domingo, 15 de septiembre de 2013

LA PUERTA DE LA PRISION ESTA ABIERTA. Por:Kenneth Hagin Jr.

La Puerta de la Prisión Está Abierta.
¿Qué Está Haciendo Adentro Todavía?

Kenneth Hagin Jr.

Capítulo 1 – No somos copias al carbón.

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados” Isaías 61:1-2
Yo crecí en la iglesia. He estado en ella toda mi vida. De hecho, nací un domingo en la mañana y estuve en la iglesia el siguiente domingo en la mañana – y he estado allí desde entonces.
Pero yo tuve que aceptar a Jesucristo como mi salvador personal tal como cualquier otra persona lo hace. Quiénes hayan sido su padre y su madre, o qué tan espirituales o no hayan sido, no tiene nada que ver. Su relación con Dios depende nada más que de usted y de Dios. Dios no tiene nietos. El no tiene bisnietos. Lo único que El tiene son hijos.
He estado en la plataforma de una iglesia desde que tenía dos años de edad. Mis padres no tuvieron otra opción, pues en aquellos días no había guarderías en las iglesias. Mi hermana es 18 meses menor que yo. Papá me subía consigo a la plataforma, para que mamá pudiese cuidar de mi hermana allá en la congregacióEn.
Yo no tenía ningún deseo de estar en el ministerio. Si hubiese seguido mi propio camino, me habría complacido que Dios me hubiera permitido ser un hombre de negocios y me hubiera permitido trabajar en el ministerio de ayudas. Pero cuando Dios se acerca y toca a la puerta de su corazón y empieza a tratar con usted, no hay otra opción, porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables (Romanos 11:29). Cuando Él llama, usted debe responder.
Cuando yo ministro, lo hago por el Espíritu de Dios, no con gran oratoria, intelecto o teología.
Gracias a Dios por el intelecto. Yo creo que todos deben tener tanta educación como sea posible y ser tan inteligentes como puedan serio. Gracias a Dios por el estudio de Dios y de las cosas de Dios que la gente llama teología; a mí me gusta profundizar en ella. Gracias a Dios por las habilidades para la oratoria. Gracias a Dios que usted puede estudiar y ensanchar su mente y aprender a hablar bien. Pero, todo esto es como nada sin el Espíritu de Dios.
Como frecuentemente les digo a nuestros estudiantes en el Centro de Entrenamiento Bíblico RHEMA, en Tulsa, cuando usted toma todas las habilidades naturales que tiene y las junta con el Espíritu de Dios. Lo natural y lo sobrenatural combinados llegan a ser una fuerza explosiva para Dios!
Hoy en día tenemos un problema en los círculos carismáticos. Todos están tratando de copiar a alguien más. La única persona a quien yo quiero copiar es a Jesucristo.
Por supuesto, usted no puede estudiar a esas personas y no aprender alguna de sus frases, etc., pero es inútil tratar de copiarlos. Aún si lo quisiera, usted no podría ser “ellos". Usted tiene su propia personalidad y ellos tienen la suya propia.
Yo no puedo ser Kenneth Hagin padre. El tiene el ministerio que Dios le dio. Yo tengo el ministerio que Dios me dio. Yo no soy mi padre, y no trato de ser él; yo soy yo.
Cuando Dios trató conmigo acerca del ministerio, Él no me dio una palmada en el hombro y me dijo: “Ken, te he llamado para ser otro Kenneth Hagin”. No, Él me dio una palmada en el hombro y me dijo: "Te he llamado para ministrar la Palabra de Dios con la unción que te he dado a ti”.
Dios ha puesto muchos, pero muchos diferentes tipos de dones del ministerio en la iglesia. Algunos predican y otros enseñan. La enseñanza es lenta y metódica: renglón tras renglón y mandamiento tras mandamiento. La predicación trae consigo emoción; es un acercamiento intenso que emociona a la gente para aceptar lo que el predicador les dice que Dios ha dicho. A veces un ministro usa todos los elementos juntos – una mezcla de enseñanza y predicación, como yo hago.
Sin embargo, muchos ministros tratan de copiar a alguien que ha sido exitoso. Si hay algún ministro a quien yo quisiera copiar, ciertamente ese sería mi padre puesto que, probablemente y en lo que a mí concierne, él es el más grandioso de todos ellos (¡Puede que esté siendo un poco presuntuoso, usted entiende!).
Cada uno de nosotros ha sido llamado a algún ministerio – puede que no sea un ministerio de púlpito – pero cada hijo de Dios es llamado a algún ministerio. Puede ser el ministerio de la oración, el ministerio de ayudas, o algún otro.


Capítulo 2 – Buenas nuevas para los presos.

Nuestro texto dice: "El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel (...)”.
La traducción de Moffatt dice así: “(...) para decirle a los presos que son libres, para decirle a los cautivos que son puestos en libertad”.
“La apertura de la cárcel” es la forma figurativa de Dios para describir que usted ha sido puesto en libertad de la esclavitud de Satanás: del pecado, la enfermedad, la dolencia, tormento – todo lo que está involucrado con la prisión de Satanás mismo.
La puerta de la prisión ha sido abierta por la obra redentora de Jesucristo. Toda clase de necesidad humana fue suplida por esta obra.
En este mensaje trataré específicamente con las necesidades físicas, aunque las necesidades espirituales, y otras más, también están involucradas en la obra redentora de Jesucristo. ¡Cualquier cosa que usted necesite está involucrada en esta obra! Además, los mismos pasos – los mismos principios – funcionan para todas las necesidades humanas.
Regrese a Génesis, el libro de los principios, el primer libro del Pentateuco y encontrará que Dios hizo al hombre con un solo propósito: para tener comunión con Él. La humanidad nunca fue destinada a estar en la casa de prisión del diablo. El hombre fue hecho para caminar y hablar con Dios.
Dios había creado seres espirituales, pero éstos no eran lo suficientemente aptos como para tener comunión con ellos. Entre estos seres espirituales, Él creó arcángeles. En Isaías 14, encontrará que el nombre de uno de ellos era "Lucero, hijo de la mañana” (v. 12). Probablemente él fue el arcángel principal, teniendo a su cargo todos los ángeles.
Lucero decidió que iba a exceder en rango a Dios. Él dijo: “Levantaré mi trono sobre el trono de Dios” (Lucero ya estaba sentado en un trono como regidor de los ángeles). Un tercio del ejército angelical decidió participar en su conspiración para derrocar a Dios; pero Dios le puso fin a eso y echó a Lucero fuera del cielo. Así fue como el diablo o Satanás tuvo su origen. Esta historia puede encontrarla en Ezequiel 28.
Los dos arcángeles que no cayeron, de acuerdo a la Palabra de Dios, son Gabriel y Miguel.
Un día Dios decidió: "Yo quiero seres que me adoren y que caminen conmigo porque así lo desean”. Él creó al hombre y le dio libre albedrío. Le dio al hombre el poder de decisión. Dios quiere que el hombre le sirva, pero Él no nos está forzando a servirle. Es nuestra decisión.
Dios caminó y habló con el hombre. Ellos tenían comunión el uno con el otro y Dios le mostró toda la belleza de Su creación.
Pero el enemigo, Satanás, se levantó una vez más, diciendo: “No pude poner mi trono sobre el trono de Dios, pero voy a robar la más grande creación de Dios. ¡Voy a robar su hombre!”.
Satanás entró al Jardín del Edén y causó la caída de la raza humana. Y por la caída del hombre vino el pecado, la dolencia, el tormento, y todas las demás maldades de las que este planeta está plagado.
Gracias a Dios que nuestro Padre Celestial dijo: "Ahora haré un camino de escape para mi hombre, para este ser al cual he dado libre albedrío. Él puede elegir entre el bien y el mal; dependerá de él”.
Gálatas 3:13-14 “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu”.
¡Jesucristo vino! Redimió al hombre caído. Ese fue el instante en que la prisión fue abierta – cuando la puerta de la prisión fue abierta – cuando Jesús murió en esa cruz, suspendido entre el cielo y la tierra.
Me gusta verlo como un tipo de puente entre el cielo y la tierra – un puente que usted cruza cuando elige alejarse de los míseros elementos de este mundo a las alturas espirituales de Dios mismo.


Capítulo 3 – La puerta de la prisión está abierta.

A pesar de que la prisión está abierta – a pesar de que la puerta de la prisión está abierta – el diablo ha tenido éxito en mantener innumerables personas adentro. Inclusive muchos de ellos han hallado que son libres espiritualmente: Han recibido a Cristo; han recibido salvación. Ellos han recibido los beneficios espirituales del plan redentor de Dios.
Pero el diablo los ha mantenido cegados con respecto a la herencia física que les pertenece en este mundo. Les ha dicho: “Oh, sí, todo eso es parte de la herencia, pero tú sólo puedes tener el poder de Dios, la sanidad y todas las demás cosas buenas en el dulce porvenir. Uno de estos días – cuando todo haya terminado – entonces podrán ser tuyas”.
¿Para qué nos abrió Jesús la prisión? De acuerdo a la traducción de Moffatt, fue para decirle a los presos que son libres, para decirle a los cautivos que son puestos en libertad.
¿Cómo abrió Jesús la prisión para nosotros? Al llevar el castigo por nuestros pecados.
Isaías 53:5-6 “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”.
La traducción del Dr. Young de este último versículo es: "Jehová ha hecho que le sea dado a él el castigo por todos nosotros”.
En Deuteronomio 28 se encuentra una lista de todas las enfermedades como parte de los castigos de los cuales Dios nos dice que nos ha redimido en Gálatas 3:13.
Leemos en la traducción Rotherham de Isaías 53:10: “Puso en él la enfermedad”.
Mateo 8:17 dice: “Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”.
Jesús pagó nuestra deuda. Y debido a que Él pagó nuestra deuda, nosotros no tenemos que pagarla.
Oh, gracias a Dios, una vez se llegó al veredicto de que el hombre pecó y estaba destituido de la gloria de Dios, requiriendo una gran redención, Jesús dio un paso adelante y dijo: “Yo soportaré el dolor de la cruz. Soportaré las llagas en mi espalda. Soportaré la corona de espinas en mi cabeza. Soportaré la muerte ignominiosa de pecado y enfermedad para que nuestro hombre, a quien hicimos, pueda ser libre”.
Ni usted ni yo tenemos que sufrir por más tiempo – ¡Porque Jesucristo sufrió por nosotros!
Entonces ¿Cómo salimos de esta prisión? ¡La primera y más importante cosa, es conocer que la puerta está abierta! Si usted está encerrado en una habitación o piensa que está encerrado en ella y no revisa la puerta, usted podría sentarse allí por horas y horas deseando estar afuera. Sólo por haber escuchado un “click”, usted aceptó lo que escuchó en vez de caminar a la puerta para comprobarlo por sí mismo.
La fe debe tener un hecho divino sobre el cual apoyarse. La fe debe conocer lo que la Palabra dice antes de poder actuar.
¿Qué dijo Jesús en Lucas 4:18? “El Espíritu del Señor está sobre mí. Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas (...)”. Como vimos, la traducción de Moffatt, como otro punto de vista de nuestro texto, dice: “(...) el Eterno me ha (...) enviado con buenas nuevas para los hombres afligidos (...) para decirle a los presos que son libres, para decirle a los cautivos que son puestos en libertad”.
Jesús vino y dijo: "He abierto las puertas de la prisión, tú no tienes que estar atado por más tiempo”. Recuerdo que Él usó esa misma palabra, “atado”, una vez cuando una mujer entumecida entró a la sinagoga. Él dijo: “Y a esta hija de Abraham, QUE SATANAS HABIA ATADO ¿no se la debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?” (Lucas 13:16).
Satanás ha atado a la humanidad en enfermedad y esclavitud, pero Jesús nos redimió y nos hizo libres.
Toda enfermedad es llamada “opresión”. Por ejemplo, Hechos 10:38 nos dice: “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”.
La fe debe estar en su boca y en su corazón antes que usted salga de la prisión. Romanos 10:8 dice de la palabra de fe: “Cerca de ti está la palabra, en tu BOCA y en tu CORAZON” ¿De qué está hablando Pablo? Él está hablando del hecho de que él habla con su boca lo que él cree en su corazón.
Con una forma de pensar errónea, usted permanecerá dentro de la prisión, aún sabiendo que la puerta de la misma está abierta.
Usted debe pensar correctamente para concebir una forma correcta de creer para así originar acciones que le librarán de la prisión.
La primera cosa que Dios requiere es que el hombre abandone sus propios caminos y que acepte los caminos de Dios. Para el hombre, esto es lo más difícil de hacer, porque el hombre está condicionado a tocar, sentir, gustar, oír y ver y estos cinco sentidos están en el reino físico.
¿Se ha dado cuenta de que usted no toca a Dios o se mueve con Él a través de alguno de los sentidos físicos?
Sé que algunos de ustedes me responderán: “Sí, pero yo experimenté una sensación”.
Usted experimentó la sensación después del hecho, no antes. Experimentó una sensación después que creyó a Dios y se movió en fe hacia Él. Fue entonces que experimentó la sensación. Usted no la tuvo primero.
La mayoría de la gente quiere tener la sensación, la fe y luego el hecho, pero es lo opuesto de la forma como sucede. Usted debe tener primero el hecho; luego fe en el hecho; y luego vendrá la sensación (Y sea que lo sepa o no, ésta es una declaración profunda).
La fe requiere evidencia. ¿Evidencia de una sensación o un toque? No, evidencia de la Palabra.
Mire usted, desde la caída del hombre, hemos estado mirando los síntomas en lugar de lo que Dios dice.  Vemos la enfermedad porque siempre está presente en este mundo. Si usted tiene un dolor, puede sentirlo. Si usted tiene una pierna torcida, puede ver que está allí. Es evidente. Y se nos mantiene en la prisión por los síntomas en vez de ser hechos libres por la Palabra.
Muchas personas que están sentadas en la prisión del diablo conocen la Palabra. Incluso, ellos le dirán: "Sí, sé que la Palabra de Dios dice esto y aquello y lo otro”. Pueden hacer muchas confesiones de fe, pero aún están en la prisión del diablo. ¿Por qué? Porque no toman las acciones correspondientes.
¡Para salir de la prisión, usted tiene que levantarse y moverse!
Cuando aceptó a Jesucristo como su Salvador personal ¿Fue usted salvo sólo por estar allí sentado y no hacer nada, o se movió hacia Dios?
Sin duda usted oyó a alguien hablando, predicando o cantando la Palabra. La Palabra penetró en su corazón e hizo que fe se levantara en él. Usted dijo: “¡Sé lo que haré, iré a Jesús. Mi respuesta se encuentra allí”.
Quizás no se puso en pie literalmente, pero espiritualmente usted se dirigió a Dios. Empezó a orar.
Mucha gente quiere salir de la prisión del diablo, pero quieren que alguien más lo haga por ellos. Mucha gente viene a la fila de oración esperando que yo tenga fe para su sanidad. Todo lo que puedo hacer es tener fe en que el poder de Dios les será ministrado. Allí es donde yo hago el contacto. Esa es mi parte del trato.
Su parte es creer que el poder de Dios ha entrado en ellos y marcharse libres por el poder de Dios.
Sin embargo, no dejaré de orar por aquellos que no tienen fe. Quizás uno de estos días, verán de qué se trata.
Un guardián puede visitar a un preso que está sentado en su celda y decirle: "Aquí está su indulto”, pero él no puede hacer que el preso salga de la celda si el hombre no quiere salir voluntariamente. El preso debe hacer algo para salir: Debe levantarse y empezar a caminar hacia la libertad.
El indulto puede estar firmado, el guardián puede dárselo al preso, pero ese preso puede quedarse sentado en su celda sin moverse, aunque la puerta esté abierta de par en par. Cada guardián del lugar puede saber que él puede salir por la puerta del frente como un hombre libre en el instante que lo desee.
Él, aún podría salir de su celda, salir al patio, mirar hacia el cielo y decir: “Hombre, seguro que me gustaría estar del otro lado de esa pared. Seguro que me gustaría estar allá fuera con el resto de la gente”. No obstante, a él le fue dado el derecho de salir por la puerta del frente en el momento que esté listo. Su nombre estuvo en una lista en la puerta principal que decía: “Este hombre es libre. Puede salir”.
Pero ese prisionero permanecerá en la prisión hasta que se dirija y salga por la puerta del frente. Depende de él. No depende del guardián. Ni del sistema judicial, porque el sistema judicial ya ha hablado. El gobernador ya ha firmado el indulto. Éste ha sido estampillado, sellado y entregado al preso. Ahora él es el dueño del balón. Lo que haga, depende de él.


Capítulo 4 – La sanidad está en el presente.

Jesucristo vino a nuestro mundo. Él hizo pedazos la puerta de la prisión, se dio vuelta, y nos dio la Palabra de Dios. Él nos dice hoy: “¡La puerta está abierta! ¡Todo lo que tienes que hacer es salir de allí! ¡Por mi llaga fuiste curado – fuiste sanado!”.
Esta sanidad que Él compró para nosotros puede ocurrir ahora; usted no tiene que dejarlo para un futuro lejano. Yo le hablo y ministro a tantas personas que dicen: “Oh, Hermano Hagin, la Palabra dice que soy sano, y uno de estos días yo voy a mejorar. ¡Uno de éstos días voy a lograrlo!”.
¡Entre tanto que usted vea su sanidad en el futuro, ella se quedará en el futuro!
Mucha gente dice: “Oh, Dios me sanó hace 2000 años”. Pero la siguiente vez que los ve, todavía están enfermos.
Otros dicen: “Dios proveyó para mis necesidades hace mucho tiempo”. Y la siguiente vez que los ve, aún no tienen dos monedas que hacer sonar la una con la otra.
Lo que ocurrió en el pasado, y lo que va a ocurrir en el futuro no le va a beneficiar en el presente. Saber que la puerta de la prisión fue abierta en el pasado, y postergar su salida de ella para el futuro, no va ayudarle en su situación actual.
Realmente yo no estoy muy interesado en el pasado, excepto para saber qué sucedió. Tampoco estoy tan interesado en el futuro (lo cual indispone a algunas personas). Dios dice que mientras yo viva, camine y tenga comunión con Él, Él tendrá cuidado del futuro. Cuando Jesús venga otra vez, me iré con Él. Él se ha encargado de todo en el futuro, y con Él estaré por siempre.
De lo que estoy realmente interesado es del aquí y del ahora, pues es aquí cuando estoy vivo. Es aquí cuando tengo necesidades ahora mismo. Yo no necesité nada en el año 1933; ni siquiera había nacido en ese entonces. Y yo no sé qué voy a necesitar en el futuro. Todo lo que sé es que Dios se ha encargado del futuro mientras yo camine con Él, por tanto, realmente no me preocupa. Estoy interesado en mi vida y mis problemas de ahora mismo.
Me preocupa estar en la prisión que el enemigo ha construido para el pueblo de Dios. Todos somos el pueblo de Dios. Dios nos creó a todos. Él no creó a ninguno de nosotros para el diablo. En el principio, Él creó la humanidad para que goce de comunión con Él, y el enemigo la robó. Pero Jesús vino para hacernos libres y sacarnos de la esclavitud.
Esta santa Palabra de Dios fue hecha una realidad a medida que la sangre del Hijo de Dios fluía de las palmas de Sus manos, de Sus pies, de Su frente, de Su espalda y de la herida en Su costado; y esa sangre fluyó de la cruz y cayó gota a gota en la tierra por el Monte Gólgota. ¡AL FIN, LA HUMANIDAD FUE LEGALMENTE LIBRE!
El enemigo sabe que tiene que soltar a la humanidad. Él sabe que no puede retenerlos. Pero hace todo lo que puede para condenar e intimidar a la humanidad. Él hace todo lo que puede para mantenerla en prisión. Pero no puede retener a la humanidad por más tiempo, porque la sangre del Señor Jesucristo ha abierto la puerta de la prisión y ha hecho al hombre libre.
A causa de que los americanos de la época de la Guerra Revolucionaria estuvieron dispuestos a derramar su sangre por la libertad, usted y yo caminamos libremente hoy en día; nos reunimos libremente hoy en día, tenemos libertad para expresar nuestras opiniones; y tenemos libertad para creer en Dios y adorarle como queremos.
¡Usted no tiene que vivir en la prisión del diablo por más tiempo! No tiene que estar atrapado en las cadenas de enfermedad – de la corrupción espiritual. ¡Puede ser liberado debido a que Jesucristo pagó la pena por usted! ¡Él lo hizo libre! ¡La puerta de la prisión está abierta!
Todo lo que usted tiene que hacer es aceptarlo y salir a la libertad. Jesucristo firmó su perdón – y fue firmado con Su sangre. Fue firmado por las llagas en Su espalda. Fue firmado, sellado, y entregado.
Él se lo da a usted, y dice: "Por mi llaga fuisteis curados”. Él le dice: "Te la estoy dando. ¡Es tuya! ¡Libertad!". La libertad es suya por causa de quién es Jesús.
¡Aleluya a Jesús! ¡Jesús es real! ¡El poder de Dios es real! ¡La prisión está abierta!
Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.


Profecía.

“La prisión está abierta. Ha sido abierta para ti, no tienes que permanecer adentro por más tiempo.
Cuando sientas esas ataduras que se aprisionan a tu alrededor, ten presente que sólo fueron hechas para parecer reales.
Yo he hecho que caigan de ti.
Si sigues mi Espíritu y tan sólo caminas conmigo, puedes sacudirte como lo hizo Sansón en la antigüedad y ver esas cadenas y esclavitud caer; y puedes ir saltando, brincando, regocijándote y diciendo: "Qué feliz y gozoso estoy, pues Jesús me hizo libre”.







Comunidad Cristiana
Centro de Avivamiento
“JESUCRISTO ES EL SEÑOR”
Lima-Perú.


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