La Puerta de la Prisión Está
Abierta.
¿Qué Está Haciendo Adentro
Todavía?
Kenneth Hagin Jr.
Capítulo 1 – No somos copias al carbón.
“El Espíritu de Jehová el Señor está
sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los
abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los
cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena
voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos
los enlutados” Isaías 61:1-2
Yo crecí en la iglesia. He estado en
ella toda mi vida. De hecho, nací un domingo en la mañana y estuve en la
iglesia el siguiente domingo en la mañana – y he estado allí desde entonces.
Pero yo tuve que aceptar a Jesucristo
como mi salvador personal tal como cualquier otra persona lo hace. Quiénes
hayan sido su padre y su madre, o qué tan espirituales o no hayan sido, no
tiene nada que ver. Su relación con Dios depende nada más que de usted y de
Dios. Dios no tiene nietos. El no tiene bisnietos. Lo único que El tiene son
hijos.
He estado en la plataforma de una
iglesia desde que tenía dos años de edad. Mis padres no tuvieron otra opción,
pues en aquellos días no había guarderías en las iglesias. Mi hermana es 18
meses menor que yo. Papá me subía consigo a la plataforma, para que mamá
pudiese cuidar de mi hermana allá en la congregacióEn.
Yo no tenía ningún deseo de estar en
el ministerio. Si hubiese seguido mi propio camino, me habría complacido que
Dios me hubiera permitido ser un hombre de negocios y me hubiera permitido
trabajar en el ministerio de ayudas. Pero cuando Dios se acerca y toca a la
puerta de su corazón y empieza a tratar con usted, no hay otra opción, porque
los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables (Romanos 11:29). Cuando Él
llama, usted debe responder.
Cuando yo ministro, lo hago por el
Espíritu de Dios, no con gran oratoria, intelecto o teología.
Gracias a Dios por el intelecto. Yo
creo que todos deben tener tanta educación como sea posible y ser tan
inteligentes como puedan serio. Gracias a Dios por el estudio de Dios y de las
cosas de Dios que la gente llama teología; a mí me gusta profundizar en ella.
Gracias a Dios por las habilidades para la oratoria. Gracias a Dios que usted
puede estudiar y ensanchar su mente y aprender a hablar bien. Pero, todo esto
es como nada sin el Espíritu de Dios.
Como frecuentemente les digo a
nuestros estudiantes en el Centro de Entrenamiento Bíblico RHEMA, en Tulsa,
cuando usted toma todas las habilidades naturales que tiene y las junta con el
Espíritu de Dios. Lo natural y lo sobrenatural combinados llegan a ser una
fuerza explosiva para Dios!
Hoy en día tenemos un problema en los
círculos carismáticos. Todos están tratando de copiar a alguien más. La única
persona a quien yo quiero copiar es a Jesucristo.
Por supuesto, usted no puede estudiar
a esas personas y no aprender alguna de sus frases, etc., pero es inútil tratar
de copiarlos. Aún si lo quisiera, usted no podría ser “ellos". Usted tiene
su propia personalidad y ellos tienen la suya propia.
Yo no puedo ser Kenneth Hagin padre.
El tiene el ministerio que Dios le dio. Yo tengo el ministerio que Dios me dio.
Yo no soy mi padre, y no trato de ser él; yo soy yo.
Cuando Dios trató conmigo acerca del
ministerio, Él no me dio una palmada en el hombro y me dijo: “Ken, te he
llamado para ser otro Kenneth Hagin”. No, Él me dio una palmada en el hombro y
me dijo: "Te he llamado para ministrar la Palabra de Dios con la unción que
te he dado a ti”.
Dios ha puesto muchos, pero muchos
diferentes tipos de dones del ministerio en la iglesia. Algunos predican y
otros enseñan. La enseñanza es lenta y metódica: renglón tras renglón y
mandamiento tras mandamiento. La predicación trae consigo emoción; es un
acercamiento intenso que emociona a la gente para aceptar lo que el predicador
les dice que Dios ha dicho. A veces un ministro usa todos los elementos juntos
– una mezcla de enseñanza y predicación, como yo hago.
Sin embargo, muchos ministros tratan
de copiar a alguien que ha sido exitoso. Si hay algún ministro a quien yo
quisiera copiar, ciertamente ese sería mi padre puesto que, probablemente y en
lo que a mí concierne, él es el más grandioso de todos ellos (¡Puede que esté
siendo un poco presuntuoso, usted entiende!).
Cada uno de nosotros ha sido llamado a
algún ministerio – puede que no sea un ministerio de púlpito – pero cada hijo
de Dios es llamado a algún ministerio. Puede ser el ministerio de la oración,
el ministerio de ayudas, o algún otro.
Capítulo 2 – Buenas nuevas para los
presos.
Nuestro texto dice: "El Espíritu
de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón,
a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel
(...)”.
La traducción de Moffatt dice así:
“(...) para decirle a los presos que son libres, para decirle a los cautivos
que son puestos en libertad”.
“La apertura de la cárcel” es la forma
figurativa de Dios para describir que usted ha sido puesto en libertad de la
esclavitud de Satanás: del pecado, la enfermedad, la dolencia, tormento – todo
lo que está involucrado con la prisión de Satanás mismo.
La puerta de la prisión ha sido
abierta por la obra redentora de Jesucristo. Toda clase de necesidad humana fue
suplida por esta obra.
En este mensaje trataré
específicamente con las necesidades físicas, aunque las necesidades
espirituales, y otras más, también están involucradas en la obra redentora de
Jesucristo. ¡Cualquier cosa que usted necesite está involucrada en esta obra!
Además, los mismos pasos – los mismos principios – funcionan para todas las
necesidades humanas.
Regrese a Génesis, el libro de los
principios, el primer libro del Pentateuco y encontrará que Dios hizo al hombre
con un solo propósito: para tener comunión con Él. La humanidad nunca fue
destinada a estar en la casa de prisión del diablo. El hombre fue hecho para
caminar y hablar con Dios.
Dios había creado seres espirituales,
pero éstos no eran lo suficientemente aptos como para tener comunión con ellos.
Entre estos seres espirituales, Él creó arcángeles. En Isaías 14, encontrará
que el nombre de uno de ellos era "Lucero, hijo de la mañana” (v. 12).
Probablemente él fue el arcángel principal, teniendo a su cargo todos los
ángeles.
Lucero decidió que iba a exceder en
rango a Dios. Él dijo: “Levantaré mi trono sobre el trono de Dios” (Lucero ya
estaba sentado en un trono como regidor de los ángeles). Un tercio del ejército
angelical decidió participar en su conspiración para derrocar a Dios; pero Dios
le puso fin a eso y echó a Lucero fuera del cielo. Así fue como el diablo o
Satanás tuvo su origen. Esta historia puede encontrarla en Ezequiel 28.
Los dos arcángeles que no cayeron, de
acuerdo a la Palabra de Dios, son Gabriel y Miguel.
Un día Dios decidió: "Yo quiero
seres que me adoren y que caminen conmigo porque así lo desean”. Él creó al
hombre y le dio libre albedrío. Le dio al hombre el poder de decisión. Dios
quiere que el hombre le sirva, pero Él no nos está forzando a servirle. Es
nuestra decisión.
Dios caminó y habló con el hombre.
Ellos tenían comunión el uno con el otro y Dios le mostró toda la belleza de Su
creación.
Pero el enemigo, Satanás, se levantó
una vez más, diciendo: “No pude poner mi trono sobre el trono de Dios, pero voy
a robar la más grande creación de Dios. ¡Voy a robar su hombre!”.
Satanás entró al Jardín del Edén y
causó la caída de la raza humana. Y por la caída del hombre vino el pecado, la
dolencia, el tormento, y todas las demás maldades de las que este planeta está
plagado.
Gracias a Dios que nuestro Padre
Celestial dijo: "Ahora haré un camino de escape para mi hombre, para este
ser al cual he dado libre albedrío. Él puede elegir entre el bien y el mal;
dependerá de él”.
Gálatas 3:13-14 “Cristo nos redimió de
la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito:
Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la
bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe
recibiésemos la promesa del Espíritu”.
¡Jesucristo vino! Redimió al hombre
caído. Ese fue el instante en que la prisión fue abierta – cuando la puerta de
la prisión fue abierta – cuando Jesús murió en esa cruz, suspendido entre el
cielo y la tierra.
Me gusta verlo como un tipo de puente
entre el cielo y la tierra – un puente que usted cruza cuando elige alejarse de
los míseros elementos de este mundo a las alturas espirituales de Dios mismo.
Capítulo 3 – La puerta de la prisión
está abierta.
A pesar de que la prisión está abierta
– a pesar de que la puerta de la prisión está abierta – el diablo ha tenido
éxito en mantener innumerables personas adentro. Inclusive muchos de ellos han
hallado que son libres espiritualmente: Han recibido a Cristo; han recibido
salvación. Ellos han recibido los beneficios espirituales del plan redentor de
Dios.
Pero el diablo los ha mantenido
cegados con respecto a la herencia física que les pertenece en este mundo. Les
ha dicho: “Oh, sí, todo eso es parte de la herencia, pero tú sólo puedes tener
el poder de Dios, la sanidad y todas las demás cosas buenas en el dulce
porvenir. Uno de estos días – cuando todo haya terminado – entonces podrán ser
tuyas”.
¿Para qué nos abrió Jesús la prisión?
De acuerdo a la traducción de Moffatt, fue para decirle a los presos que son
libres, para decirle a los cautivos que son puestos en libertad.
¿Cómo abrió Jesús la prisión para
nosotros? Al llevar el castigo por nuestros pecados.
Isaías 53:5-6 “Mas él herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó
en él el pecado de todos nosotros”.
La traducción del Dr. Young de este
último versículo es: "Jehová ha hecho que le sea dado a él el castigo por
todos nosotros”.
En Deuteronomio 28 se encuentra una
lista de todas las enfermedades como parte de los castigos de los cuales Dios
nos dice que nos ha redimido en Gálatas 3:13.
Leemos en la traducción Rotherham de
Isaías 53:10: “Puso en él la enfermedad”.
Mateo 8:17 dice: “Él mismo tomó
nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”.
Jesús pagó nuestra deuda. Y debido a
que Él pagó nuestra deuda, nosotros no tenemos que pagarla.
Oh, gracias a Dios, una vez se llegó
al veredicto de que el hombre pecó y estaba destituido de la gloria de Dios,
requiriendo una gran redención, Jesús dio un paso adelante y dijo: “Yo
soportaré el dolor de la cruz. Soportaré las llagas en mi espalda. Soportaré la
corona de espinas en mi cabeza. Soportaré la muerte ignominiosa de pecado y
enfermedad para que nuestro hombre, a quien hicimos, pueda ser libre”.
Ni usted ni yo tenemos que sufrir por
más tiempo – ¡Porque Jesucristo sufrió por nosotros!
Entonces ¿Cómo salimos de esta
prisión? ¡La primera y más importante cosa, es conocer que la puerta está
abierta! Si usted está encerrado en una habitación o piensa que está encerrado
en ella y no revisa la puerta, usted podría sentarse allí por horas y horas
deseando estar afuera. Sólo por haber escuchado un “click”, usted aceptó lo que
escuchó en vez de caminar a la puerta para comprobarlo por sí mismo.
La fe debe tener un hecho divino sobre
el cual apoyarse. La fe debe conocer lo que la Palabra dice antes de poder
actuar.
¿Qué dijo Jesús en Lucas 4:18? “El
Espíritu del Señor está sobre mí. Por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas (...)”. Como vimos, la traducción de Moffatt, como otro punto de vista
de nuestro texto, dice: “(...) el Eterno me ha (...) enviado con buenas nuevas
para los hombres afligidos (...) para decirle a los presos que son libres, para
decirle a los cautivos que son puestos en libertad”.
Jesús vino y dijo: "He abierto
las puertas de la prisión, tú no tienes que estar atado por más tiempo”.
Recuerdo que Él usó esa misma palabra, “atado”, una vez cuando una mujer
entumecida entró a la sinagoga. Él dijo: “Y a esta hija de Abraham, QUE SATANAS
HABIA ATADO ¿no se la debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?”
(Lucas 13:16).
Satanás ha atado a la humanidad en
enfermedad y esclavitud, pero Jesús nos redimió y nos hizo libres.
Toda enfermedad es llamada “opresión”.
Por ejemplo, Hechos 10:38 nos dice: “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y
con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a
todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”.
La fe debe estar en su boca y en su
corazón antes que usted salga de la prisión. Romanos 10:8 dice de la palabra de
fe: “Cerca de ti está la palabra, en tu BOCA y en tu CORAZON” ¿De qué está
hablando Pablo? Él está hablando del hecho de que él habla con su boca lo que
él cree en su corazón.
Con una forma de pensar errónea, usted
permanecerá dentro de la prisión, aún sabiendo que la puerta de la misma está
abierta.
Usted debe pensar correctamente para
concebir una forma correcta de creer para así originar acciones que le librarán
de la prisión.
La primera cosa que Dios requiere es
que el hombre abandone sus propios caminos y que acepte los caminos de Dios.
Para el hombre, esto es lo más difícil de hacer, porque el hombre está
condicionado a tocar, sentir, gustar, oír y ver y estos cinco sentidos están en
el reino físico.
¿Se ha dado cuenta de que usted no
toca a Dios o se mueve con Él a través de alguno de los sentidos físicos?
Sé que algunos de ustedes me
responderán: “Sí, pero yo experimenté una sensación”.
Usted experimentó la sensación después
del hecho, no antes. Experimentó una sensación después que creyó a Dios y se
movió en fe hacia Él. Fue entonces que experimentó la sensación. Usted no la
tuvo primero.
La mayoría de la gente quiere tener la
sensación, la fe y luego el hecho, pero es lo opuesto de la forma como sucede.
Usted debe tener primero el hecho; luego fe en el hecho; y luego vendrá la
sensación (Y sea que lo sepa o no, ésta es una declaración profunda).
La fe requiere evidencia. ¿Evidencia
de una sensación o un toque? No, evidencia de la Palabra.
Mire usted, desde la caída del hombre,
hemos estado mirando los síntomas en lugar de lo que Dios dice. Vemos la enfermedad porque siempre está
presente en este mundo. Si usted tiene un dolor, puede sentirlo. Si usted tiene
una pierna torcida, puede ver que está allí. Es evidente. Y se nos mantiene en
la prisión por los síntomas en vez de ser hechos libres por la Palabra.
Muchas personas que están sentadas en
la prisión del diablo conocen la Palabra. Incluso, ellos le dirán: "Sí, sé
que la Palabra de Dios dice esto y aquello y lo otro”. Pueden hacer muchas
confesiones de fe, pero aún están en la prisión del diablo. ¿Por qué? Porque no
toman las acciones correspondientes.
¡Para salir de la prisión, usted tiene
que levantarse y moverse!
Cuando aceptó a Jesucristo como su
Salvador personal ¿Fue usted salvo sólo por estar allí sentado y no hacer nada,
o se movió hacia Dios?
Sin duda usted oyó a alguien hablando,
predicando o cantando la Palabra. La Palabra penetró en su corazón e hizo que
fe se levantara en él. Usted dijo: “¡Sé lo que haré, iré a Jesús. Mi respuesta
se encuentra allí”.
Quizás no se puso en pie literalmente,
pero espiritualmente usted se dirigió a Dios. Empezó a orar.
Mucha gente quiere salir de la prisión
del diablo, pero quieren que alguien más lo haga por ellos. Mucha gente viene a
la fila de oración esperando que yo tenga fe para su sanidad. Todo lo que puedo
hacer es tener fe en que el poder de Dios les será ministrado. Allí es donde yo
hago el contacto. Esa es mi parte del trato.
Su parte es creer que el poder de Dios
ha entrado en ellos y marcharse libres por el poder de Dios.
Sin embargo, no dejaré de orar por
aquellos que no tienen fe. Quizás uno de estos días, verán de qué se trata.
Un guardián puede visitar a un preso
que está sentado en su celda y decirle: "Aquí está su indulto”, pero él no
puede hacer que el preso salga de la celda si el hombre no quiere salir
voluntariamente. El preso debe hacer algo para salir: Debe levantarse y empezar
a caminar hacia la libertad.
El indulto puede estar firmado, el
guardián puede dárselo al preso, pero ese preso puede quedarse sentado en su
celda sin moverse, aunque la puerta esté abierta de par en par. Cada guardián
del lugar puede saber que él puede salir por la puerta del frente como un
hombre libre en el instante que lo desee.
Él, aún podría salir de su celda,
salir al patio, mirar hacia el cielo y decir: “Hombre, seguro que me gustaría
estar del otro lado de esa pared. Seguro que me gustaría estar allá fuera con
el resto de la gente”. No obstante, a él le fue dado el derecho de salir por la
puerta del frente en el momento que esté listo. Su nombre estuvo en una lista
en la puerta principal que decía: “Este hombre es libre. Puede salir”.
Pero ese prisionero permanecerá en la
prisión hasta que se dirija y salga por la puerta del frente. Depende de él. No
depende del guardián. Ni del sistema judicial, porque el sistema judicial ya ha
hablado. El gobernador ya ha firmado el indulto. Éste ha sido estampillado,
sellado y entregado al preso. Ahora él es el dueño del balón. Lo que haga,
depende de él.
Capítulo 4 – La sanidad está en el
presente.
Jesucristo vino a nuestro mundo. Él
hizo pedazos la puerta de la prisión, se dio vuelta, y nos dio la Palabra de
Dios. Él nos dice hoy: “¡La puerta está abierta! ¡Todo lo que tienes que hacer
es salir de allí! ¡Por mi llaga fuiste curado – fuiste sanado!”.
Esta sanidad que Él compró para
nosotros puede ocurrir ahora; usted no tiene que dejarlo para un futuro lejano.
Yo le hablo y ministro a tantas personas que dicen: “Oh, Hermano Hagin, la
Palabra dice que soy sano, y uno de estos días yo voy a mejorar. ¡Uno de éstos
días voy a lograrlo!”.
¡Entre tanto que usted vea su sanidad
en el futuro, ella se quedará en el futuro!
Mucha gente dice: “Oh, Dios me sanó
hace 2000 años”. Pero la siguiente vez que los ve, todavía están enfermos.
Otros dicen: “Dios proveyó para mis
necesidades hace mucho tiempo”. Y la siguiente vez que los ve, aún no tienen
dos monedas que hacer sonar la una con la otra.
Lo que ocurrió en el pasado, y lo que
va a ocurrir en el futuro no le va a beneficiar en el presente. Saber que la
puerta de la prisión fue abierta en el pasado, y postergar su salida de ella
para el futuro, no va ayudarle en su situación actual.
Realmente yo no estoy muy interesado
en el pasado, excepto para saber qué sucedió. Tampoco estoy tan interesado en el
futuro (lo cual indispone a algunas personas). Dios dice que mientras yo viva,
camine y tenga comunión con Él, Él tendrá cuidado del futuro. Cuando Jesús
venga otra vez, me iré con Él. Él se ha encargado de todo en el futuro, y con
Él estaré por siempre.
De lo que estoy realmente interesado
es del aquí y del ahora, pues es aquí cuando estoy vivo. Es aquí cuando tengo
necesidades ahora mismo. Yo no necesité nada en el año 1933; ni siquiera había
nacido en ese entonces. Y yo no sé qué voy a necesitar en el futuro. Todo lo
que sé es que Dios se ha encargado del futuro mientras yo camine con Él, por
tanto, realmente no me preocupa. Estoy interesado en mi vida y mis problemas de
ahora mismo.
Me preocupa estar en la prisión que el
enemigo ha construido para el pueblo de Dios. Todos somos el pueblo de Dios.
Dios nos creó a todos. Él no creó a ninguno de nosotros para el diablo. En el
principio, Él creó la humanidad para que goce de comunión con Él, y el enemigo
la robó. Pero Jesús vino para hacernos libres y sacarnos de la esclavitud.
Esta santa Palabra de Dios fue hecha
una realidad a medida que la sangre del Hijo de Dios fluía de las palmas de Sus
manos, de Sus pies, de Su frente, de Su espalda y de la herida en Su costado; y
esa sangre fluyó de la cruz y cayó gota a gota en la tierra por el Monte
Gólgota. ¡AL FIN, LA HUMANIDAD FUE LEGALMENTE LIBRE!
El enemigo sabe que tiene que soltar a
la humanidad. Él sabe que no puede retenerlos. Pero hace todo lo que puede para
condenar e intimidar a la humanidad. Él hace todo lo que puede para mantenerla
en prisión. Pero no puede retener a la humanidad por más tiempo, porque la
sangre del Señor Jesucristo ha abierto la puerta de la prisión y ha hecho al
hombre libre.
A causa de que los americanos de la
época de la Guerra Revolucionaria estuvieron dispuestos a derramar su sangre
por la libertad, usted y yo caminamos libremente hoy en día; nos reunimos
libremente hoy en día, tenemos libertad para expresar nuestras opiniones; y
tenemos libertad para creer en Dios y adorarle como queremos.
¡Usted no tiene que vivir en la
prisión del diablo por más tiempo! No tiene que estar atrapado en las cadenas
de enfermedad – de la corrupción espiritual. ¡Puede ser liberado debido a que
Jesucristo pagó la pena por usted! ¡Él lo hizo libre! ¡La puerta de la prisión
está abierta!
Todo lo que usted tiene que hacer es
aceptarlo y salir a la libertad. Jesucristo firmó su perdón – y fue firmado con
Su sangre. Fue firmado por las llagas en Su espalda. Fue firmado, sellado, y
entregado.
Él se lo da a usted, y dice: "Por
mi llaga fuisteis curados”. Él le dice: "Te la estoy dando. ¡Es tuya! ¡Libertad!".
La libertad es suya por causa de quién es Jesús.
¡Aleluya a Jesús! ¡Jesús es real! ¡El
poder de Dios es real! ¡La prisión está abierta!
Juan 3:16 “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Profecía.
“La prisión está abierta. Ha sido
abierta para ti, no tienes que permanecer adentro por más tiempo.
Cuando sientas esas ataduras que se
aprisionan a tu alrededor, ten presente que sólo fueron hechas para parecer
reales.
Yo he hecho que caigan de ti.
Si sigues mi Espíritu y tan sólo
caminas conmigo, puedes sacudirte como lo hizo Sansón en la antigüedad y ver
esas cadenas y esclavitud caer; y puedes ir saltando, brincando, regocijándote
y diciendo: "Qué feliz y gozoso estoy, pues Jesús me hizo libre”.
Comunidad Cristiana
Centro de Avivamiento
“JESUCRISTO ES EL
SEÑOR”
Lima-Perú.
Si Usted. Nesecita ayuda en
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