosotros llámanos a ese sentido, LA FE. La fe es totalmente independiente de los cinco sentidos que usamos para actuar en el mundo físico y material.
Esto es lo que le sucedió al hombre en el avión: dejó lo natural y entró a lo sobrenatural.
Dejó lo físico y entró a lo espiritual. Salió de su naturaleza física y entró a su naturaleza espiritual. Ese único sentido de la fe, alimentándose de la Palabra de Dios, recibió conocimiento por revelación y recibió una certeza inconmovible de que mi amigo estaba totalmente sano.
¡Aunque todos sus sentidos físicos lo negaban, y no había evidencia en ninguno de ellos que corroborara que estaba sano, este único sentido de la fe — al cual no abandonaría — dominó y venció a los otros! ¡Y su cuerpo respondió! La enfermedad y las dolencias le dejaron. Ahora, después de más de veinte años, todavía está viviendo normalmente porque actuó en la ley de la fe.
¿Necesitas tú un milagro hoy?
¿Te das tú cuenta de que hay esperanza?
¿Ves que puedes salir de tus prisiones?
Jesús dijo: "Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible" (Mateo 19:26). Jesús dijo esto para fortalecer nuestros corazones. Al ver tu situación hoy, ¿se ve imposible para los hombres? ¿Es imposible para ti el ser sanado? ¿Es imposible que tu familia vuelva a unirse? ¿Es imposible que se resuelva esa situación?
¿Todas las voces de tus parientes y de los médicos y de los profesionales y de los amigos, te dicen la palabra” imposible"? Si es así, entonces oye la dulce voz del Hijo de Dios, que no miente. "Las cosas que son imposibles para los hombres son posibles para Dios. "
De esto es de lo que se trata este libro. Te dirá cómo puedes moverte en el sexto sentido llamado la fe.
Puedes deshacerte de esos grilletes que te mantienen en el reino de lo natural y tocar a Dios quien está en el reino de lo sobrenatural.
Este libro te enseñará a estar consciente de dos mundos, el mundo visible y el mundo invisible.
Aprenderás cómo puedes ponerte en contacto y actuar en la ley de lo invisible, donde no hay imposibilidades.
Amigos míos, mi corazón se regocija al saber que ustedes van a encontrar la ayuda y el milagro que necesitan.
En nuestra familia hemos experimentado muchos milagros como resultado de la verdad, que voy a compartir con ustedes en este libro.
Mi esposa es enfermera titulada y puede vividamente describir a nuestra hija Lisa, quien nació anormal hace más de veinte años. El pediatra dijo que ella sufría de perlesía cerebral.
No tenía reflejos de succión, no tenía tono muscular. No tenía habilidad para gatear. Su cuerpo estaba débil. Y la palabra "imposible" estaba escrita sobre su vida. Nuestros corazones estaban entristecidos. Parecía que no había forma de que ella tuviera oportunidad de vivir una vida normal. Enfrentamos esta situación y pusimos en acción las leyes y los principios de Dios presentados en este libro.
Cuando comenzamos a actuar en Dios hallamos, como lo hizo ese amigo mientras viajaba en el aeroplano, las verdades eternas de Dios. En nuestro interior, ellas trajeron luz para iluminar nuestro entendimiento. Empezamos a regocijarnos porque nuestra hija era sana.
Oramos la oración de fe, la ungimos con aceite.
Aunque no hubo cambios en su cuerpo y parecía que ella sería anormal para siempre, nuestro hombre espiritual, nuestra naturaleza espiritual declaró que teníamos la certeza de que Lisa había sido sanada por la herida del Señor Jesucristo.
Todo en ella gritaba: "No, no, no, ella no es normal".
Sin embargo, nosotros sabíamos lo contrario en nuestro interior.
Cada uno de nuestros cinco sentidos gritaba: "No, no, no, ella no está sana".
Sin embargo, ese sentido llamado FE que predomina en nuestra naturaleza espiritual, ese sentido que tiene conocimiento por revelación de Dios, venció a todos los sentidos naturales.
Me alegra anunciarles que después de veintidós años (al escribir esto), nuestra hija continúa sana y normal. Esto se hizo una realidad desde que ella era una niña muy pequeña. Vivió normalmente todos sus años escolares y doy gracias a Dios que ella es normal y está bien hasta el día de hoy porque descubrimos cómo movernos en este sexto sentido llamado la fe.
La fe se alimenta de la Palabra de Dios. La fe es del corazón.
Yo podría narrarles muchísimos milagros en la vida de nuestros otros hijos, en la mía y en la de mi esposa, que son como resultado de funcionar utilizando el sexto sentido.
Déjame animarte a que medites en la Palabra de Dios.
Estudia las verdades presentadas en este libro hasta que puedas levantarte por encima de la palabra "imposible". Comienza a actuar en el reino de la fe.
La fe es del corazón.
Medita sobre estas verdades hasta que penetren y lleguen más allá de tu mente carnal.
Medita sobre estas verdades hasta que se internalicen en tu espíritu.
Recíbelas en tu hombre espiritual como conocimiento por revelación de Dios, quien es Espíritu.
Al meditar en el Señor empéñate en entablar una comunicación de Espíritu a espíritu (o sea tu espíritu comunicándose, escuchando y respondiéndole a Dios quien es Espíritu).
Veamos la Palabra de Dios mientras continuamos exponiendo estas verdades. Regocíjate desde ahora porque Dios te dará los deseos de tu corazón.
En Génesis 1:1-3 dice: "En el principio Dios (preparó, formó, diseñó), y creó los cielos y la tierra. La tierra estaba sin forma y era un vació yermo, y las tinieblas estaban sobre la faz de las grandes profundidades. El Espíritu de Dios se movía, (cirniéndose, empollando) sobre la faz de las aguas. Y Dios dijo: Sea la luz; y se hizo la luz" (Amplified Bible).
Leemos en Hebreos capitulo 11, versículo 3: "Por fe entendemos que los mundos (durante las edades sucesivas) fueron enmarcados — diseñados, puestos en orden y equipados para el propósito para el cual fueron destinados — o la palabra de Dios, de manera que lo que vemos no fue hecho de cosas que son visibles" (Amplified Bible).
Estas escrituras nos enseñan a unir nuestras manos con las del Creador. Dios nuestro Padre es creador. Jeremías dijo: "¡Oh, Señor Jehová!
He aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti" (Jeremías 32:17).
Sabemos que Jesús es creador. Colosenses 1:16 dice: "Porque fue en él que todas las cosas fueron creadas en el cielo y en la tierra, cosas que se veían y cosas que no se veían, sean tronos, dominios, gobernadores o autoridades; todas las cosas fueron creadas y existen a través de él (por su servicio, intervención) y en y para él" (Amplified Bible).
Juan 1:1-3 dice que Jesús fue también creador del universo.
Sabemos que el Espíritu Santo es creador.
Somos de la clase de Dios y pertenecemos a su familia. Dios espera que tengamos habilidad creativa. Tenemos que unir nuestras manos con las de El. En estos días hemos sido hechos colaboradores con Dios para crear cosas.
En hebreos 11:3 dice: "Por fe entendemos que los mundos (durante las edades sucesivas) fueron enmarcados — diseñados, puestos en orden y equipados para el propósito para el cual fueron destinados — por la palabra de Dios, de manera que lo que vemos no fue hecho de cosas que son visibles" (Amplified Bible).
Tú eres un pequeño mundo. Todos tenemos el nuestro. Mientras algunas personas están alegres, tu mundo puede estar haciéndose añicos.
Puede estar como el mundo al principio; sin forma, vacío y las tinieblas moviéndose sobre la faz del abismo (Génesis 1:2). Es posible que ésta sea la forma en que estás hoy, con tu mundo vacío, en caos y tinieblas. ¡Gracias a Dios tu mundo puede ser reconstituido!
¡Tu mundo puede ser remodelado!
¡Tu mundo puede ser equipado para el propósito para el cual fue destinado!
Esto se logra por medio de la Palabra de Dios y de las fuerzas invisibles de Dios.
Veamos otra vez Hebreos 11:3: "De manera que lo que vemos..." ¿Qué vemos? La estrellas, la luna, el sol, la tierra, los árboles, el polvo, las flores, la hierba, las nubes. La Biblia dice que lo que vemos no fue hecho de las cosas que son visibles. Lo que vemos fue hecho de cosas invisibles.
Lo que vemos en este mundo natural fue realmente hecho de fuerzas invisibles. Hebreos 11:3 está hablando acerca de dos mundos — hay un mundo que vemos y hay un mundo que no vemos. Existe el mundo visible y el mundo invisible.
Hay un mundo material y un mundo espiritual.
La Biblia dice que lo que ves en lo físico, en el reino material, no fue hecho de cosas que se veían sino que fue hecho de lo invisible. Es significativo que Dios comenzara este capitulo de fe de esta manera. El Creador del universo empezó con fuerzas invisibles. Comenzó en el área de lo que no vemos. Empezó en la dimensión espiritual. Todos los ladrillos creativos de Dios están en otra dimensión — el mundo invisible.
LOS LADRILLOS QUE NECESITAMOS PARA CREAR NO SON DE ESTA DIMENSIÓN MATERIAL.
Están en otra dimensión. Dios tiene ladrillos, sustancia creativa que todos podemos usar, pero no están en el universo material Sus ladrillos están allá en lo invisible, en lo que no vemos, en el mundo espiritual LAS COSAS QUE SE VEN NO SON HECHAS DE COSAS VISIBLES, SINO DE COSAS INVISIBLES
La fe es nuestro sexto sentido para ponernos en contacto con esta más alta dimensión de realidad. Hebreos 11:1 dice: "Ahora fe es la certeza (la confirmación, el titulo de propiedad) de las cosas que [nosotros] esperamos, es la prueba de cosas que [nosotros] no vemos (está hablando de fuerzas invisibles) y la convicción de su realidad — la fe percibe como un hecho real lo que no ha sido revelado a los sentidos" (Amplified Bible).
¡La fe creada por la Palabra de Dios percibe como un hecho real aquello que no es revelado a nuestros sentidos naturales!
Hay cinco sentidos en el cuerpo humano.
Estos son, la vista, el gusto, el olfato, el oído y el tacto. Tocamos, olemos, vemos, oímos y gustamos. Todos éstos están en el mundo natural. Usamos estos sentidos para ponernos en contacto con el mundo natural. Dios te dio estos cinco sentidos para usarlos en el mundo físico.
Pero hay otro sentido más, el sentido del hombre espiritual en tu interior, y este sentido se llama la fe.
Este sentido de la fe es usado para tocar lo que no se ve, el mundo invisible. Los sentidos naturales no pueden tocar esa dimensión espiritual, no tienen contacto con ella. Pero la fe, creada por la Palabra de Dios, te capacita para alcanzar la dimensión de lo invisible y activar el poder creativo de Dios.
La Biblia es como un gran bosque. Creciendo en ese bosque están los Sequoias gigantes (árboles inmensos de California de madera rojiza) de las eternas verdades de Dios. Necesitamos caminar diariamente entre este gran bosque y ver a los gigantes, a los Sequoias inconmovibles de las verdades eternas de Dios y refrescarnos ante su presencia. Entonces podemos regresar a este mundo material con el conocimiento por revelación de que los principios bíblicos son verdades eternas.
Te daré una ilustración sobre nuestros cinco sentidos. Voy a usar a mi esposa Dodie en esta ilustración. Ella usa un perfume especial. Yo puedo pasar cerca de Dodie y uno de mis sentidos, el olfato, me va a advertir y a decir si ella tiene ese perfume. Yo percibo el olor de ese perfume.
Uno de mis sentidos registra el hecho: aquí hay perfume.
Sin embargo, en el reino natural mis otros sentidos no tienen ninguna prueba de que el perfume está realmente allí.
Mis ojos podrían decir: "¿Perfume? Yo no lo veo. Nunca podrás convencerme de que algo que no puedo ver sea real".
Mis oídos podrían decir: "Yo no oigo ese perfume.
Nunca me convencerás de que algo que no puedo oír sea real".
"¿Perfume?" Mis manos podrían decir: "Yo no siento ningún perfume. No podrás convencerme nunca de que algo es real si no puedo sentirlo". Mi lengua podría decir: "Yo no puedo gustar ningún perfume. Aquí no hay perfume".
Podría comenzar a pensar: "Aquí no hay ningún perfume: no lo palpo, no lo siento, no lo oigo, no lo veo, no lo puedo gustar".
Pero mi nariz podría decir: "Ustedes otros sentidos, ¡cállense! Como nariz ya he experimentado el perfume. He confirmado con mi sentido del olfato su realidad. No importa que ustedes no puedan oír, o ver, o gustar, o tocar. Mi habilidad para oler dice que es real. ¡Es real! Yo he usado mi sentido del olfato para confirmarlo.
Les anuncio que es real".
De esta misma forma, yo entro por mi sentido de la fe dentro de la Palabra de Dios — entro al gran bosque de Dios y medito en lo que El dice que es mío en ese reino invisible. Veo las grandes verdades de Dios Todopoderoso y, con ese sexto sentido que está en mi hombre espiritual, creo y estoy consciente de que son mías.
Veo y sé que la salvación es mía. Lo creo.
La sanidad es mía.
La prosperidad es mía. Todas las bendiciones de Dios son mías.
En base a la información del sexto sentido, la fe, puedo confiadamente decir: "¡Soy sano!
¡Soy bienaventurado! ¡Estoy redimido! ¡Soy próspero!"
Ahora, cuando comienzas a actuar como si la Palabra es verdad, tus cinco sentidos naturales dirán: "Yo no puedo tocarlo, no puedo oírlo, no puedo verlo, no puedo sentirlo, no puedo gustarlo, así que no estoy sano. No puedo ser próspero. He visto mi chequera y mis ojos no han visto nada. He tocado mi cuerpo y las protuberancias están todavía allí."
Mi sentido del tacto y mis sentimientos me dicen que no estoy sano. Mis ojos me dicen que no soy próspero. Mis oídos me dicen que no lo tengo.
Pero, ¿sabes? Hay un principio espiritual trabajando. Es exactamente como cuando puedo oler el perfume de Dodie. Mi sentido de la FE les dice a estos cinco sentidos naturales: "¡Ustedes cinco sentidos, cállense! Yo he estado viendo las verdades eternas de Dios y he recibido conocimiento por revelación de lo que está más allá de ustedes. ¡Puedo asegurarles que aunque no tengan otra prueba, esto es una realidad!
¡Dios no miente!"
Cuando tu nariz te asegura la presencia del perfume, todos tus otros sentidos no tienen forma de probar que el perfume está en el aire.
¿Por qué vas a permitir que tus sentidos naturales tengan más integridad que Dios Todopoderoso?
Quiero decirte que el sentido del olfato en tu nariz no tiene más integridad que Dios. Tu nariz puede estar equivocada. Puede estar defectuosa.
Pero Dios no es defectuoso.
Aventuremos y entremos al gran bosque de las verdades eternas de Dios y hallemos sus abundantes bendiciones para nosotros. Descubriremos que Dios nos ha dado ciertos beneficios. Nuestra fe detecta y confirma que son nuestros. Nuestra fe meditará sobre esas verdades.
Meditar en la Palabra de Dios es la mejor forma de poner a trabajar tu fe.
La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios (Romanos 10:17). Vive en la Palabra de Dios. Camina cada día bajo la sombra de los gigantescos árboles de las verdades eternas de El. Solázate al calor de la luz del sol del mundo espiritual de Dios y conoce que en esa dimensión invisible, esto es tuyo. Tu fe te dice que es tuyo.
La fe hace que la Palabra de Dios escrita venga a ser como la voz audible de Dios hablando personalmente a ti. Medita en ella hasta que puedas decir: "Soy salvo, soy sano, soy próspero, soy victorioso, soy fuerte". No importa lo que los cinco sentidos digan en este reino natural, tu fe lo percibirá como un hecho real.
La Biblia dice que Dios creó cosas materiales de cosas que son invisibles. Todas nuestras bendiciones vienen de un mundo invisible. Tu redención es espiritual. El perdón se encontraba en lo invisible. ¿Cómo descubrí ese gran hecho invisible del perdón? Lo encontré en la Palabra de Dios. Era invisible y se hizo visible cuando yo lo acepté. La sanidad y prosperidad habitan en la dimensión espiritual, el mundo invisible. Cuando lo vemos allí en la Palabra de Dios y nuestro sexto sentido de la fe se apropia del, entonces la fe lo trae al mundo natural.
Tus sentidos frecuentemente tratarán de contradecir la Palabra de Dios, tal como mis otros cuatro sentidos me decían que no había ningún perfume presente. Pero recuerda que mi nariz con su pequeño sentido del olfato, les convenció a todos ellos que allí había perfume.
Cuando regresamos del gran bosque de las eternas verdades de Dios, entonces la fe grita: "¡Lo tengo! ¡Lo tengo!" Y los cinco sentidos pueden decir: "¡No lo tienes! ¡No lo tienes!
¡Sabes que no lo tienes! ¡Mira el historial médico, mira los exámenes de laboratorio! ¡Tómate unas radiografías! ¡No hay ningún cambio!"
Este es el campo de batalla. Pero recuerda que la batalla se gana cuando escuchas a tu hombre espiritual regocijándose en lo que él sabe que es la verdad. Lo sabe a través del conocimiento por revelación que obtuvo de la Palabra de Dios por el sexto sentido de la FE.
En II Reyes capítulo 6, se cuenta esta historia: Los sirios peleaban contra los israelitas y cada vez que los sirios se movían, los israelitas sabían con precisión donde se encontraban. Ellos tomaban un camino según sus planes de ataque y los israelitas ya los estaban esperando. Así que el jefe sirio reunió a toda su gente y les dijo: "En este consejo de guerra quiero saber ¿quién está por Israel y quién por nosotros? Debe haber algún espía en este campamento".
Un siervo le dijo: "No, no es que haya un espía entre nosotros, sino que hay un profeta en Israel. Y lo que susurras en tu cámara más secreta, él se lo dice al rey de Israel" (v.12).
Este hombre dijo: "¡Lo que susurras en tu cámara más secreta ellos lo saben!" Así será con nosotros. Dios va a actuar por medio de lo sobrenatural. El dijo: "¿Quieres decir que hay un profeta allí que puede saber estas cosas?" Sí.
¿Sabes qué hicieron los sirios? Enviaron a un gran ejército a traer a un solo hombre. Así de asustado está el diablo de los cristianos llenos del Espíritu Santo.
Elíseo estaba en Dotan y ellos enviaron un ejército allá durante la noche para apresar a un solo hombre.
¿Puedes imaginártelo? Tal vez no lo sepas, pero el diablo te tiene miedo. La Biblia dice: "Resistid al diablo y huirá (aterrorizado) de vosotros". El diablo tiembla al sólo pensar en ti.
Ellos enviaron un ejército tras un solo hombre.
Elíseo estaba durmiendo y tenía a su lado a un joven que me recuerda a algunas personas de hoy. La Biblia dice en el versículo 14: "Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército". ¿Puedes imaginarte un gran ejército? Llegaron de noche y sitiaron la ciudad. El ejército sitió la ciudad con caballos y carros y entonces su criado le dijo "¡Ah, señor mió! ¿Qué haremos?"
Todo lo que este joven podía ver era este mundo.
Se puso nervioso, afligido y dijo: "Oh, ¿qué vamos a hacer?" He oído a mucha gente en estos días hablar acerca del hambre, de las pestes y de la destrucción que vendrá sobre el mundo.
Bien, es posible que esto les ocurra a algunos, pero. . . ¡No vendrá sobre mí! ¡Gloria a Dios!
Dios me bendice. Dios no me ha llamado a ira.
Me ha llamado para obtener salvación a través del Señor Jesucristo.
Puedo oírles hablar sobre todo esto con angustia, retorciendo sus manos: "¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a hacer?"
Este es un cuadro del mundo de hoy:"¡Ah, Señor mío! ¿Qué haremos?"
Elíseo se levanta, sale afuera y dice: "Déjame examinar la situación".
Mira a su alrededor y ve los cientos y posiblemente miles de caballos y carros allá afuera y dice: "Oh, no te preocupes, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos".
Puedo imaginarme a ese joven viviendo en el día de hoy. El hubiera dicho: "Elíseo, aún en las matemáticas modernas, uno más uno son dos, y ellos son más numerosos que nosotros".
Elíseo dijo: "Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea. Y el Señor abrió los ojos del joven y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Elíseo. “(II Reyes 6:17)
Las huestes celestiales rodeaban al enemigo.
Elíseo no dijo: "Mira, Dios acaba de crear algunos ángeles". No. Aquellos ángeles estuvieron allí todo el tiempo. Ellos existían en el mundo invisible desde antes. Sólo porque fueron manifestados en el mundo visible, en lo físico, no hay razón para creer que esos ángeles acababan de ser creados. ¡NO! Sabemos que ellos ya existían allí en el mundo invisible. Dios únicamente manifestó su presencia haciéndolos visibles en la dimensión física.
Algunas veces, cuando comenzamos a experimentar la sanidad decimos: "Oh, gracias Dios, ya estoy sano. Fui sanado ayer a las 10:30 de la mañana".
NO. La sanidad existe para ti desde que Jesús murió y la compró con su Sangre. Ha sido tuya por años. La salvación ha sido tuya por años. La vida eterna es tuya. La sanidad es tuya.
La prosperidad existe continuamente en otra dimensión. Dios, a través de tu fe, manifestará todas estas cosas en el reino material.
Algunas veces no ves tu sanidad. Algunas veces no ves tu prosperidad. Algunas veces no sientes que hayas obtenido la victoria, pero eso no quiere decir que no sea tuya. Así como tienes un ángel que está a tu lado y estás convencido por la Palabra de Dios que él vive en ese mundo invisible cuidando de ti, así también tu sanidad está allí. Tu prosperidad está allí. En lo que respecta a Dios esto es tuyo. Puedes regocijarte por medio de tu sentido de la fe de que es tuyo, aunque todavía no se haya manifestado.
Supongamos que le digo a mi esposa Dodie: "Querida, puse $1,000.00 en el bolsillo de tu abrigo que se encuentra en el guardarropa de la entrada, para que los gastes en lo que quieras".
¿Sabes lo que haría Dodie? Primero que todo, su corazón comenzaría a alegrarse porque ella cree en lo que yo le digo. Segundo, comenzaría a hacer planes sobre lo que compraría. Tercero, comenzaría a hablar acerca de esta bendición de $1,000.00. Diría: "¡Tengo mil dólares! Voy a comprar esto y aquello. ¡Estoy tan emocionada por esta maravillosa bendición!"
Aunque ella hace estas tres cosas, todavía no ha visto los mil dólares, aún no ha sentido el olor de los mil dólares, no ha gustado los mil dólares, no ha tocado los mil dólares, ni ha oído el crujido de los mil dólares. Sus sentidos naturales no han tenido ningún contacto con los mil dólares. Ella solamente tiene la palabra de una persona a quien ella ama y en quien confía.
¿Qué hace ella? Ella cree, habla, se alegra, hace planes, aún cuando no ha tenido ninguna evidencia, excepto la fe en mi palabra.
¿No es extraño cómo las personas actúan basadas en la palabra de un esposo, un abogado, un médico o una esposa, y sin embargo no actúan en esta forma respecto a la Palabra de Dios?
El hombre puede mentir pero Dios no miente.
Conforme te internas en la Palabra de Dios.
En ese gran bosque de eternas verdades de Dios, encontrarás que El ha puesto mucho en tus bolsillos. Te dio la salvación y la sanidad para tu cuerpo. Te dio prosperidad y fortaleza para los quehaceres físicos. Te dio la victoria y la habilidad para derrotar al diablo. Todo está allí, en el mundo espiritual. Está en tu bolsillo espiritual. Todavía no lo has tocado, aún no lo has visto, ni lo has sentido. ¡Lo único que tienes es la Palabra de Dios Todopoderoso quien no puede mentir!
Cuando regresas al reino de los sentidos, aquí en el mundo visible, y comienzas a confesar: "Soy salvo, todas mis deudas han sido pagadas. Tengo fuerzas, he sido sanado. Soy libre, estoy colmado de bendiciones". Quizá tú no tengas evidencia física para comprobarlo, pero esto no debe molestarte en lo absoluto. Has estado meditando en la Palabra de Dios y tu hombre espiritual lo ha visto y lo ha alcanzado con la mano de la fe para poseerlo. Puedes confiadamente decir:
"Lo tengo por fe y sé que es mío".
¿Sabes? La fe se extiende hacia el área invisible, y crea el reino físico con verdades invisibles.
Todo lo que vemos no fue hecho de lo visible sino de lo invisible. Todas las personas de fe rápidamente dirán que la prosperidad, salud, sanidad y salvación no fueron hechas de cosas visibles sino de lo invisible.
Quiero mostrarte este principio de fe entrando al mundo invisible. Miremos de nuevo Hebreos 11:1 "Ahora fe es la certeza (la confirmación, el titulo de propiedad) de las cosas que [nosotros] esperamos, la prueba de cosas que [nosotros] no vemos y la convicción de su realidad — la fe percibe como un hecho real lo que no ha sido revelado a los sentidos".
Este es el principio clave: la fe va a la Palabra de Dios, le cree a Dios y ve como un hecho real lo que aún no ha sido revelado a los cinco sentidos físicos.
Hebreos 11:3 dice: "Por fe entendemos que los mundos [durante las edades sucesivas] fueron enmarcados — diseñados, puestos en orden y equipados para el propósito para el cual fueron destinados — por la palabra de Dios, de manera que lo que vemos no fue hecho de cosas que son visibles".
Sería tonto que alguien dijera: "Bien, yo no creo en eso de leer la Biblia. No creo en todo eso".
Algunos no se internan en el bosque de las eternas verdades de Dios y luego se preguntan por qué no tienen fe. Se extrañan porque no tienen habilidad alguna para creer en Dios. ¡Ah, como esta verdad debería hacernos vivir en la Palabra de Dios!
La Biblia dice que entendemos que las cosas que se ven fueron hechas por la Palabra de Dios.
La clave es la Palabra de Dios.
Debes comenzar con la Palabra de Dios.
Lo que ahora vemos no fue hecho de lo visible.
Las cosas que vemos fueron hechas de lo invisible y se hicieron visibles por el poder de la Palabra de Dios.
Hebreos 11:6 "Pero sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay". ¿Quieres decirme que debo creer que hay un Dios invisible?
El principio básico de la fe es creer que Dios es; creer que le hay.
Dios es una persona invisible. ¿Quieres decir que Dios espera que yo crea en lo que no veo?
El llega hasta el punto de pedirte que creas que El existe aún cuando no lo puedes ver.
¿Para qué preocuparte sobre la prosperidad financiera que aún no ves, o la sanidad que todavía no ves? ¿Para qué preocuparte sobre ese problema que aún no se ha resuelto?
Los que creemos en Dios debemos creer que lo invisible ES.
¡LO INVISIBLE ES!
El primero de los principios básicos para obtener cualquier cosa del mundo invisible es creer que ES, que existe; que verdaderamente existe para ti. Dios se encuentra allá y también toda bendición que podamos necesitar, pero la base de todo para alcanzar cualquier cosa es creer que ES. ¿Está la sanidad allí? ¿Murió Jesús para que tú fueras sanado? ¡Sí! ¿Murió Jesús para que fueras prosperado? Sí. ¿Hay salvación? Sí. ¿Hay bendiciones? Sí. ¿Podemos vencer al diablo? Sí.
Cuando te acercas a Dios debes creer que ese Dios invisible es; que El verdaderamente existe.
Debes creer que este Dios invisible es prendador de aquellos que diligentemente le buscan (Hebreos 11:6). Dios es un galardonador, un premiador.
Dios, quien es invisible, es recompensador de aquellos que diligentemente le buscan. Si, El mismo, el Dios invisible es un premiador de aquellos que le buscan diligentemente. ¿No es la sanidad una recompensa si con diligencia la busco? No es la prosperidad para mi si diligentemente busco esa bendición invisible?
¿No seré victorioso sobre todos estos asuntos, si con diligencia los busco?
Muchas veces buscamos diligentemente a Dios, pero no buscamos las bendiciones con diligencia. Tú puedes decir: "Han orado por mí, y he leído las escrituras que me dijeron que confesara por dos días. Las he confesado por dos días pero todo el tiempo yo pensaba: Esto no va a servir, esto no va a funcionar porque no me siento mejor". ¿Ves? Esto no es buscar diligentemente a Dios. La Biblia dice que debemos leer la Palabra de Dios y buscarle a El como a un tesoro escondido, como al oro y la plata (Proverbios 2:4).
Si buscas diligentemente cualquier bendición que se encuentra en la Palabra de Dios, El te recompensará con su manifestación. Cuando esta bendición se manifiesta a los hombres y mujeres de fe, ellos no se emocionan diciendo: "¡Hoy me bendijo Dios!" Sino que dicen: "¿Sabes qué sucedió? Se manifestó aquello que todo el tiempo supe que era mío". Cuando tu sanidad se manifiesta y ese nódulo desaparece de tu cuerpo, dirás: "Me alegro que esto se haya ido físicamente, pero le doy gracias a Dios porque con los ojos de la fe lo he visto irse desde que leí en la Biblia que por su herida he sido sanado.
La sanidad ha sido mía desde que leí acerca de ella". (En realidad ha sido mía desde que Jesús murió y resucitó). ¡Gloria a Dios!
Cuando llegue ese día en que termines de pagar tu casa, dirás: "He estado alabando a Dios continuamente porque vi que estaba pagada en ese mundo invisible y ahora es visible. Está pagada desde que supe que Dios suplió todas mis necesidades de acuerdo a sus riquezas en gloria".
El que viene a Dios debe creer que le hay, que EL ES. Debemos creer que el Dios invisible existe.
¿Quiere Dios que yo crea en algo que no puedo ver? Tú no puedes ver la sanidad o las bendiciones financieras con tus cinco sentidos naturales. Debes ver, al meditar en la Palabra de Dios, que El te ha dado estas cosas. Tienes derecho a ellas. Primero, debes creer que están en esa forma invisible, y a su tiempo, serán manifestadas en el mundo material.
Hebreos 11:7 dice: "[Movido] por fe Noé, advertido por Dios acerca de eventos de los cuales todavía no había señal visible, atendió y diligente y reverentemente construyó y preparó un arca..." Noé fue informado por Dios sobre hechos de los cuales aún no había señales visibles. . . Dios le informó a Noé acerca de eventos de los cuales todavía no había señal visible.
¿Sabes? Esto es lo que nos sucede a nosotros.
Yo entro en el bosque de las verdades eternas de Dios y El me dice: "John Osteen, sabías que eres salvo? ¿Sabías que estás sano? ¿Sabías que estás bendecido financieramente? ¿Sabías que puedes imponer tus manos sobre los enfermos y ellos sanarán? ¿Sabías que en el nombre de Jesús puedes echar fuera demonios?"
Dios me informa de cosas y hechos de los cuales aún no hay señales visibles. Solamente porque aún no las haya, no quiere decir que no te puedas sentir alegre. Después de que Dios te muestra estas verdades, debes decir: "Ah, he estado en el centro de información de Dios, ¡aleluya! Tengo información de la cual no hay señal visible. Dios me hizo saber que soy salvo y me iré al cielo; que soy limpio de todos mis pecados; que por su herida fui sanado; que soy próspero; que soy más que vencedor. Tengo información interna. La encontré en la Biblia. ¡No importa que no haya señales visibles, lo veré!
¡Está en camino!"
Hebreos 11:27 dice: "[Motivado] por fe, él (Moisés) dejó Egipto tras si, estando sin temor y sin desánimo por la ira del rey; porque nunca se acobardó sino que se aferró firmemente a su propósito y soportó resueltamente como uno que puso sus ojos fijamente en El, quien es invisible".
Moisés mantuvo su vista fija en el Dios invisible.
Sigue poniendo tu vista sobre lo que es tuyo, sea lo que sea. Si es prosperidad lo que quieres, continúa con tus ojos puestos sobre ella en el mundo invisible como una bendición que proviene de Dios. Continúa poniendo tu vista sobre la sanidad si es allí donde tienes necesidad.
Continúa con tus ojos puestos con determinación sobre la victoria, si eso es lo que quieres. Continúa con tus ojos puestos con determinación sobre ti mismo estando bien y sano y toda tu familia viviendo para Dios. Mantente viendo firmemente a la bendición invisible y soportarás toda oposición y esta bendición será tuya.
Hebreos 11:32 "¿Y qué más dijo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas".
Veamos la vida de Gedeón. El estaba sentado detrás del lagar sacudiendo trigo por miedo a los enemigos de Israel. Estaba frustrado, temeroso, desalentado, y sintiéndose fracasado. Dios le envió un ángel. Este ángel no dijo: "¡Salud a ti, gallina! ¡Salud a ti, miedoso!"
No, él vino con noticias del otro mundo y dijo: "¡Jehová está contigo, varón esforzado y valiente!"
Gedeón dijo: "¿A quién te refieres? ¿Quieres decirme que yo soy un varón esforzado y valiente?"
Ahora el ángel pudo haberle dicho, y quizá lo hizo: "Si, así es exactamente como Dios te ve.
Es todo tuyo, lo tomes o no. Tú eres un hombre fuerte y valiente. Te traigo noticias del mundo espiritual".
¡Gedeón se levantó y comenzó a actuar como si fuera un hombre poderoso, valiente y se encontró que lo era!
Bien, Dios vino a mí y dijo: "Salud, John Osteen, hombre poderoso curado por la llaga de Jesús". Pude haberle respondido: "¿Estás seguro que me hablas a mi? Ciertamente no me siento así".
Si. En el mundo espiritual Dios Todopoderoso te ve sano. Te ve próspero. Te ve fuerte.
Te ve victorioso. ¡Levántate y comienza a actuar como si esto fuera tuyo y pronto lo será!
Es el principio exacto que Jesucristo estaba enseñando en Marcos 11:24: "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando (cuando oras...Esto es cuando estás enfermo, cuando estás derrotado, cuando sientes que las tinieblas están sobre ti) creed que lo recibiereis (en la forma invisible) y os vendrá (en forma visible)".
Jesús no te pide que vayas por allí mintiendo y diciendo: "Yo creo que este tumor se ha ido físicamente de mi cuerpo". No. El no te pide que digas una mentira. Cualquiera que tiene ojos puede ver que el tumor todavía está allí. El no te pide que creas que la sanidad ya se ha manifestado en el reino físico. El te pide que creas que es tuya en el reino invisible, basado en la Palabra de Dios. Entonces El dice que verá que la tengas en la forma física, visible.
CREE QUE LO HAS RECIBIDO EN EL' REINO DE LA FE Y LO TENDRAS EN EL REINO NATURAL.
Muchas veces cuando dices que crees que has recibido tu sanidad, no quiere decir que estés diciendo que crees que ya no te duele o que crees que ya no hay ningún síntoma en tu cuerpo. Pero tu fe, el sentido del olfato por el cual percibes el perfume, se extiende hasta el mundo invisible y simplemente dices: "Creo, después de caminar en el bosque de las eternas verdades de Dios y estoy convencido de que la voluntad de Dios es que obtenga mi sanidad. He sido curado por la llaga de Jesucristo. La sanidad es mía en el mundo invisible. ¡Es mía ahora!"
Lo que me corresponde hacer es creer que es mío y confesarlo, regocijarme en ello y actuar como que si fuera un hecho consumado. Lo que le corresponde a Jesús, es ver que se manifieste.
Estos son los ladrillos de la fe.
Efesios 1:3 nos dice: "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con TODA bendición espiritual..." ¿Cuántas?
¡TODAS! Por muchos años yo no disfruté TODAS las bendiciones de Dios. Podía decir: "Señor, ¿por qué no me das algunas bendiciones económicas y físicas? No entiendo por qué las bendiciones tienen que ser tan espirituales".
Ahora he descubierto y comprendo la sabiduría de Dios, El me ha bendecido con todos los ladrillos creativos del universo. El nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. ¡Son todas nuestras! Sencillamente caminemos con Dios, encontremos lo que es nuestro y lo tendremos.
En II Corintios 4:18, Pablo, el apóstol, está hablando de cómo él vivía. Este es un versículo maravilloso, en el cual debemos meditar: "Puesto que nosotros no consideramos y vemos a las cosas que se ven sino a las cosas que no se ven; porque las cosas que son visibles son temporales (breves y efímeras — sujetas a cambio —), pero las cosas que son invisibles son inmortales y eternas "(Amplified Bible).
Tenemos que unir nuestras manos a las del Creador del universo. Todo lo que ves, no fue hecho de cosas visibles, sino de cosas invisibles.
Debes comenzar en el reino invisible de las verdades de Dios y dejar que éstas impresionen tu hombre espiritual. Esto traerá a la realidad aquello que deseas.
Dios es creador. El quiere que sus hijos e hijas unan sus manos a las suyas y vean su poder milagroso crear cosas para suplir cada una de sus necesidades. El quiere ayudarles a alcanzar al mundo con las buenas nuevas acerca de Jesús.
Los ladrillos para el poder creativo de Dios no están en el reino natural; están en otra dimensión.
Todo lo que necesitas de Dios lo puedes obtener usando tu sexto sentido, la fe. ¡Puedes traer las bendiciones de Dios de lo invisible, del mundo espiritual, al reino material
Comunidad Cristiana Centro de Avivamiento
“JESUCRISTO ES EL SEÑOR”
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San Juan de Lurigancho – Lima - Perú.
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