Cómo puede usted conocer la
Voluntad de Dios
Kenneth E. Hagin
Capítulo 1 – El Hombre Interior – El
Verdadero Usted.
El escritor del Libro de Proverbios
dijo: “Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre” (Proverbios 20:27). Eso
significa que Dios nos iluminará y guiará a través de nuestros espíritus.
Muy a menudo, sin embargo, buscamos
guía de cualquier otra forma, menos de la forma en que Dios dijo que vendría.
Juzgamos por nuestros sentidos físicos, pero Dios no dice en ninguna parte que
nos guiará por nuestros sentidos. O, a menudo, miramos las cosas desde un punto
de vista mental. Pero, Dios dijo: "Lámpara de Jehová es el espíritu del
hombre", lo cual significa que Él nos guiará a través de nuestros
espíritus.
El hombre es un ser espiritual. Él
tiene un alma, y vive en un cuerpo físico. Pero, él es un ser espiritual,
porque ha sido hecho en la semejanza de Dios. Jesús dijo que Dios es espíritu.
Cuando el cuerpo está muerto y en la tumba,
el hombre sigue viviendo. Pablo, al hablar de la muerte física, dijo:
"Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir
y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor" (Filipenses 1:23). Luego,
para mostrar que estaba hablando de la muerte física, dijo: “pero quedar en la
carne es más necesario por causa de vosotros" (v. 24). El estaba diciendo:
"Cuando parta, voy a estar con el Señor".
Lo ve, hay un hombre exterior y un
hombre interior. El hombre exterior no es el verdadero usted; el hombre
exterior es tan solo la "casa" (cuerpo) donde usted vive. El hombre
interior es el verdadero usted.
Primero, debemos averiguar qué es un
espíritu, antes que podamos entender cómo es que Dios nos guiará a través de
nuestros espíritus. Este hombre interior – o, como Pedro lo llama: "el
interno, el del corazón" (1°Pedro 3:4) – es el espíritu del hombre. Cuando
la Biblia habla del corazón, está hablando del espíritu, del hombre interior, o
del interno; este es el verdadero hombre. Cuando Pablo dice: "De modo que
si alguno está en Cristo, nueva criatura es (...)” (2°Corintios 5:17), él está
hablando acerca del hombre interior, el verdadero hombre. Cuando usted fue
nacido de nuevo, ciertamente no recibió un cuerpo nuevo, pero el verdadero usted
llegó a ser un nuevo hombre en Cristo.
Frecuentemente, nuestros términos son
tan poco precisos al describir las cosas, que son confusos. Sería mejor decir
las cosas como la Biblia las dice. Por ejemplo, en 1°Tesalonicenses 5:23,
Pablo, al orar por la iglesia en Tesalónica, dice: "Y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo”. Pablo comienza con lo interno y termina con lo externo. El
comienza con el hombre interior y termina con el hombre exterior. Usualmente,
la gente cita equivocadamente esta escritura y coloca al cuerpo primero, en vez
del espíritu; son más conscientes del cuerpo que del espíritu. Necesitamos
invertir el orden y hacernos más conscientes del espíritu.
Hasta que no nos hagamos conscientes
del espíritu, no podremos entender lo que Dios está diciendo a nuestros
espíritus. Las cosas espirituales serán inciertas. Pero, entre más conscientes
del espíritu nos hagamos, más real será para nosotros la guía del Señor.
Necesitamos pensar de nosotros mismos
como seres espirituales, que poseemos almas y vivimos en cuerpos.
Algunos de los principales eruditos
bíblicos en nuestra tierra parecen sobresaltados cuando yo pregunto:
"¿Cuál es la diferencia entre el espíritu y el alma del hombre?".
Ellos dicen: "Bueno, siempre había pensado que eran lo mismo". Muchas
veces, los predicadores usan los términos intercambiablemente, dando la
impresión de que el espíritu y el alma son lo mismo. Pero, no lo son;
"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el ALMA Y EL ESPIRITU (...)"
(Hebreos 4:12).
Pablo dijo: "Porque si yo oro en
lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin
fruto" (1°Corintios 14:14). Nuestro entendimiento es parte de nuestra
alma. Pablo dijo: "Mi entendimiento queda sin fruto; yo no oro desde mi
alma (intelecto o mente). Mi alma no es la que está orando". El dijo:
"Si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora".
A mí me gusta especialmente la expresión
usada en Proverbios 20:27: "Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre,
la cual escudriña lo más profundo del corazón”. Jesús dijo: "Si alguno
tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su
interior (corazón) correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que
habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu
Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado" (Juan 7:37-39). Como
resultado de recibir el Espíritu Santo del "interior" correrán ríos
de agua viva.
La versión Amplificada de 1°Corintios
14:14 dice: "Porque si yo oro en una lengua [desconocida], mi espíritu
[por el Espíritu Santo dentro de mí] ora"; cuando usted ora en lenguas,
ello sale de lo más profundo de su ser, de su espíritu.
Renovando
la Mente.
El espíritu del hombre – lo más
profundo del ser humano, el verdadero hombre – recibe vida eterna y es nacido
de nuevo. Pero, él aún tiene que tratar con su intelecto y sus emociones, las
cuales componen el alma; estos no son nacidos de nuevo; en su lugar, deben ser
renovados.
Pablo habla acerca de la renovación
del entendimiento en Romanos 12:2: "No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento (...)".
Esto es un proceso. La Epístola de Santiago fue escrita a cristianos. No
obstante, él dijo en el primer capítulo: "Recibid con mansedumbre la
palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas".
Jesús dijo: "Lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es" (Juan 3:6). Nuestro espíritu es el que es nacido de
nuevo; nuestra alma puede ser renovada, o restaurada, por la Palabra de Dios.
Con nuestro espíritu tenemos contacto
con el mundo espiritual; con nuestra alma tenemos contacto con el mundo mental;
y con nuestro cuerpo tenemos contacto con el mundo físico.
Algunas veces escuchamos a la gente
hablar acerca de “morir a sí mismos". Sin embargo, lo que queremos no es
morir a nosotros mismos, lo que queremos es crucificar la carne. Esto no es
algo que Dios hace por usted; usted mismo debe hacerlo.
Pablo dijo: "Así que, hermanos,
os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”
(Romanos 12:1). El no le dice que "muera a usted mismo o a la carne";
pero, él sí le dice que haga algo con la carne.
Pablo dijo en Romanos 6:13: "Ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad
(...)”. Después que usted es nacido de nuevo, su cuerpo va a querer seguir
haciendo las mismas cosas que siempre ha hecho, pero Pablo dijo que no lo
dejemos. El hombre dentro de usted, el hombre interior, ha llegado a ser un
nuevo hombre en Cristo. Deje que este hombre interior domine al hombre
exterior.
La razón por la cual muchas personas han
tenido un concepto erróneo del alma y del espíritu, es porque no entienden a
fondo el nuevo nacimiento. Hemos sido más que justificados. Hemos llegado a ser
un nuevo hombre, una nueva criatura en Cristo.
Este hombre en el interior – el hombre
espiritual a través del cuál Dios tratará – ha llegado a ser un nuevo hombre.
Ahora, las cosas viejas que estaban en el viejo hombre, han pasado. La muerte
espiritual estaba ahí. Allí dentro, estaba la naturaleza del diablo. El odio y
la mentira estaban ahí. Pero, ahora, el amor de Dios está allí dentro. Ahora,
la naturaleza de Dios está ahí. Este es el hombre que debe estar en control.
Debemos escucharlo, porque es a través de este hombre – nuestro hombre
espiritual – que Dios nos guiará.
Capítulo 2 – Guía a través del Hombre
Interior.
El hombre interior del que tratamos en
el capítulo 1 tiene una "voz”, la cual llamamos conciencia, intuición,
guía interior, o testigo interior. Esta voz se hará más clara, a medida que el
creyente nacido de nuevo ejercite y desarrolle su espíritu. Este vendrá, así, a
ser una guía más y más segura. Una cosa que ha refrenado al pueblo cristiano en
su mayor parte, es el que somos más conscientes de lo físico (conscientes del
cuerpo) y más conscientes de lo mental (conscientes del alma). Hemos
desarrollado el cuerpo y el alma pero, hemos dejado el espíritu del hombre casi
intacto.
Su espíritu puede ser educado, tal
como su mente puede ser educada. Su espíritu puede ser desarrollado en
fortaleza y entrenado tal como su cuerpo puede ser desarrollado y entrenado.
Por supuesto, una persona que nunca ha
sido nacida de nuevo, no podrá seguir la voz de su espíritu. Su espíritu no
será regenerado, su conciencia le permitirá hacer casi cualquier cosa. Pero, al
tener la naturaleza y la vida de Dios en usted, su conciencia no le permitirá
hacer todo lo que quiera.
Si usted es un cristiano nacido de
nuevo, el Espíritu Santo está viviendo y morando en su espíritu. El no se
comunica directamente con su mente porque El no está en su mente; El está en su
espíritu. El se comunica con usted por medio de su espíritu.
Jesús dijo: "Y vendremos [Su
Padre y El] a él, y haremos morada con él" (Juan 14:23). Pablo dijo:
"¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros?" (1°Corintios 3:16). Escribiendo a los Corintios en la Segunda
carta, él dijo de nuevo: "Porque vosotros sois el templo del Dios
viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y
ellos serán mi pueblo" (2°Corintios 6:16). Si Dios está morando en nosotros,
entonces, allí es donde El va a hablar con nosotros.
Es su espíritu, no el Espíritu Santo,
el que lo condena a usted si como cristiano obra mal. El Espíritu Santo no
convence de pecado; Jesús dijo que el único pecado del cual el Espíritu Santo
convencería al mundo, es el de rechazar a Jesús. Su propio espíritu es el que
es consciente, del preciso momento en que usted ha obrado mal.
Andar
por los sentidos.
Note que en Romanos 8:16 Pablo dijo:
"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de
Dios". Muchas veces la gente piensa que este testimonio del que él está
hablando es algo físico, pero no lo es. La Biblia no dice que el Espíritu da
testimonio a nuestro cuerpo.
Los sentidos son la voz del cuerpo.
La razón es la voz del alma o mente.
La conciencia es la voz del espíritu.
Si andamos por los sentidos, ¡vamos a
estar en problemas!
La gente dice: "Sentí como que el
Señor me escuchó". No interesa si usted sintió como que si o no. Si la
Palabra de Dios así lo declara, es verdad. Si Dios dice que El escuchó y
contestó su oración, así lo hizo.
Base su fe en la Palabra; no en sus
sentidos. Este verso no dice que el Espíritu da testimonio a nuestros cuerpos o
a nuestros sentidos. Dice: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu". La Palabra y el Espíritu concuerdan. El Espíritu tomará esta
Palabra y le dará testimonio a su corazón.
Jesús dijo: "Pero cuando venga el
Espíritu de verdad (...) tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13-14).
Él le dijo a sus discípulos: "Él os enseñará todas las cosas, y os
recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). Él también dijo: "Os
hará saber las cosas que habrán de venir" (Juan 16:13). Él le da
testimonio a su espíritu, allí es donde Él lo guía. Romanos 8:14 dice:
"Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos
de Dios”.
No nos corresponde decirle al Señor
cómo guiarnos. En los Hechos de los Apóstoles y en otros lugares en la Biblia
vemos cómo, algunas veces, algunos recibieron guía por medio de una visión.
Leemos donde otros recibieron guía de un ángel que se apareció y les dijo
ciertas cosas. Muchas veces buscamos guía de esa forma, en vez de escuchar lo
que la Biblia dice. Con todo, tales fenómenos tampoco sucedieron cada día en
las vidas de estas personas, ocurrieron una o dos veces en toda la vida de
algunos de ellos. Demasiadas veces, cuando Dios está tratando de dar testimonio
a nuestros espíritus – tratando de guiarnos – no escuchamos porque queremos
algo dramático, como una visión o un ángel.
Burlado
por una Señal.
Para recibir guía, algunas personas
utilizan lo que denominan ponerle una señal al Señor. Yo lo ensayé una vez por
allá en 1941; puse una señal, seguí mi señal, y salí trasquilado! Quedé curado.
El Nuevo Testamento no dice:
"Porque todos los que son guiados por señales, estos son hijos de
Dios". Por supuesto, Gedeón sí puso una señal; pero nosotros no estamos
viviendo en el día en que él vivió. No estamos viviendo bajo el pacto bajo el
cual él vivió. Nosotros tenemos un Nuevo Pacto, establecido sobre mejores
promesas.
En ninguna parte del Nuevo Testamento
dice que Pedro, Pablo o alguno de los Apóstoles jamás le hayan dicho a la gente
que le pusieran una señal al Señor. De hecho, esta práctica es bien peligrosa,
porque ponemos la señal en el mundo de los sentidos, cuyo dios es Satanás
(2°Corintios 4:4).
Una vez, cuando postulé para el
pastorado de una iglesia en Texas, le puse una señal al Señor; que si el 100
por ciento de la congregación votaba por mí, para ir como su nuevo pastor, lo
aceptaría como la voluntad del Señor e iría. Obtuve cada voto y acepté el
pastorado.
Ese fue el tiempo más miserable que
jamás haya pasado en mi vida. Perdí toda unción para predicar; al preparar mis
sermones, sentía como si hubiera fuego en mis huesos, pero, en el momento en
que entraba por la puerta de la iglesia para los servicios, era como si alguien
vaciara un balde de agua fría sobre mí.
Yo estaba fuera de la voluntad de
Dios; yo estaba tan sólo en su voluntad permisiva, y las cosas no funcionan
bien cuando usted está tan sólo en la voluntad permisiva de Dios.
Esa fue la única vez en la cual me
equivoqué al tomar una iglesia. En otras iglesias, no puse ninguna señal.
Esperar
en El Señor.
Algunas veces, las personas no quieren
tomar la responsabilidad por sí mismos; sin embargo, allí es donde está la
responsabilidad. Es más fácil dejarla sobre el Señor y decir: "Señor, si
quieres que haga eso, entonces, abre tú la puerta. Si no, entonces, tú
ciérrala". Es más fácil hacer esto que esperar en el Señor hasta que usted
sepa la respuesta en su interior; y algunas veces, esto requiere tiempos de
espera para escuchar este testigo interior.
Estamos tan ocupados física y
mentalmente, que las cosas espirituales llegan a sernos inciertas. Es más fácil
aquietar su cuerpo que aquietar su mente. !Usted puede hacer tanto ruido con su
mente como con sus manos y sus pies! Algunas veces, cuando usted trata de
dormir, aunque su cuerpo está relajado, su mente todavía está inquieta, aún
está revolviéndose con las actividades, ideas y planes del día, o con las
preocupaciones y ansiedades acerca del futuro.
Esta es un área en la que el orar en
lenguas es de gran ventaja. "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi
espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto" (1°Corintios 14:14).
¿Alguna vez ha vagado su mente hacia
otras cosas mientras usted ora? A veces, solía tomarme una hora para acallar mi
mente, pero ahora, he hallado que orar en otras lenguas es la mejor forma.
Cuando usted ora en otras lenguas, su mente se sosiega. Una vez que está en
silencio, usted se hace más consciente de su propio espíritu y de las cosas
espirituales.
Al orar en otras lenguas y adorar a
Dios, su espíritu está en contacto directo con Dios, quien es Espíritu y el
Padre de los espíritus. Debido a que su mente no está activa, su lenguaje de
oración no proviene de su cabeza pero sí de su corazón.
El
Testigo interior.
Si nosotros entrenáramos nuestros
espíritus, sabríamos con un "si' o con un "no" en nuestro
interior, qué hacer con exactitud en cada área de la vida; aun en cosas
secundarias. Prácticamente, pasamos todo el curso de nuestras vidas en el reino
mental y físico. Muchas veces, hemos desarrollado nuestra cabeza a costa de
nuestro corazón. El conocimiento de nuestro intelecto ha tomado el trono en
nuestra vida. Y nuestro espíritu, el cual debe guiarnos, es mantenido en
prisión bajo llave, por así decirlo, y no le es permitido funcionar.
Este testigo interior busca darle guía
a nuestra mente. Todos sabemos que hay mil y una cosas que nunca habríamos
hecho si hubiéramos escuchado ese testigo interior.
No habríamos invertido y perdido
dinero en ciertas empresas arriesgadas; nunca habríamos escogido a ciertas
personas como nuestros compañeros (No sólo me estoy refiriendo a la pareja en
el matrimonio, sino también a cierta gente con la que nos involucramos). Si
hubiéramos escuchado nuestro testigo interior, nunca habríamos entrado en
negocios con ciertas personas.
Para definir este testigo interior en
pocas palabras, a medida que usted está orando con respecto a algo y pensando
qué hacer, si hay un alerta en su espíritu – un "algo en su interior"
que le dice que no haga cierta cosa – ese es el testigo interior. Sin embargo,
algunas veces usted tiene que esperar un rato para aquietarse lo suficiente
como para reconocerlo.
Alguien me preguntó una vez:
"¿Cómo puedo distinguir si es mi espíritu o el Espíritu Santo el que me
está diciendo que haga algo?".
Yo le señalé la escritura que dice:
"Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre". Dios dijo que Él iba a
usar su espíritu.
El hombre respondió: "Pero puede
ser que sea simplemente yo quien quiere hacerlo”.
Le dije: "Usted debe ser capaz de
distinguir si es la carne – el hombre exterior – el que quiere hacer algo, o el
hombre interior", "si es el hombre interior, está bien; porque el
hombre interior es nacido de nuevo y es una nueva criatura. "Las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2°Corintios 5:17). El hombre
interior tiene la naturaleza y la vida de Dios en él. Si usted es lleno del
Espíritu, el hombre interior tiene al Espíritu Santo morando en usted. El
hombre interior del cristiano no es el que quiere obrar mal, es el hombre
exterior".
Juan en su epístola habla acerca de la
simiente de Dios permaneciendo en este hombre interior, el cual no puede pecar.
"Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de
Dios" (1°Juan 3:9). Este hombre interior tiene la naturaleza y vida de Dios
en él, pues es nacido de Dios.
Físicamente, nosotros somos nacidos de
nuestros padres humanos y participamos de su naturaleza. A menudo, oímos a la
gente decir: "él es como su padre", o "ella se parece a su
madre".
Espiritualmente, somos nacidos de Dios
y participamos de Su naturaleza.
"Por medio de las cuales nos ha
dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina (...)” (2°Pedro 1:4). Pedro también dijo
que somos nacidos de la Palabra de Dios; "Siendo renacidos, no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece
para siempre" (1°Pedro 1:23).
Somos nacidos de la Palabra de Dios;
por eso, a medida que nos alimentamos de la Palabra de Dios, somos hechos
participantes de la naturaleza divina. Sabemos que obrar mal no es la
naturaleza de Dios. Por lo tanto, si una persona realmente es un cristiano, el
deseo de obrar mal no está en su espíritu (Es con el hombre exterior con quien
el contiende).
Mirando una ilustración bíblica de
este testigo interior, leemos en Hechos 27 la historia de Pablo a bordo de una
nave con rumbo a Roma. "Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya
peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba,
diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha
pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras
personas” (vv. 9-10).
Pablo no dijo: "El Señor me
dijo"; no dice que el Espíritu de Dios se lo dijo. Pablo dijo: "Percibo";
¿Quién es el verdadero "Yo"? Es el hombre espiritual, el hombre en el
interior. Pablo no lo percibió mentalmente, no lo percibió físicamente, sino
que él tuvo un testimonio en su espíritu.
Hace algunos años, una familia salió a
comer y, mientras estaban comiendo, repentinamente sintieron – percibieron –
que necesitaban apresurarse de regreso a casa y terminaron su comida
rápidamente. Al llegar a casa, hallaron que había surgido una emergencia. Ellos
pudieron hacer algo a causa de haberío percibido en sus espíritus, tal como
Pablo lo hizo.
Observe que Pablo simplemente habló lo
que había percibido. El no amenazó a aquellos que no lo escucharon; sin duda,
más tarde, ellos desearon haberle escuchado. Conozco personas que no me han
escuchado, pero que más tarde desearon haberlo hecho. Usted no puede hacer que
la gente haga cosas; Dios no nos dice que usemos la fuerza. Algunas personas
anuncian aterradoras advertencias y amenazas, si usted no los escucha y hace lo
que ellos le dicen que haga. Esta gente tiene el espíritu incorrecto; los dones
deben ser usados en el espíritu de amor.
Pablo declara en 1°Corintios 13 que
los dones espirituales pueden ser usados fuera de amor, y aunque pueden traer
bendición para algunos, no son tan efectivos como deben serlo. Las personas son
más efectivas si, cuando tienen algo de Dios, actúan en amor.
En Hechos 27:20-21 leemos: "Y no
apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad
no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos. Entonces Pablo,
como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo:
Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído”. Ésta fue una
declaración osada.
Observe que Pablo dijo: “Debieron
haberme escuchado". El no dijo: "debieron haber escuchado al
Señor"; él no dijo: "El Señor me dijo", él dijo: "Veo
(percibo)".
"Habría sido por cierto
conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para
recibir este perjuicio y pérdida. Pero ahora, os exhorto a tener buen ánimo
pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave
(...) Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que
será así como se me ha dicho” (vv. 21-22,25).
Pablo percibió el peligro, y si ellos
lo hubieran escuchado, podrían haber evitado el naufragio, pero no lo hicieron;
de tal forma que perdieron toda la mercancía y la nave. Con todo, Pablo les
aseguró que no habría pérdida de ninguna vida: "porque yo confío en Dios
(...)” y la vida de cada hombre fue salvada.
Una afirmación en Hechos 13 nos
ayudará más en cuanto al recibir guía de Dios. "Había entonces en la
iglesia que estaba en Antioquia, profetas y maestros (...) Ministrando estos al
Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo (...)" (Hechos 13:1-2).
Observe bajo qué condiciones dijo algo
el Espíritu Santo: "Ministrando estos al Señor, y ayunando”. No sé de
muchos servicios como ese hoy en día. Usualmente, el predicador ministra a la
gente, no al Señor. La mayoría de nuestros servicios en la iglesia están
basados en ese principio; estamos ministrándonos el uno al otro. Pero ellos
ministraban al Señor; en esa clase de atmósfera fue que habló el Espíritu
Santo. Sería bueno que hoy en día tuviéramos algunos servicios en los que
ministráramos al Señor.
La
voz interior.
El Espíritu Santo también nos guía por
medio de lo que es conocido como la voz interior. Cuando el Espíritu Santo
habla en su interior, esto será con un poco más de autoridad que el testigo
interior. Cuando la voz del Espíritu Santo habla, ésta es aún una voz interior,
pero es tan real, que usted casi vuelve a mirar para ver quién habló. A veces
cuando he estado orando y el Espíritu Santo me ha hablado, he mirado detrás de
mí para ver si alguien estaba allí. En mi propia mente yo sabía que nadie
estaba allí, pero la voz parecía real. El nos habla en lo que parece ser una
voz audible, aunque puede no ser audible para nadie alrededor nuestro; de
hecho, no la escuchamos con el oído físico.
En el Antiguo Testamento leemos del
joven Samuel, quien cuando tenía tan solo 12 años de edad, escuchó una voz
hablándole en la noche. "Samuel", dijo la voz; él pensó que Elí le
estaba llamando, de tal forma que se levantó y fue a la habitación de Elí para
preguntarle qué quería. Elí le dijo que él no estaba llamándolo. Samuel regresó
a la cama, en seguida, él escuchó otra vez "Samuel". El se levantó y
fue a Elí de nuevo, estaba seguro que Elí estaba llamándole, entonces, Elí
entendió que Dios estaba hablándole a Samuel y le dijo que respondiera a la voz
la próxima vez que la oyera. Cuando lo hizo, el Señor comenzó a hablarle.
Esa no fue una voz audible; le pareció
audible a Samuel, pero no lo era. Si lo hubiera sido, Elí también la habría
escuchado, pues no se encontraba lejos de Samuel. Era Dios quien estaba llamando
a Samuel (1°Samuel 3).
A veces, hay una similitud entre el
testigo interior y la voz interior. Algunas veces el testigo es más claro, y
algunas veces menos claro. El testigo, es simplemente una señal de alto o siga
adelante; a veces, es como una alarma interna para llamar nuestra atención.
¿Está
en línea con la Palabra?.
En otras ocasiones, la voz interior
nos habla. Cuando recibimos guía a través de esta voz interior, esto será de
acuerdo con la Palabra; cuando el Espíritu de Dios se mueve, siempre se mueve
de acuerdo con la Palabra; si no está de acuerdo con la Palabra, no es el
Espíritu de Dios. La Biblia es inspirada por el Espíritu, y si el que está
hablándole es el mimo Espíritu, va a estar de acuerdo con la Palabra.
Recuerde que la Biblia dice que hay
muchas voces en este mundo. En mis viajes, yo conozco gente que dice haber oído
algún tipo de voz. Sé en el mismo instante que comienzan a decirme lo que han
oído, si están en lo correcto o equivocados, sin juzgarlos en ninguna manera.
Conozco la Palabra, por consiguiente sé si está en acuerdo con la Palabra o no.
Una vez, conocí una dama que había
sido una cristiana maravillosa y una gran bendición para la iglesia. Por
supuesto si el diablo logra desviar a las personas, el puede robarles su influencia
cristiana y su testimonio.
Esa mujer me habló de una revelación
que el Señor le había dado, según dijo. "No puedo aceptar eso", le
dije, "porque no está de acuerdo con la Palabra".
"Pero sé que el Señor me
habló", dijo ella; "Yo lo escuché". Entonces, habló de algún
tipo de visión que había visto.
Yo repetí: "Pero no es
escritural", y comencé a citar escrituras que contradecían lo que ella
estaba diciendo. Luego, le pregunté: "¿Puede darme alguna escritura para
respaldar su revelación?".
Ella dijo: "Bueno, no, no
puedo".
Le dije que abriera su Biblia en
cierto pasaje de la Escritura. Yo sabía que si ella leía este capítulo
contradeciría todo lo que ella estaba diciendo. Ella leyó los versos que le di;
luego, cerró la Biblia y dijo: “Bueno, pues con Biblia o sin Biblia, sé que
Dios me habló y me dio esta revelación y me voy a quedar con ella".
Yo dije: "Dios no le habló; si lo
hubiera hecho, El le habría hablado en línea con la Palabra; y usted no tiene
que asumir que es así porque yo lo digo; puede leerlo por usted misma".
Ella persistió: "Con Biblia o sin
Biblia, me voy a quedar con mi revelación".
"Muy bien", repliqué
finalmente, "quédese con su revelación, pero yo voy a quedarme con la de
Dios".
Hay algunas personas muy queridas que
se han alejado por oír voces; hay muchas voces en el mundo. No debemos aceptar
nada sin examinarlo a la luz de la Palabra.
Dios sí se comunica con nosotros por
medio de nuestros espíritus, pero no se trata de escuchar voces; no se trata de
orar para escuchar algo. Si Él nos habla, bien; pero si no lo hace, tenemos su
Palabra, y podemos caminar a la luz de ella.
Capítulo 3 – Guía a través de Visiones.
A veces, Dios nos guía a través de
visiones. En Hechos 10 leemos que: "Había en Cesarea un hombre llamado
Cornelio (...) piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas
limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visión,
como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y
le decía: Cornelio (...)” (Hechos 10: 1-3).
Aunque Cornelio era un hombre piadoso,
no era salvo; era un judío prosélito. Cuando Pedro le contó a los hermanos en
Jerusalén lo que había pasado, él dijo: "quien [Cornelio] nos contó cómo
había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a
Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; él te hablará
palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa" (Hechos 11:13-14).
La Escritura nos dice que Cornelio vio
un ángel en visión. Los ángeles tienen la habilidad, cuando Dios lo permite, de
tomar en sí mismos una apariencia que pueda ser vista con el ojo natural; Pablo
dijo: "No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin
saberlo, hospedaron ángeles” (Hebreos 13:2). Pero aquí, la Escritura llama
visión a la experiencia de Cornelio; si alguien más hubiera estado presente,
probablemente no habría visto al ángel.
Tipos
de Visiones.
Hay tres tipos de visiones mencionados
en las Escrituras.
El Primero, es lo que se llama visión
espiritual. Usted ve con los ojos de su espíritu, no con sus ojos físicos.
Cuando Pablo vio al Señor en Hechos 9, esta fue una visión espiritual. El no lo
vio con sus ojos físicos, ya que la Biblia dice: "y abriendo los ojos, no
veía a nadie” (v.8), estaba ciego; de tal forma que cuando él escuchó al Señor
hablándole, sus ojos estaban cerrados, y cuando los abrió estaban ciegos. Con
todo, él dijo que vio al Señor; él no estaba viendo con sus ojos físicos, ésta
fue una visión espiritual.
El segundo tipo de visión, es cuando a
uno le sobreviene un éxtasis. A Cornelio no le sobrevino un éxtasis; pero la
Escritura dice que a Pedro si le sobrevino uno. "Al día siguiente,
mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la
azotea para orar, cerca de la hora sexta.
Y tuvo gran hambre, y quiso comer, pero mientras le preparaban algo, le
sobrevino un éxtasis" (Hechos 10:9-10). Cuando a usted le sobreviene un
éxtasis, sus sentidos físicos quedan suspendidos; usted no es consciente de
dónde está; no es consciente de qué está sucediendo a su alrededor.
El tercer tipo de visión, es llamado
visión abierta. Esta es en la que usted, de hecho, ve con sus ojos físicos
abiertos. De todas las visiones que he tenido, sólo dos de ellas han sido
visiones abiertas, tuve mis ojos abiertos de par en par, y fue muy real para
mí. En algunas de mis otras visiones, me sobrevino un éxtasis, y otras fueron
visiones espirituales.
No obstante, la Biblia llama esta
aparición del ángel a Cornelio una visión. También nos dice que cuando a Pedro
le sobrevino un éxtasis, vio el cielo abierto y un gran lienzo descendiendo. En
el verso 19 leemos: "Y mientras Pedro pensaba en la visión (...)”.
Aunque este fue un tipo diferente de
visión, todavía fue una visión. El no sabía qué significaba. Naturalmente,
Cornelio supo exactamente que significaba su visión, porque el ángel le habló
diciéndole qué hacer: Enviar hombres a Jope a cierta casa, y hacer venir a un
Simón Pedro, quien le diría cómo ser salvo.
Observe que Cornelio hizo lo que el
ángel le dijo que hiciera. El ángel no podía decirle cómo ser salvo; Dios nunca
dispuso que los ángeles predicaran el Evangelio en la era de la Iglesia; ellos
no pueden. Los hombres deben predicar el Evangelio. "Id por todo el mundo
y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Todo lo que el ángel
pudo hacer fue decirle dónde ir para encontrar a alguien que pudiera decírselo.
Segundo, observe que la visión de
Pedro fue simbólica. Lo que él vio fue el símbolo de algo; él no supo
inmediatamente qué significaba; El vio un gran lienzo bajado del cielo en el
cual había toda clase de cuadrúpedos terrestres – animales salvajes, reptiles y
aves del cielo. Luego, escuchó una voz diciendo: "Levántate, Pedro, mata y
come” (v.13).
Pedro era nacido de nuevo y lleno con
el Espíritu Santo; pero él había sido criado en la religión judía, y es difícil
deshacerse de lo que a usted le ha sido enseñado. Comer estas cosas era contra
las creencias de la cultura judía en la que él estaba viviendo, por eso dijo:
"Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás"
(v.14).
Los judíos no debían comer ciertas
comidas; algunas comidas eran limpias y otras eran inmundas; sin embargo, esto
no se aplica para nosotros hoy. Pablo enseñó esto muy claramente cuando le
escribió a Timoteo; dijo: "Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada
es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de
Dios y por la oración es santificado" (1°Timoteo 4:4-5).
“Volvió la voz a él la segunda vez: Lo
que Dios limpió, no lo llames tu común. Esto se hizo tres veces en otras
palabras, él vio esto y escuchó la voz tres veces; y aquel lienzo volvió a ser
recogido en el cielo. Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo
que significaría la visión que había visto (...)" (Hechos 10:15-17).
Pienso que de alguna forma, en su
interior, Pedro sabía qué significaba la visión; pero él dudó que pudiera
significar eso. Hasta este momento, la iglesia estaba compuesta estrictamente
por creyentes judíos. Dios estaba mostrándole a Pedro en esta visión que aunque
los judíos consideraban inmundos a los gentiles, Dios no.
"Y mientras Pedro pensaba en la
visión, le dijo el Espíritu (...)" (v.19).
Dios le habló a través de esta visión,
pero, él aun no sabía exactamente qué significaba. No obstante: "Le dijo
el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no
dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado" (vv. 19,20).
Otra ilustración que muestra la guía
de Dios a través de medios sobrenaturales se encuentra en Hechos 8:26-29:
"Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur,
por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces
él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario (...) y había
venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al
profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese
carro".
¿Sólo
para los Apóstoles?.
Hagamos una pausa para observar una
cosa: Algunas personas admiten que aunque Dios le habló a los Apóstoles, tales
visitaciones divinas fueron sólo para ellos. Sin embargo, note que Felipe no
fue un apóstol; lo mejor que podemos decir de él, es que fue un evangelista y
un diácono; aun así, ¡el Señor le habló!
"Y el Espíritu dijo a Felipe
(...)" No dice cómo lo dijo el Espíritu Santo (si fue audible, o no), pero
lo que sí sabemos es que esto no fue tan sólo el testigo interior; si ese
hubiera sido el caso, la Biblia habría dicho que el Espíritu le dio testimonio a
Felipe. Pero no dice que el Espíritu le dio testimonio a él; dice que El le
dijo.
Prestemos atención a algo que Jesús
dijo acerca del Espíritu Santo en Juan 16:13-14: "Pero cuando venga el
Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere (...)”.
Jesús dijo que el Espíritu Santo
hablaría, aunque no de sí mismo. Esto no se refiere al hablar en lenguas; El
Espíritu Santo no habla en lenguas; Él le da lo que usted debe expresar y usted
habla en lenguas. "Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron
a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” (Hechos
2:4).
El Espíritu Santo le hablará a usted
lo que Él le escuche decir a Dios. El mora en su espíritu y Él puede hablarle a
su espíritu. Estoy convencido que el Espíritu Santo habló dentro de Felipe.
Note también en las escrituras
referentes a la visión de Pedro, que el Espíritu dijo algo: "Y mientras
Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí tres hombres te buscan
(...)” (Hechos 10:19). De nuevo, en mi opinión personal (no se, pues la
Escritura sólo dice que el Espíritu lo dijo), el Espíritu no solamente le dio
testimonio al corazón de Pedro; si ese hubiera sido el caso, la Escritura
habría dicho que el Espíritu le dio testimonio. Pero dice "le dijo el
Espíritu (...)”.
También podemos leer de otras dos
visiones en Hechos 9:10-12: "Había entonces en Damasco un discípulo
llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme
aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama
Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he
aquí, él ora, y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le
pone las manos encima para que recobre la vista”.
Ananías, como Felipe, era tan solo un
discípulo, no un apóstol. Con todo, Dios lo usó.
Usted no tiene que esperar una visión
para hacer algo por Dios; pero Ananías no habría sabido nada en absoluto acerca
de Saulo, o aun, que él estaba orando, si Dios no hubiera tratado con él de
esta forma. El Señor se le apareció a Ananías en una visión y le dijo que había
un hombre en necesidad, El quería que Ananías fuera a ministrarle.
Ananías respondió: "Señor, he
oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en
Jerusalén; y aún aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para
prender a todos los que invocan tu nombre” (vv. 13-14). En otras palabras,
Ananías estaba diciendo: "¿Estás seguro, Señor, de lo que estás haciendo?,
lo último que escuché de él es que estaba encarcelando a los creyentes".
A la vez, Dios también estaba tratando
con Saulo, el cual era un recién convertido. El había conocido a Jesús en el
camino a Damasco, y él, también, había tenido una visión mientras oraba, el vio
un hombre llamado Ananías venir y poner sus manos sobre él para que pudiera
recobrar la vista.
En
problemas por ver un Ángel
Un ángel también puede aparecérsenos
en una visión. Hace varios años, hubo una reunión de líderes de una
denominación del Evangelio Completo en la cual discutieron acerca de un
ministro, miembro, que decía haber visto un ángel en una visión. Este ángel,
según se dijo, lo había dirigido con relación a su ministerio, y él se había
dispuesto para cumplir este ministerio. Algunos de los ministros estaban
bastante preocupados por él.
Cuando parecía que estaban a punto de
expulsarlo de la denominación por haber visto un ángel, uno de los ministros
más ancianos, quien era un maestro bíblico sobresaliente, dijo: "Esto ha
llegado en un momento muy oportuno. En la iglesia que yo pastoreo, le pedí a la
congregación que escribiera en un pedazo de papel qué tema les gustaría que se
tratara en nuestro estudio bíblico semanal. Para mi sorpresa, la mayoría dijo
que nunca habían escuchado ninguna enseñanza en cuanto al tema de los ángeles.
Yo anuncié que enseñaría acera de ángeles, creyendo que dedicaría dos o tres
servicios para el tema; pero, cuando me senté con mi Biblia y comencé a
estudiar, obtuve tanto material, que me llevó varias semanas enseñarlo todo. La
cosa que me sorprende, no es que este hermano haya visto un ángel, sino que la
mayoría de nosotros no hemos visto uno".
El prosiguió dando citas de las
Escrituras: cómo el ángel del Señor le dijo a Felipe que descendiera por el
camino de Gaza; cómo el ángel de Dios se le apareció a Pablo en el barco; cómo
el ángel se le apareció a Cornelio y cómo el ángel saco a Pedro de la prisión.
Entonces, él dijo: "No quiero
decir que todos nosotros debemos ver ángeles, pero éste debe ser un suceso más
frecuente; tampoco quiero decir que va a ser un acontecimiento diario, o
siquiera, que todos nosotros deseemos ver un ángel. Sino que, de vez en cuando
alguien debe ver uno. Puesto que me han solicitado que haga mis observaciones,
quiero preguntarles esto: Si ustedes nos quitan esto, ¿tienen algo mejor para
poner en su lugar?". No lo tenían, así que dieron por terminado el asunto,
en lugar de expulsar al ministro.
No
busque una Visión.
Permítame decir que aunque Dios si nos
guía por medio de visiones y otras manifestaciones sobrenaturales, me gustaría
animarlo a no buscar una visión, porque usted puede salirse más allá de la
Palabra de Dios donde el diablo puede engañarlo. Si tuviéramos que esperar
hasta que viéramos una visión o escucháramos la voz audible del Señor, nos
perderíamos de estas otras cosas que no son tan precisas, pero son igualmente
reales.
Nosotros preferimos tener una palabra
de guía más directa, pero no siempre la recibimos; no trate de fabricarla si no
está allí. Simplemente sepa que Dios siempre le guiará por medio de uno de
estos métodos; primeramente será por el testigo interior; luego por la voz
interior, y luego por estas otras formas como Él quiera (no como usted quiera).
No busque estas formas de guía más espectaculares, la Biblia no dice en ninguna
parte que usted debe buscar estas cosas. Ellas suceden sin que usted las
busque.
El Señor se me ha aparecido en
visiones siete u ocho veces, pero en ninguna ocasión estuve orando por ellas.
Yo no estaba esperando que sucedieran cuando sucedieron; ni estaba ayunando en
ninguna de las veces en que Jesús se me apareció. Esto no significa que yo no
creo en ayunar, tampoco que yo no ayuno, porque sí lo hago; sino que algunas
personas dan la impresión que usted recibirá algún tipo de manifestación si
hace un ayuno largo. Mis visiones siempre han venido en el instante en que
menos las esperaba.
Creo que hay una razón para ello;
pienso que el Señor está tratando de mostrarnos que no podemos hacer nada para
"merecer" las visiones. No podemos hacer nada para forzar su mano.
Las visiones no son el resultado de las obras, sino de la gracia.
Guía
para un grupo.
En Hechos 16, podemos aprender algunas
cosas en cuanto al ser guiados. Pablo y su compañía habían atravesado la provincia
de Galacia, y evidentemente ellos querían pasar a Asia; pero, les fue
“prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia” (v. 6). Cuando
ellos intentaron ir a otro lugar, "el Espíritu no se lo permitió”. Luego,
durante la noche, un hombre apareció en visión y dijo: "Pasa a Macedonia y
ayúdanos" (v.9). Entonces: “procuramos partir para Macedonia, dando por
cierto que Dios nos llamaba (...)” (v. 10). Ellos no tuvieron ninguna palabra
directa acerca del asunto, pero dieron por cierto que esto era lo que el Señor
quería que hicieran.
Aquí, más de una persona estaba
involucrada, porque la Escritura dice “nosotros". Ellos no dejaron que tan
solo una persona tomara la decisión por todos; ni siquiera dejaron que Pablo
tomara la decisión por ellos. "NOSOTROS dando por cierto que Dios NOS
llamaba para que anunciásemos (...)". Leemos que el Espíritu guió, que el
Espíritu Santo habló y que el Espíritu dijo; todo el grupo que estaba presente
estuvo de acuerdo en que eso era lo correcto.
Observemos algo más acerca del
ministerio y del profetizar en Hechos 15:32. "Y Judas y Silas, como ellos
también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia
de palabras". Ellos confirmaron lo que los otros ya sabían.
Una palabra final de advertencia con
relación a la profecía y a la guía es: Yo amonesto a las personas a ser muy
cuidadosos con las profecías personales. Mientras el don permanezca en el
ámbito de hablar a los hombres “para edificación, exhortación y
consolación", está muy bien.
Pero, muchas veces, alguien que
profetiza puede ver a un profeta ministrar, y por tener una palabra de
predicción premonición de vez en cuando comienza a pensar: "Yo profetizo,
así que yo puedo hacer eso". Y entonces se sale del lugar donde debe estar
a este otro campo de la profecía personal, y es engañado y se extravía.
Evite
una falsa guía.
En muchas partes del país hay algunos
empeñados en guiar la vida de las personas por medio de los dones espirituales
y de la profecía, debido a la ignorancia de las Escrituras y a que algunas
veces la gente es seducida por esto. Hay otros que dicen ser profetas, o que
dicen ministrar por ese estilo, los cuales están extraviando a la gente.
Es interesante notar que en Hechos
21:10-11, Lucas dijo: "Y permaneciendo nosotros allí algunos días,
descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el
cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu
Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le
entregarán en manos de los gentiles”. Observe que Agabo no le dio a Pablo
ninguna guía; él no le dijo que fuera o que no fuera, simplemente le dijo lo
que el Espíritu Santo decía que sucedería.
He conocido a algunos que han
escuchado lo que alguien más dijo a través de una supuesta profecía. He visto a
algunos llegar a casarse, y sus vidas han sido arruinadas; ministros han
cambiado de iglesia, o entrado en otros ministerios a causa de una profecía
errónea y nunca pudieron recuperar su pérdida. Hombres de negocios han sido
terriblemente perjudicados por escuchar a alguien que decía tener una
revelación de Dios; invirtieron su dinero y entraron en bancarrota. Yo no he
podido encontrar ningún lugar en el Nuevo Testamento donde un profeta le haya
dicho a alguien cómo invertir su dinero.
Nosotros agradecemos a Dios por lo
sobrenatural y por los dones de inspiración del Espíritu, pero debemos recordar
que el simple don de la profecía (aquí no estoy hablando del ministerio del
profeta), es hablar a los hombres para "edificación, exhortación y
consolación” (1°Corintios 14:3).
¿Una
palabra del Señor?.
¡No interesa quien tenga una “palabra
del Señor" para usted; si ésta no confirma lo que usted ya tiene en su
propio espíritu, no la acepte!
Todos nosotros somos humanos y podemos
cometer errores. Un hombre no es perfecto sólo porque es un predicador; él
podrá estar equivocado; aunque, eso no significaría que él no fue usado por
Dios. Si usted entrara a su carro y no tuviera cuidado con lo que está
haciendo, podría montarse en una acera; simplemente porque usted fue un poco
negligente, no significa que usted no sabe conducir. Muchas veces, en cosas
espirituales, no somos tan meticulosos como debiéramos ser; por eso es que la
Biblia nos dice que estas cosas deben ser juzgadas.
En una ocasión, alguien me dijo:
"Un individuo me impuso manos y dijo que Dios me había llamado al
ministerio. Pero si él lo hizo, yo no lo sé". Yo dije: “Si yo fuera usted,
lo olvidaría; si esto no confirma algo que usted ya tiene, entonces olvídelo".
Hechos 13:2 dice: "Ministrando
éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a
Saulo para la obra a que los he llamado”. Saulo y Bernabé ya tenían el llamado;
Dios ya lo había hecho. Ellos ya estaban en el ministerio, pero Dios estaba
separándolos para otro ministerio – para ser Apóstoles a los gentiles.
La forma como Dios coloca a alguien en
un oficio es dándole un don para la tarea. A veces, esto puede ser confirmado
por profecía, pero la persona no es llamada de esa forma; toda la profecía del
mundo no va a darle a un hombre el don para ese oficio. He visto personas a las
que alguien les impuso manos y les profetizó que debían ser evangelistas; sin
embargo, ellas no podían dar un testimonio adecuadamente, mucho menos predicar.
Si Dios lo llama para hacer algo, El le dará las habilidades necesarias.
Hay una línea divisoria muy fina entre
lo real y lo falso; entre la realidad y el fanatismo. Es fácil cruzar esa línea
fina, y luego hacerse mucho daño. Algunas personas se han asustado y abandonado
estas cosas del todo, a causa del mal uso y del exceso; y han llegado a estar
como muertas y secas, rechazando lo milagroso. Hay otros que van al otro
extremo y están listos para aceptar cualquier cosa; se descontrolan y siguen lo
que llaman "el Espíritu" y dejan la Palabra, terminando en la zanja o
al otro lado del camino. Dios no quiere que caigamos en la zanja a ninguno de
los dos lados del camino, El quiere que vayamos justo por el centro.
En Hechos 11:27-28 leemos: "En
aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía”
(Evidentemente, había más de un profeta, porque dice “profetas") "Y
levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que
vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo
de Claudio"
Esto fue más o menos una predicción
por un profeta; pero esto no fue profecía. No dice que Agabo profetizó, dice:
"daba a entender por el Espíritu”.
Leímos en Hechos 16:6 del ministerio
de Pablo y Silas: "Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue
prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia". Nuevamente,
quiero que observe que una expresión diferente es usada, cuando el Espíritu
Santo le habló directamente al individuo. Con respecto a Pedro, la Palabra
dice: "Le dijo el Espíritu"; de Felipe, dice: "El Espíritu dijo
a Felipe”. Pero, acá dice que el Espíritu les prohibió; esto me hace creer que
mientras estaban orando, uno de ellos habló por profecía; ya que tanto Pablo
como Silas eran usados en esta forma.
Dice que "les fue prohibido por
el Espíritu Santo”, no dice: “El Espíritu les dijo que no fueran"; les fue
prohibido por el Espíritu Santo predicar en Asia. ¿No quería Dios que la
Palabra fuera predicada en Asia? Sí, en el tiempo correcto, pues también dijo:
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura"
(Marcos 16:15).
Algunos predicadores dicen: "Dios
dijo que fuéramos por todo el mundo; no interesa dónde vas a predicar,
entonces, simplemente ve". Pero, ¿No tiene el Espíritu Santo algo que ver
con el asunto? Si todos nosotros fuéramos misioneros, no habría nadie para
pastorear la iglesia local; si todos quisieran ir a la India, ¿quién iría al
África? Nosotros no deseamos huir del llamado de Dios, debemos estar dispuestos
a hacer la voluntad de Dios; pues puede que Él no desee que ciertos individuos
prediquen en ciertos países.
Capítulo 4 – La Guía y el Don de la
Profecía.
Al estudiar el don de la profecía en
conexión con la guía, necesitamos entender que el ministerio de profeta y el
don de profecía, aunque están íntimamente relacionados, no son lo mismo; pues,
muchas veces, los dos son confundidos.
El hecho de que alguien profetice no
lo hace un profeta. La Palabra de Dios enseña claramente que cada cual debe
procurar profetizar. Si profetizar le hiciera a usted un profeta, entonces
parecería que el Señor estaba diciendo que todos deben querer ser profetas. Con
todo, Pablo le declaró a los corintios que no todos son profetas: "Son
todos apóstoles? ¿son todos profetas?” (1°Corintios 12:29). La respuesta es no,
por supuesto. Puesto que no todos pueden ser profetas, el Señor no nos diría
que procuremos algo que no podemos tener, pero, todos pueden profetizar.
La Biblia enseña que el simple don de
profecía es hablar a los hombres “para edificación, exhortación y
consolación" (1°Corintios 14:3); la profecía es una expresión o
inspiración sobrenatural en una lengua conocida (su propia lengua). Hablar en
lenguas es una expresión sobrenatural en una lengua desconocida; esto es, desconocida
para usted, pues, puede no ser desconocida para todos.
A veces, la profecía puede ser usada
al orar en su propia lengua como al orar en lenguas. He llegado a estar tan
inspirado para orar en inglés, con la unción del Espíritu de Dios moviéndose
sobre mí, que me he escuchado a mí mismo orar por una hora; sabía que estaba
saliendo de mí, pero mi mente no tuvo nada que ver con esto; yo no había
pensado orar acerca de aquello por lo que estaba orando. Eso fue profecía
palabra inspirada.
En ocasiones cuando usted está
profetizando, parecerá como si hubiera dos de usted; en cierta forma, los hay:
el hombre exterior y el hombre interior. Esta profecía está saliendo del hombre
interior y el hombre exterior escucha. A veces, cuando estoy predicando, la
unción viene sobre mí y me escucho a mí mismo decir cosas que no había planeado
decir; eso es una palabra inspirada. Su mente no tiene nada que ver con esto;
pues, viene de su espíritu por causa del Espíritu Santo en su interior. Este es
el menor grado de la operación del don de profecía.
El simple don de la profecía es para
hablar a los hombres "para edificación, exhortación y consolación”, y debe
ser usado en esa área únicamente. En el simple don de la profecía no hay
ninguna premonición, ninguna predicción.
Sin embargo, en el ministerio del
profeta hay premoniciones y predicciones, porque él tiene los dones de
revelación en operación: la palabra de sabiduría, la palabra de ciencia, y/o el
discernimiento de espíritus.
Se puede abusar de las cosas
espirituales, tal como de las naturales. Algunas personas dicen: "Bueno,
si Dios está haciendo eso, tiene que ser correcto". Pero, no es
exactamente Dios quien lo hace; son hombres, haciéndolo por inspiración del
Espíritu de Dios. Cualquier cosa en la que el hombre se involucro no es
perfecta; el Espíritu de Dios es perfecto, y los dones del Espíritu son
perfectos en sí mismos, pero, ciertamente, en manifestación no siempre son
perfectos, porque son manifestados a través de vasos imperfectos. Esta es la
razón por la cual las profecías y las lenguas con interpretación deben ser
juzgadas.
Pablo dijo: “Asimismo, los profetas
hablen dos o tres, y los demás juzguen” (1°Corintios 14:29). Según la Biblia,
deben ser juzgados; no deben ser aceptados sin primero ser juzgados. "Y si
algo le fuere revelado a otro que estuviera sentado, calle el primero”
(1°Corintios 14:30); los profetas tienen revelaciones; ellos tienen un
ministerio de este tipo. Otros pueden tenerlas ocasionalmente; Dios puede darle
una palabra de ciencia o de sabiduría, a cualquier persona llena del Espíritu,
cuando Él quiera, para el propio beneficio de esa persona, o para ayudar a
alguien más.
Los dones vocales – lenguas,
interpretación de lenguas y profecía operan bajo la unción del Espíritu, pero
nosotros iniciamos su operación; podemos hablar, o podemos escoger no hablar;
nosotros disponemos de la operación del don. Algunos dirán: "Pero, Dios me
hizo hablar"; sin embargo, la Biblia dice claramente: "Los espíritus
de los profetas están sujetos a los profetas" (1°Corintios 14:32).
Estos dones vienen por medio de su
espíritu y están sujetos a su espíritu. Ellos no deben ser operados sin la
unción del Espíritu; sin embargo a veces lo son, y hemos visto que no nos han
sido de ayuda (con todo, sólo porque fueron operados imperfectamente, no se
revoca el hecho de que son reales).
Finalmente, permítame decir que cuando
un hijo de Dios busca conocer Su perfecta voluntad para su vida, Dios la hará
completamente clara para él de alguna forma. Dios guiará por la senda de paz a
aquellos cuyos corazones están dispuestos para Él, sea por medio de la voz
pequeña y apacible hablando al corazón del hombre, o por medio de alguna
manifestación sobrenatural de algún tipo.
Comunidad Cristiana
Centro de Avivamiento
“JESUCRISTO ES EL
SEÑOR”
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Si Usted. Nesecita ayuda en
su vida por causa de algún problema de tipo personal, conyugal o familiar,
ponemos a su disposición un servicio de
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